/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Un estratega formidable

Abel Campirano Marin

El Presidente de Estados Unidos Donald Trump, es uno de los más excelentes estrategas políticos de todos los tiempos; no me cabe duda.

Su habilidad para sortear los difíciles escollos de la crisis ante Corea, el conflicto del acero con China; la problemática económica de un país con problemas de salud;el punto de inflexión del Obama care, las implicaciones políticas de la influencia Rusa en las elecciones de norteamérica y el tema del espionaje; la recuperación de las maquiladoras, la generación de empleos, la exaltación del lema America`s Firts again! el manejo perfecto del discurso con la práctica en el caso del muro con México, haciendo de The wall case and the USMCA un verdadero piece of cake, todo eso pasando por los embrollos motivados por los escándalos con implicación sexual y sexista hasta llegar al manejo escénico perfecto en el debate con Joe Baiden, hace que este empresario convertido en Presidente de Estados Unidos, sea en muchos aspectos un ejemplo a seguir pese a sus muchas desacertadas decisiones y caprichosas determinaciones sobre todo en el caso del manejo de la pandemia del Covid19 que ha costado más de 200,000 muertos a Norteamérica.

Su personalidad extremadamente controvertida y cuestionada encierra muchos y preocupantes contrastes; a muchos nos desagrada profundamente su manera de conducirse con la gente, sus colaboradores, sus amigos, sus compañeros Republicanos y hasta con su propia esposa y por supuesto que repudiamos sus hirientes comentarios hacia nuestro País y vemos pasmados como ha manejado a su antojo a nuestras autoridades que han sido exhibidas hasta el cansancio una y otra vez por ese Garrincha de la política.

Hay algo que no podemos regatearle; es un estratega formidable; un tipo que sabe lo que quiere, lo busca y lo logra; si fuera matador de toros, sería experto en el arte de citar, mandar y templar; en el reciente debate, avasalló a Chris Wallace, un experimentado periodista de la cadena FOX; prácticamente se lo comió crudo y ni que decir de Biden, el candidato Demócrata que tiene un discurso bien estructurado y es un hombre bien intencionado pero se vio taimado, impotente ante la estrategia de Trump de acorralarlo, no dejarlo hablar y hasta gritarle; Trump en su aparentemente desparpajada indumentaria dejó pasmado a Biden y su bien abotonado traje; el candidato Demócrata se vio sin recursos; se limitó a resistir los golpes de un estilista que al estilo Cassius Clay que bailotea en torno a su rival y con un hábil juego de piernas entra y sale conectando jabs.

Pero la estrategia del Presidente Trump no se queda en el debate; cuando anunció el pasado sábado el nombre de su nominada para cubrir la vacante de la Corte Suprema que se produjo a la muerte de Ruth Bader Gingsburg, la heroína pop de la cultura liberal, un ícono del pensamiento más progresista de los Estados Unidos, como la llamó la BBC News, movió a la perfección su pieza en el tablero de ajedrez, al designar a Amy Coney Barret para incorporarla a una integración judicial dominada por republicanos conservadores que le garantizarán el éxito en caso de controvertir las elecciones del 3 de noviembre que amenazan con tener una gran problemática a propósito de las votaciones por correo.

Puede no gustarnos su forma de gobernar, sus actitudes y sus desplantes, pero su táctica y su estrategia son de primera y salvo algún error es muy posible que retenga la Presidencia. En la política es muy importante el manejo del escenario, de las situaciones y sobre todo adelantarse a los adversarios; esas son lecciones que deberíamos de aprender muchos.


* Doctor en Derecho


Abel Campirano Marin

El Presidente de Estados Unidos Donald Trump, es uno de los más excelentes estrategas políticos de todos los tiempos; no me cabe duda.

Su habilidad para sortear los difíciles escollos de la crisis ante Corea, el conflicto del acero con China; la problemática económica de un país con problemas de salud;el punto de inflexión del Obama care, las implicaciones políticas de la influencia Rusa en las elecciones de norteamérica y el tema del espionaje; la recuperación de las maquiladoras, la generación de empleos, la exaltación del lema America`s Firts again! el manejo perfecto del discurso con la práctica en el caso del muro con México, haciendo de The wall case and the USMCA un verdadero piece of cake, todo eso pasando por los embrollos motivados por los escándalos con implicación sexual y sexista hasta llegar al manejo escénico perfecto en el debate con Joe Baiden, hace que este empresario convertido en Presidente de Estados Unidos, sea en muchos aspectos un ejemplo a seguir pese a sus muchas desacertadas decisiones y caprichosas determinaciones sobre todo en el caso del manejo de la pandemia del Covid19 que ha costado más de 200,000 muertos a Norteamérica.

Su personalidad extremadamente controvertida y cuestionada encierra muchos y preocupantes contrastes; a muchos nos desagrada profundamente su manera de conducirse con la gente, sus colaboradores, sus amigos, sus compañeros Republicanos y hasta con su propia esposa y por supuesto que repudiamos sus hirientes comentarios hacia nuestro País y vemos pasmados como ha manejado a su antojo a nuestras autoridades que han sido exhibidas hasta el cansancio una y otra vez por ese Garrincha de la política.

Hay algo que no podemos regatearle; es un estratega formidable; un tipo que sabe lo que quiere, lo busca y lo logra; si fuera matador de toros, sería experto en el arte de citar, mandar y templar; en el reciente debate, avasalló a Chris Wallace, un experimentado periodista de la cadena FOX; prácticamente se lo comió crudo y ni que decir de Biden, el candidato Demócrata que tiene un discurso bien estructurado y es un hombre bien intencionado pero se vio taimado, impotente ante la estrategia de Trump de acorralarlo, no dejarlo hablar y hasta gritarle; Trump en su aparentemente desparpajada indumentaria dejó pasmado a Biden y su bien abotonado traje; el candidato Demócrata se vio sin recursos; se limitó a resistir los golpes de un estilista que al estilo Cassius Clay que bailotea en torno a su rival y con un hábil juego de piernas entra y sale conectando jabs.

Pero la estrategia del Presidente Trump no se queda en el debate; cuando anunció el pasado sábado el nombre de su nominada para cubrir la vacante de la Corte Suprema que se produjo a la muerte de Ruth Bader Gingsburg, la heroína pop de la cultura liberal, un ícono del pensamiento más progresista de los Estados Unidos, como la llamó la BBC News, movió a la perfección su pieza en el tablero de ajedrez, al designar a Amy Coney Barret para incorporarla a una integración judicial dominada por republicanos conservadores que le garantizarán el éxito en caso de controvertir las elecciones del 3 de noviembre que amenazan con tener una gran problemática a propósito de las votaciones por correo.

Puede no gustarnos su forma de gobernar, sus actitudes y sus desplantes, pero su táctica y su estrategia son de primera y salvo algún error es muy posible que retenga la Presidencia. En la política es muy importante el manejo del escenario, de las situaciones y sobre todo adelantarse a los adversarios; esas son lecciones que deberíamos de aprender muchos.


* Doctor en Derecho