/ jueves 18 de marzo de 2021

Resiliencia sin agua

El académico del departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO Oscar Castro, puso el dedo en la llaga de la falta del agua para el Área Metropolitana de Guadalajara cuando declaró para Milenio Diario acerca de la gestión del agua y de la construcción de la presa de Temacapulín que “… es una obra que ya va entre 23 y 26 mil millones de pesos y no ha aportado una gota de agua ni en la zona metropolitana de Guadalajara ni a León. Entonces ¿quién se benefició hasta ahorita de una presa que no está operando?”. Y continuó el investigador condenando el modelo de las presas en contextos de gobiernos ya superados y donde los temas de interés público quedaron de lado, “… por lo que es importante romper no sólo con el modelo de gestión integral del agua sino con el sistema político en torno a ello”.

Como refiere el clásico de “la burra no era arisca”, luego de los fracasos del Gobierno Federal conjuntamente con el de Jalisco en los proyectos hidráulicos de La Zurda, San Nicolás, Arcediano y, hasta hoy, la presa de El Zapotillo, se presentan obstinaciones similares a esos derroteros para traer aguas del río Verde, aunque la perla ha sido la de utilizar las contaminadas aguas del río Santiago con la desaparición del poblado de Arcediano incluída la demolición de su puente histórico y su reconstrucción posterior en el cual se gastaron casi mil millones de pesos para luego abortar ese proyecto.

El número de millones de pesos gastados infructuosamente es incalculable porque incluye reiterados estudios que, tan sólo para la presa de Arcediano, incluídas asesorías, análisis y proyectos sin límites los enumera el analista Carlos Martínez en su columna, Sin Pedir Audiencia y donde los califica como conceptos absurdos los pagados “…824 mil 550 pesos por asesoría y consultoría ante diversas instancias de gobierno (es decir, el gobierno contrató a alguien para gestionar ante el mismo gobierno); 2 millones de pesos por una evaluación técnica, económica y social de Arcediano y Loma Larga; 690 mil pesos por un estudio de alternativas de abasto de agua. También erogaron 333 mil 572 pesos de proyecto de salvamento arqueológico de la Presa de Arcediano (sic.); un análisis e interpretación de los trabajo que llevaron a cabo contratistas, referentes a excavaciones y pruebas de permeabilidad, por lo que se pagaron 5 millones 666 mil 13 pesos, proyecto ejecutivo del acueducto Arcediano-planta potabilizadora de San Gaspar, 3 millones 66 mil 424 pesos”, acotó el columnista.

Sin embargo, las voces más ilustradas en el tema del agua están representadas en el Observatorio Ciudadano del Agua, quienes piden un nuevo estudio de su consumo ya que consideran que los datos, existentes hasta hoy, no especifican que el agua se gaste mayoritariamente en tomas domésticas. Para acentuar esa visión el académico de la Universidad de Guadalajara y titular del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua Arturo Gleason señaló que “… si se pudiera captar y aprovechar un 10% de las precipitaciones se podría dejar de usar una quinta parte del agua que se le extrae al Lago de Chapala”, y esto también permitiría la recarga de los mantos freáticos con lo cual cerraríamos más el círculo vital del agua, conectado indisolublemente a los bosques, ahora tan amenazados.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

El académico del departamento de Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO Oscar Castro, puso el dedo en la llaga de la falta del agua para el Área Metropolitana de Guadalajara cuando declaró para Milenio Diario acerca de la gestión del agua y de la construcción de la presa de Temacapulín que “… es una obra que ya va entre 23 y 26 mil millones de pesos y no ha aportado una gota de agua ni en la zona metropolitana de Guadalajara ni a León. Entonces ¿quién se benefició hasta ahorita de una presa que no está operando?”. Y continuó el investigador condenando el modelo de las presas en contextos de gobiernos ya superados y donde los temas de interés público quedaron de lado, “… por lo que es importante romper no sólo con el modelo de gestión integral del agua sino con el sistema político en torno a ello”.

Como refiere el clásico de “la burra no era arisca”, luego de los fracasos del Gobierno Federal conjuntamente con el de Jalisco en los proyectos hidráulicos de La Zurda, San Nicolás, Arcediano y, hasta hoy, la presa de El Zapotillo, se presentan obstinaciones similares a esos derroteros para traer aguas del río Verde, aunque la perla ha sido la de utilizar las contaminadas aguas del río Santiago con la desaparición del poblado de Arcediano incluída la demolición de su puente histórico y su reconstrucción posterior en el cual se gastaron casi mil millones de pesos para luego abortar ese proyecto.

El número de millones de pesos gastados infructuosamente es incalculable porque incluye reiterados estudios que, tan sólo para la presa de Arcediano, incluídas asesorías, análisis y proyectos sin límites los enumera el analista Carlos Martínez en su columna, Sin Pedir Audiencia y donde los califica como conceptos absurdos los pagados “…824 mil 550 pesos por asesoría y consultoría ante diversas instancias de gobierno (es decir, el gobierno contrató a alguien para gestionar ante el mismo gobierno); 2 millones de pesos por una evaluación técnica, económica y social de Arcediano y Loma Larga; 690 mil pesos por un estudio de alternativas de abasto de agua. También erogaron 333 mil 572 pesos de proyecto de salvamento arqueológico de la Presa de Arcediano (sic.); un análisis e interpretación de los trabajo que llevaron a cabo contratistas, referentes a excavaciones y pruebas de permeabilidad, por lo que se pagaron 5 millones 666 mil 13 pesos, proyecto ejecutivo del acueducto Arcediano-planta potabilizadora de San Gaspar, 3 millones 66 mil 424 pesos”, acotó el columnista.

Sin embargo, las voces más ilustradas en el tema del agua están representadas en el Observatorio Ciudadano del Agua, quienes piden un nuevo estudio de su consumo ya que consideran que los datos, existentes hasta hoy, no especifican que el agua se gaste mayoritariamente en tomas domésticas. Para acentuar esa visión el académico de la Universidad de Guadalajara y titular del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua Arturo Gleason señaló que “… si se pudiera captar y aprovechar un 10% de las precipitaciones se podría dejar de usar una quinta parte del agua que se le extrae al Lago de Chapala”, y esto también permitiría la recarga de los mantos freáticos con lo cual cerraríamos más el círculo vital del agua, conectado indisolublemente a los bosques, ahora tan amenazados.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com