/ sábado 15 de diciembre de 2018

Periodismo de paz para México

Es una tradición de los medios de comunicación contar la historia de los primeros 100 días de un gobierno. Estamos dentro de los primeros cien de AMLO y, en dos semanas cumplidas, vienen a la mente las consultas, el nuevo aeropuerto, la reciente cancelación de la Reforma Educativa y la desaparición del Seguro Popular. Sin embargo, este recuento de notas y titulares no nos dice mucho de lo más importante que puede pasar en estos primeros 100 días, por la forma en la que se ha contado esa historia.

El periodismo de antaño tenía la tarea de hacer recuentos de hechos de la manera más objetiva posible: declaraciones, números, personajes y cómo se relacionan. Esta suma ayudaba a que las personas tuvieran información para decidir su opinión. Sin embargo, en la época de las fake news, los ‘trascendidos’ y las columnas de opinión, las explicaciones del mundo se han agotado. Señalar lo malo ya no basta y documentar paso a paso cómo políticos y líderes usan el enojo para ascender al poder no ha evitado que esto suceda y mucho menos ha hecho más difícil que se tomen decisiones equivocadas en muchos aspectos. Se necesita un nuevo tipo de periodismo ante esta inminente cobertura.

Es por eso que creo que el periodismo de paz debe de ayudarnos a superar esta encrucijada. Contar las anécdotas de la toma de protesta y los excesos verbales de funcionarios y Senadores no harán ningún bien más que llenar páginas y redes sociales con recuentos y lugares comunes de cosas que ya sabemos. En medio de estas anécdotas hay oportunidad para buscar espacios y comenzar a crear algo nuevo: elevar el nivel de crítica, contrapeso y oposición que este tiempo nos demanda.


“El periodismo de paz como paradigma va mucho más allá de lo meramente informativo. Su potencial transformador reside en la capacidad para incorporar cuestiones fundamentales sobre el funcionamiento mismo de la sociedad”. Eva Ruiz Espinar


Proponer soluciones y no reducir el conflicto a dos lados es parte de esta apuesta del periodismo de paz. Debe de quedar claro que los problemas nacionales no son solo del presidente y los partidos que no están en el gobierno y que hay muchas más maneras de resolver nuestros problemas. Un claro ejemplo de ello es que, en la cobertura de las consultas, jamás se asomó el tema más importante: nadie les preguntó a las personas cómo les gustaría poder participar en su democracia. Por eso, no hubo suficiente fuerza para exigir reglamentar las consultas con suficiente apoyo social.

Proponer alternativas es muy difícil, implica arriesgarse a estar equivocado. Sin embargo, la apuesta del periodismo de paz es valiente, significa tomar el conflicto en nuestras propias manos para transformarlo en soluciones que provoquen que pensemos de manera diferente. Esto va a demandar de quienes hacen periodismo una posición diferente. Muchas veces, la mera crítica desde los medios se veía como suficiente contrapeso al poder. Hoy en día, ejercer el poder es más complejo, contar esa historia va a costar más trabajo.

En México y Jalisco hay periodistas que no solo hacen recuentos, sino que investigan, que no prejuzgan, sino que preguntan y que incluso sugieren vías y mundos posibles. Van por el camino correcto, aunque sean unos cuantos. Están construyendo paz en estos tiempos tan convulsos, una paz que México tanto necesita.

*Secretario General PAN Guadalajara


Es una tradición de los medios de comunicación contar la historia de los primeros 100 días de un gobierno. Estamos dentro de los primeros cien de AMLO y, en dos semanas cumplidas, vienen a la mente las consultas, el nuevo aeropuerto, la reciente cancelación de la Reforma Educativa y la desaparición del Seguro Popular. Sin embargo, este recuento de notas y titulares no nos dice mucho de lo más importante que puede pasar en estos primeros 100 días, por la forma en la que se ha contado esa historia.

El periodismo de antaño tenía la tarea de hacer recuentos de hechos de la manera más objetiva posible: declaraciones, números, personajes y cómo se relacionan. Esta suma ayudaba a que las personas tuvieran información para decidir su opinión. Sin embargo, en la época de las fake news, los ‘trascendidos’ y las columnas de opinión, las explicaciones del mundo se han agotado. Señalar lo malo ya no basta y documentar paso a paso cómo políticos y líderes usan el enojo para ascender al poder no ha evitado que esto suceda y mucho menos ha hecho más difícil que se tomen decisiones equivocadas en muchos aspectos. Se necesita un nuevo tipo de periodismo ante esta inminente cobertura.

Es por eso que creo que el periodismo de paz debe de ayudarnos a superar esta encrucijada. Contar las anécdotas de la toma de protesta y los excesos verbales de funcionarios y Senadores no harán ningún bien más que llenar páginas y redes sociales con recuentos y lugares comunes de cosas que ya sabemos. En medio de estas anécdotas hay oportunidad para buscar espacios y comenzar a crear algo nuevo: elevar el nivel de crítica, contrapeso y oposición que este tiempo nos demanda.


“El periodismo de paz como paradigma va mucho más allá de lo meramente informativo. Su potencial transformador reside en la capacidad para incorporar cuestiones fundamentales sobre el funcionamiento mismo de la sociedad”. Eva Ruiz Espinar


Proponer soluciones y no reducir el conflicto a dos lados es parte de esta apuesta del periodismo de paz. Debe de quedar claro que los problemas nacionales no son solo del presidente y los partidos que no están en el gobierno y que hay muchas más maneras de resolver nuestros problemas. Un claro ejemplo de ello es que, en la cobertura de las consultas, jamás se asomó el tema más importante: nadie les preguntó a las personas cómo les gustaría poder participar en su democracia. Por eso, no hubo suficiente fuerza para exigir reglamentar las consultas con suficiente apoyo social.

Proponer alternativas es muy difícil, implica arriesgarse a estar equivocado. Sin embargo, la apuesta del periodismo de paz es valiente, significa tomar el conflicto en nuestras propias manos para transformarlo en soluciones que provoquen que pensemos de manera diferente. Esto va a demandar de quienes hacen periodismo una posición diferente. Muchas veces, la mera crítica desde los medios se veía como suficiente contrapeso al poder. Hoy en día, ejercer el poder es más complejo, contar esa historia va a costar más trabajo.

En México y Jalisco hay periodistas que no solo hacen recuentos, sino que investigan, que no prejuzgan, sino que preguntan y que incluso sugieren vías y mundos posibles. Van por el camino correcto, aunque sean unos cuantos. Están construyendo paz en estos tiempos tan convulsos, una paz que México tanto necesita.

*Secretario General PAN Guadalajara