/ sábado 29 de diciembre de 2018

Muerte de gobernantes vista con visión de Estado

Sin duda Juárez fue quien fue, por ser un hombre de Estado, dominaba tres idiomas, francés, latín y español. Su manera de conducirse en público era cuidadosa y respetuosa, jamás se le escuchó mofarse o menos insultar en público a sus opositores, su altura y fineza estaba muy por encima de sus pasiones o impulsos, por eso era grande.

La muerte de un exgobernador y una gobernadora en funciones, independiente de los partidos a los que pertenecieron, lastima a todos los mexicanos, no se puede ser “eso si es mezquino” insensible al dolor que seguramente sienten familiares, simpatizantes y pueblo que la eligió, un desaire a ellos, es un desaire a sus seguidores y al pueblo que representa.

Lamentable, muy lamentable fue la insensibilidad y falta de atención y cortesía del Gobierno federal, al no haber asistido a su toma de protesta y ni siquiera haber enviado a un representante, se perdió la oportunidad de mostrarse superior a las diferencias partidistas, porque México, ¡nuestra patria! Está por encima de partidos e inclusive de diferencias ideológicas, que no llega siquiera a ello, porque para que haya diferencias ideológicas debe primero haber solidez y consistencia e ideología.

Pero sí en cambio a sus funerales, debió ir su presidente porque suponemos que eso es, al asumir el cargo es el presidente de todos los mexicanos.

Cuando fue asesinado junto con su familia Rubén Jaramillo, líder campesino en el Estado de Morelos, al avisársele al presidente Adolfo López Mateos, este expresó, “que mal, ahora todos van a culparme a mí y a mi Gobierno de ese asesinato” y la historia demostró que así fue. Durante el Gobierno de Díaz Ordaz, las muertes del 68 de eso, que podremos acusarlo de todo, menos de cobarde, asumió públicamente su responsabilidad histórica, y dijo que de eso, si había culpables, el culpable era él. En el inter, muere en accidente, Carlos A. Madrazo, precisamente en tiempos de destape presidencial la duda ensombreció a Díaz Ordaz y Echeverría. Durante el Gobierno de este último los muertos del jueves de corpus -que por cierto nunca se han cuantificado los desaparecidos- también se le culpa. En el Gobierno de López Portillo y Miguel de la Madrid no hubo muertes relevantes que los señalaran. A Salinas de Gortari, los militantes del PRD asesinados Javier Ovando y Román Gil además del caso Colosio y Ruiz Massieu se le han atribuido a él y a su Gobierno. A Zedillo tampoco se le acusó de asesino. Con Fox muere en accidente el gobernador Gustavo A. Vázquez Montes, no obstante ser de otro Partido, Fox nunca manifestó aversión al colimense que le hiciera sospechoso. A partir de Calderón las muertes entre delincuentes se hicieron frecuentes y a partir de entonces todos los muertos se le cargan a él y su causa, aunque no necesariamente el los mandara matar pero el “pueblo sabio” es así. A Peña Nieto le cargaron los muertos entre delincuentes también, y los 43 del caso Ayotzinapa, no obstante bajo el Gobierno municipal perredista y un gobernador que llegó bajo las mismas siglas cuando el hoy presidente López Obrador pertenecía a ese partido, pues acusaban a Peña por ser el presidente. Hoy por el público encono de Andrés Manuel y los muertos poblanos, junto con los que han muerto desde el primero de diciembre, serán también los muertos AMLO, en esa lógica tendrá que ir acostumbrándose a ello, que mucho pudo evitarse con su sola presencia en la toma de protesta de la gobernadora en Puebla, pero nadie alertó al presidente o el presidente no le hace caso a nadie. Todavía hay mucho que aprender de Juárez.



sadot16@hotmail.com

Sin duda Juárez fue quien fue, por ser un hombre de Estado, dominaba tres idiomas, francés, latín y español. Su manera de conducirse en público era cuidadosa y respetuosa, jamás se le escuchó mofarse o menos insultar en público a sus opositores, su altura y fineza estaba muy por encima de sus pasiones o impulsos, por eso era grande.

La muerte de un exgobernador y una gobernadora en funciones, independiente de los partidos a los que pertenecieron, lastima a todos los mexicanos, no se puede ser “eso si es mezquino” insensible al dolor que seguramente sienten familiares, simpatizantes y pueblo que la eligió, un desaire a ellos, es un desaire a sus seguidores y al pueblo que representa.

Lamentable, muy lamentable fue la insensibilidad y falta de atención y cortesía del Gobierno federal, al no haber asistido a su toma de protesta y ni siquiera haber enviado a un representante, se perdió la oportunidad de mostrarse superior a las diferencias partidistas, porque México, ¡nuestra patria! Está por encima de partidos e inclusive de diferencias ideológicas, que no llega siquiera a ello, porque para que haya diferencias ideológicas debe primero haber solidez y consistencia e ideología.

Pero sí en cambio a sus funerales, debió ir su presidente porque suponemos que eso es, al asumir el cargo es el presidente de todos los mexicanos.

Cuando fue asesinado junto con su familia Rubén Jaramillo, líder campesino en el Estado de Morelos, al avisársele al presidente Adolfo López Mateos, este expresó, “que mal, ahora todos van a culparme a mí y a mi Gobierno de ese asesinato” y la historia demostró que así fue. Durante el Gobierno de Díaz Ordaz, las muertes del 68 de eso, que podremos acusarlo de todo, menos de cobarde, asumió públicamente su responsabilidad histórica, y dijo que de eso, si había culpables, el culpable era él. En el inter, muere en accidente, Carlos A. Madrazo, precisamente en tiempos de destape presidencial la duda ensombreció a Díaz Ordaz y Echeverría. Durante el Gobierno de este último los muertos del jueves de corpus -que por cierto nunca se han cuantificado los desaparecidos- también se le culpa. En el Gobierno de López Portillo y Miguel de la Madrid no hubo muertes relevantes que los señalaran. A Salinas de Gortari, los militantes del PRD asesinados Javier Ovando y Román Gil además del caso Colosio y Ruiz Massieu se le han atribuido a él y a su Gobierno. A Zedillo tampoco se le acusó de asesino. Con Fox muere en accidente el gobernador Gustavo A. Vázquez Montes, no obstante ser de otro Partido, Fox nunca manifestó aversión al colimense que le hiciera sospechoso. A partir de Calderón las muertes entre delincuentes se hicieron frecuentes y a partir de entonces todos los muertos se le cargan a él y su causa, aunque no necesariamente el los mandara matar pero el “pueblo sabio” es así. A Peña Nieto le cargaron los muertos entre delincuentes también, y los 43 del caso Ayotzinapa, no obstante bajo el Gobierno municipal perredista y un gobernador que llegó bajo las mismas siglas cuando el hoy presidente López Obrador pertenecía a ese partido, pues acusaban a Peña por ser el presidente. Hoy por el público encono de Andrés Manuel y los muertos poblanos, junto con los que han muerto desde el primero de diciembre, serán también los muertos AMLO, en esa lógica tendrá que ir acostumbrándose a ello, que mucho pudo evitarse con su sola presencia en la toma de protesta de la gobernadora en Puebla, pero nadie alertó al presidente o el presidente no le hace caso a nadie. Todavía hay mucho que aprender de Juárez.



sadot16@hotmail.com