/ jueves 4 de noviembre de 2021

Lo que los priístas no saben o no quieren

En política el escenario es turbulento para todos, partidos, gobierno, ciudadanía, clase política, militantes, viejas y nuevas generaciones, como todo, se viven consecuencias del pasado, urge mirar adelante con proyecto.

El priísmo se compone de su militancia leal, aquellos que han creído en su Partido y se mantienen firmes, porque no ven en otras opciones, viabilidad de gobierno para México, los exdirigentes que aún debiéndoselo todo a su Partido, están satisfechos con lo obtenido, finalmente asumen que tuvieron su momento de gloria, lo aprovecharon y lo disfrutaron, le sirvieron o se sirvieron de él, como quiera verse y su activismo es limitado, los que aspiran a alcanzar algún cargo que nunca lograron y los idealistas que saben que no tienen espacio en otros partidos, porque sencillamente no se ven ni aceptarían promoverse fuera del PRI, aún cuando no ocupen nunca alguna candidatura, su ambición no llega a tanto, son idealistas, que a pesar de la adversidad y el cierre de oportunidades, se mantienen fieles a sus principios, no es mediocridad, es fidelidad consciente y desinteresada. Por otro lado, están los que han sido y son políticos que combinan ambos rasgos, que saben que pueden seguir una carrera en el PRI y fuera de él, pero tienen en alto, lealtad a su Partido o sencillamente no quieren desperdiciar los años dedicados a él. Que mantienen la esperanza de que aún pueden hacer mucho con su Partido.

El desafío de todos es, confianza y unidad, el presidente actual ha sido acusado de todo, de rehén del presidente y muchos quieren encontrar indicadores para confirmar sus sospechas, de no querer hacer la asamblea y se va a hacer, de ser comparsa de MORENA en la cámara y poco a poco muestra lo contrario transita por todos esos caminos, nada fácil, en sus zapatos, un sendero desgastante para convencer que no es así.

El presidente del PRI sabe, que del entusiasmo que despierte en los priístas dependerá el futuro de su Partido, de su conducción entre turbulencias, dependerá la sobrevivencia de ambos, dirigencia y Partido. Ante la reciente disminución de gubernaturas en cada elección – considerando las traiciones de gobernadores – donde el PRI, discretamente se recupera en municipios y alcaldías, un Partido que se resiste a sucumbir, con una dirigencia que está determinada a ganar. Los priístas, quiéranlo o no, tendrán que asumir que unidos y con proyecto, el Partido se salva, la alianza, es exitosa estrategia probada en otros países, donde partidos contrarios se unen para derrotar a las autocracias. Del tamaño del fracaso de MORENA y el desencanto de la ciudadanía y la capitalización de sus errores será la fuerza del parto de la alianza y quizá el nacimiento de un nuevo Partido, de ello dependerá arribar a un sistema bipartidista, que le permita al país transitar hacia una sólida vida institucional, ésa que el gobierno actual no entiende, ni quiere entender y que México debe recuperar. Alejandro Moreno convoca a todos – incluidos priístas y no – que ven en riesgo a la Patria, su propuesta de alianza es viable, si supera incluso sus propios compromisos, hasta los que le significan un lastre, sabe que la Azaña histórica en que se ha empeñado, si lo logra dará sus frutos, el reto es si todos estarán dispuestos a sumar esfuerzos y si la dirigencia les cree y los suma incluso a aquellos que han operado las derrotas del PRI.

Las opciones que tienen los priístas son: no hacer nada y esperar a que se den las condiciones o construir las condiciones; no hacer nada y dejar que el PRI desaparezca; trabajar con la dirigencia; alimentar el fuego amigo contra la dirigencia dinamitándola desde dentro, abonando a la destrucción del PRI; ver como lo destruyen desde fuera y resignarse a no hacer nada. Dos rutas se vislumbran, dejar que fluyan las pasiones y rencores o fríamente actuar por el PRI, por la Patria o por ambas. El tema es en cuál se incluyan.

sadot16@hotmail.com

Twiter: @eduardosadot

En política el escenario es turbulento para todos, partidos, gobierno, ciudadanía, clase política, militantes, viejas y nuevas generaciones, como todo, se viven consecuencias del pasado, urge mirar adelante con proyecto.

El priísmo se compone de su militancia leal, aquellos que han creído en su Partido y se mantienen firmes, porque no ven en otras opciones, viabilidad de gobierno para México, los exdirigentes que aún debiéndoselo todo a su Partido, están satisfechos con lo obtenido, finalmente asumen que tuvieron su momento de gloria, lo aprovecharon y lo disfrutaron, le sirvieron o se sirvieron de él, como quiera verse y su activismo es limitado, los que aspiran a alcanzar algún cargo que nunca lograron y los idealistas que saben que no tienen espacio en otros partidos, porque sencillamente no se ven ni aceptarían promoverse fuera del PRI, aún cuando no ocupen nunca alguna candidatura, su ambición no llega a tanto, son idealistas, que a pesar de la adversidad y el cierre de oportunidades, se mantienen fieles a sus principios, no es mediocridad, es fidelidad consciente y desinteresada. Por otro lado, están los que han sido y son políticos que combinan ambos rasgos, que saben que pueden seguir una carrera en el PRI y fuera de él, pero tienen en alto, lealtad a su Partido o sencillamente no quieren desperdiciar los años dedicados a él. Que mantienen la esperanza de que aún pueden hacer mucho con su Partido.

El desafío de todos es, confianza y unidad, el presidente actual ha sido acusado de todo, de rehén del presidente y muchos quieren encontrar indicadores para confirmar sus sospechas, de no querer hacer la asamblea y se va a hacer, de ser comparsa de MORENA en la cámara y poco a poco muestra lo contrario transita por todos esos caminos, nada fácil, en sus zapatos, un sendero desgastante para convencer que no es así.

El presidente del PRI sabe, que del entusiasmo que despierte en los priístas dependerá el futuro de su Partido, de su conducción entre turbulencias, dependerá la sobrevivencia de ambos, dirigencia y Partido. Ante la reciente disminución de gubernaturas en cada elección – considerando las traiciones de gobernadores – donde el PRI, discretamente se recupera en municipios y alcaldías, un Partido que se resiste a sucumbir, con una dirigencia que está determinada a ganar. Los priístas, quiéranlo o no, tendrán que asumir que unidos y con proyecto, el Partido se salva, la alianza, es exitosa estrategia probada en otros países, donde partidos contrarios se unen para derrotar a las autocracias. Del tamaño del fracaso de MORENA y el desencanto de la ciudadanía y la capitalización de sus errores será la fuerza del parto de la alianza y quizá el nacimiento de un nuevo Partido, de ello dependerá arribar a un sistema bipartidista, que le permita al país transitar hacia una sólida vida institucional, ésa que el gobierno actual no entiende, ni quiere entender y que México debe recuperar. Alejandro Moreno convoca a todos – incluidos priístas y no – que ven en riesgo a la Patria, su propuesta de alianza es viable, si supera incluso sus propios compromisos, hasta los que le significan un lastre, sabe que la Azaña histórica en que se ha empeñado, si lo logra dará sus frutos, el reto es si todos estarán dispuestos a sumar esfuerzos y si la dirigencia les cree y los suma incluso a aquellos que han operado las derrotas del PRI.

Las opciones que tienen los priístas son: no hacer nada y esperar a que se den las condiciones o construir las condiciones; no hacer nada y dejar que el PRI desaparezca; trabajar con la dirigencia; alimentar el fuego amigo contra la dirigencia dinamitándola desde dentro, abonando a la destrucción del PRI; ver como lo destruyen desde fuera y resignarse a no hacer nada. Dos rutas se vislumbran, dejar que fluyan las pasiones y rencores o fríamente actuar por el PRI, por la Patria o por ambas. El tema es en cuál se incluyan.

sadot16@hotmail.com

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