/ jueves 31 de octubre de 2019

Morena y la crisis de partidos en México

Carlos Anguiano


México es un país donde se elige democráticamente a sus gobernantes. Lo anterior es uno de los logros tangibles de la revolución mexicana, movimiento social armado de 1910, y desde esa fecha hasta nuestros días, se ha avanzado un sistema y una legislación cada vez más avanzado. Gozamos ahora de una ciudadanía cada vez más informada, más formada, más crítica, más madura, que ejerce sus derechos políticos con mayor conciencia cada vez. Lejos de la perfección sin duda, pero en constante evolución, la democracia mexicana es una de las instituciones que más debemos de cuidar, pues representa varias de las libertades con origen en las garantías individuales que nuestra constitución consagra.

Sin duda alguna, los partidos políticos nacionales han venido perdiendo confianza, crédito y aceptación. Acompañado de las bajas calificaciones que los ciudadanos otorgan a gobiernos recientes tanto federal como locales, transitamos en una época en la cual la fiebre de las afiliaciones se refiere a hechos siglo veinteros, recuerdos, anécdotas, referencias históricas.

El recuento de la representación de los mexicanos que respalda a los partidos políticos mexicanos en su conjunto, arroja cifras reveladoras de la apatía, el desgano, el desprecio hacia ellos de parte de ciudadanos que eligen no involucrarse en los partidos e incluso exploran otras formas de participación política como alternativa, evadiendo la opción de afiliarse a la vasta gama de opciones que brindan los diferentes partidos políticos que existen.

Entendiendo como afiliado o militante, a cualquier ciudadano que en pleno goce de sus derechos político electorales, se registra libre, voluntaria e individualmente a un partido político, es un hecho relevante visualizar como previo al último proceso electoral federal en 2018, los partidos políticos registrados arrojaban los siguientes afiliados: PAN 192,290; PRI 3,622,685; PRD 3,304,492; PT 311,179; PVEM 189,836; MC 260,767; MORENA 152,378; PES 149,330.

De lo anterior se desprenden dos grandes contrastes: 1. entre todos los partidos políticos juntos, acumulan solamente la cantidad de 8,182,957 de militantes, de una población total aproximada de 120´000,000 de mexicanos. Y 2. La votación total emitida en la última elección genero 56,611,027 de votos. De lo anterior se desprende que para la política mexicana, más allá de ser el vehículo por el que viaja el registro de las candidaturas a cargos de elección, el 6.81% de los mexicanos afiliados a algún partido político no son atractivos ni suficientes para contagiar entusiasmo o multiplicarse entre los ciudadanos. Los partidos subsisten por su procedencia legal, más no tienen legitimidad y la representación del interés público que mantienen es marginal y hace endeble el sistema de partidos en México.

Los recientes conflictos en MORENA, el partido político que postuló a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, que acumulan la amenaza de renuncia al mismo del Presidente, quitarles hasta el nombre, así como la violencia, caos y desorden que acompañan su proceso de renovación de dirigencia nacional, mismo que acaba de ser anulado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) debido a que, consideraron, no existe certeza en el padrón, pues militantes con derecho a ello, fueron impedidos a votar en las asambleas distritales para la elección de dirigente, lo que ha desembocado en fuertes fricciones internas e incluso en intentos de desacreditar a los magistrados electorales por parte de simpatizantes de algunos contendientes a presidir ese partido. Lo anterior en nada ayuda al Presidente de México, pues su piso social, sus correligionarios partidistas se encuentran agitados, revoltosos e impacientes. Con ello, la crisis de los partidos políticos se alargara aún más en la línea del tiempo en México.

Carlos Anguiano


México es un país donde se elige democráticamente a sus gobernantes. Lo anterior es uno de los logros tangibles de la revolución mexicana, movimiento social armado de 1910, y desde esa fecha hasta nuestros días, se ha avanzado un sistema y una legislación cada vez más avanzado. Gozamos ahora de una ciudadanía cada vez más informada, más formada, más crítica, más madura, que ejerce sus derechos políticos con mayor conciencia cada vez. Lejos de la perfección sin duda, pero en constante evolución, la democracia mexicana es una de las instituciones que más debemos de cuidar, pues representa varias de las libertades con origen en las garantías individuales que nuestra constitución consagra.

Sin duda alguna, los partidos políticos nacionales han venido perdiendo confianza, crédito y aceptación. Acompañado de las bajas calificaciones que los ciudadanos otorgan a gobiernos recientes tanto federal como locales, transitamos en una época en la cual la fiebre de las afiliaciones se refiere a hechos siglo veinteros, recuerdos, anécdotas, referencias históricas.

El recuento de la representación de los mexicanos que respalda a los partidos políticos mexicanos en su conjunto, arroja cifras reveladoras de la apatía, el desgano, el desprecio hacia ellos de parte de ciudadanos que eligen no involucrarse en los partidos e incluso exploran otras formas de participación política como alternativa, evadiendo la opción de afiliarse a la vasta gama de opciones que brindan los diferentes partidos políticos que existen.

Entendiendo como afiliado o militante, a cualquier ciudadano que en pleno goce de sus derechos político electorales, se registra libre, voluntaria e individualmente a un partido político, es un hecho relevante visualizar como previo al último proceso electoral federal en 2018, los partidos políticos registrados arrojaban los siguientes afiliados: PAN 192,290; PRI 3,622,685; PRD 3,304,492; PT 311,179; PVEM 189,836; MC 260,767; MORENA 152,378; PES 149,330.

De lo anterior se desprenden dos grandes contrastes: 1. entre todos los partidos políticos juntos, acumulan solamente la cantidad de 8,182,957 de militantes, de una población total aproximada de 120´000,000 de mexicanos. Y 2. La votación total emitida en la última elección genero 56,611,027 de votos. De lo anterior se desprende que para la política mexicana, más allá de ser el vehículo por el que viaja el registro de las candidaturas a cargos de elección, el 6.81% de los mexicanos afiliados a algún partido político no son atractivos ni suficientes para contagiar entusiasmo o multiplicarse entre los ciudadanos. Los partidos subsisten por su procedencia legal, más no tienen legitimidad y la representación del interés público que mantienen es marginal y hace endeble el sistema de partidos en México.

Los recientes conflictos en MORENA, el partido político que postuló a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, que acumulan la amenaza de renuncia al mismo del Presidente, quitarles hasta el nombre, así como la violencia, caos y desorden que acompañan su proceso de renovación de dirigencia nacional, mismo que acaba de ser anulado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) debido a que, consideraron, no existe certeza en el padrón, pues militantes con derecho a ello, fueron impedidos a votar en las asambleas distritales para la elección de dirigente, lo que ha desembocado en fuertes fricciones internas e incluso en intentos de desacreditar a los magistrados electorales por parte de simpatizantes de algunos contendientes a presidir ese partido. Lo anterior en nada ayuda al Presidente de México, pues su piso social, sus correligionarios partidistas se encuentran agitados, revoltosos e impacientes. Con ello, la crisis de los partidos políticos se alargara aún más en la línea del tiempo en México.