Oscar Ramírez Castellanos
Desde antes de iniciar el gobierno de la llamada 4ta transformación y aun sin tomar protesta como presidente constitucional de México, AMLO sometió a consulta del "Pueblo bueno y sabio" como él expresamente lo afirmó y consultó a los ciudadanos si debía construirse el aeropuerto de Texcoco o uno nuevo propuesto por el en Santa Lucía.
A la fecha solo se logró parar la construcción de dicho aeropuerto, se perdieron miles de millones de pesos de inversión, además de quedar una obra más inconclusa, que seguro afectará más al medio ambiente y para colmo nadie ha sido denunciado o detenido por los supuestos malos manejos o presuntos actos de corrupción al autorizar el gobierno anterior el aeropuerto de Texcoco.
Luego entonces ¿la consulta para qué sirvió en realidad? para escudarse de una mala decisión en el pueblo y evitar asumir el costo político.
Desviando un poco del tema de las consultas, pero no del tema de la corrupción, el presidente se comprometió a eliminarla durante los primeros años de su sexenio. Ya va a cumplir 2 años y lejos de combatir la corrupción, en realidad, lo que si se está logrando es someter a las instituciones.
Por ejemplo una de las estrategias para combatir la corrupción es la transparencia, sin embargo desde el inicio del sexenio la opacidad ha prevalecido en compras directas escudadas en la emergencia; como la compra de pipas para distribuir combustible, la compra de ventiladores para atender a enfermos graves por COVID-19, además es del conocimiento público que los contratos que rodean el tren maya y la construcción de la refinería de 2 bocas en gran porcentaje son asignaciones directas.
Parecería que solo cuando conviene se somete a consulta de los ciudadanos las decisiones del gobierno, para muestra otro botón ahora la controvertida consulta popular que pretende hacer el presidente en tiempos electorales, lamentablemente se pretendía someter a consulta si se sancionan o no actos de corrupción de los últimos cinco ex-presidentes por probables delitos cometidos durante y después de sus gestiones. Lo grave en realidad no es, si la pregunta es o no constitucional, eso es otra historia que ya definió la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sino que se pretenda someter a consulta popular si se aplica o no la ley.
Todo hace parecer que en estas épocas, a los amigos justicia y gracia y a los enemigos consulta popular.
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