/ martes 10 de marzo de 2020

Éxitos del nueve nadie se mueve

Muchos son los éxitos de la unidad de la mujeres, demostraron el músculo y de lo que son capaces organizadas, hacernos entender su imperioso reclamo de respeto y seguridad en un mundo construido para hombres, que son capaces de cambiar e inducir al gobierno por la ruta correcta, que organizadas pueden quitar un gobierno, que hay grupos llamados anarquistas que se infiltran en toda manifestación con el rostro cubierto en el anonimato que pretenden violentar a la sociedad, que hay mujeres muy valientes que fueron capaces de parar a las “anarquistas” en su pretensión de destruir monumentos como fue el caso de la estatua de Francisco I Madero.

Que son muchas, pero muchísimas, que ya están hartas de su condición y rol de vida subordinado, que pueden sumar a millones en todo el país, que son capaces de parar a México, su lucha rompió con las barreras sociales, las hermanó, las unió, independientemente de colores partidistas, que pueden imponer la ruta del gobierno si se lo proponen y muchas cosas más que seguramente se escapan.

Evidenciaron a un gobierno que fue incapaz de comprenderlas, que como en el caso de la CDMX gobernada por una mujer que intento sabotearlas deteniendo el servicio del metro y manipulando las rutas de la marcha y accesos, un gobierno que lanzó a sus mujeres a evidenciarlas dóciles al mandato de los hombres o al menos de uno, en lugar de permitirles expresarse libremente y sumarse ellas mismas a la manifestación, sin asumirse parte de ella, se adjudicaron el derecho de hablar en nombre del movimiento para deslindar al gobierno federal diciendo que el reclamo no era contra el gobierno, sin dejar que fuera el mismo movimiento quien en su caso le deslindara, hicieron pública la preocupación del gobierno que distante no supo que hacer en una pérdida de control de la situación, expusieron a una “no primera dama” a evidenciarse sumisa, todo lo contrario a la fuerza del movimiento. Que quien gobierne desde el Poder Ejecutivo el próximo sexenio será una mujer y que de ahí saldrá la próxima presidente de éste país, que además, no será quien quiera el presidente saliente ni emergerá de sus filas.

Contra el berrinche en palacio, las mujeres demostraron que no hay nadie, ni partidos políticos ni colores detrás de ellas, que seguramente han de consolidar una fuerza política arrolladora que sorprenderá a propios extraños en el gobierno, que están decididas a ocupar todos los cargos públicos de este país.

Que están más organizadas que los hombres y tienen vocación de servicio, que han sido tolerantes y han aguantado mucho, hasta la humillación pero que no están dispuestas a continuar así.

Estos y muchos más son los triunfos del “nueve nadie se mueve”, que podríamos estar sin darnos cuenta, queriéndolo o no en la ruta de la ginecocracia mexicana muy sui generis, oportuna y viable.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot

Muchos son los éxitos de la unidad de la mujeres, demostraron el músculo y de lo que son capaces organizadas, hacernos entender su imperioso reclamo de respeto y seguridad en un mundo construido para hombres, que son capaces de cambiar e inducir al gobierno por la ruta correcta, que organizadas pueden quitar un gobierno, que hay grupos llamados anarquistas que se infiltran en toda manifestación con el rostro cubierto en el anonimato que pretenden violentar a la sociedad, que hay mujeres muy valientes que fueron capaces de parar a las “anarquistas” en su pretensión de destruir monumentos como fue el caso de la estatua de Francisco I Madero.

Que son muchas, pero muchísimas, que ya están hartas de su condición y rol de vida subordinado, que pueden sumar a millones en todo el país, que son capaces de parar a México, su lucha rompió con las barreras sociales, las hermanó, las unió, independientemente de colores partidistas, que pueden imponer la ruta del gobierno si se lo proponen y muchas cosas más que seguramente se escapan.

Evidenciaron a un gobierno que fue incapaz de comprenderlas, que como en el caso de la CDMX gobernada por una mujer que intento sabotearlas deteniendo el servicio del metro y manipulando las rutas de la marcha y accesos, un gobierno que lanzó a sus mujeres a evidenciarlas dóciles al mandato de los hombres o al menos de uno, en lugar de permitirles expresarse libremente y sumarse ellas mismas a la manifestación, sin asumirse parte de ella, se adjudicaron el derecho de hablar en nombre del movimiento para deslindar al gobierno federal diciendo que el reclamo no era contra el gobierno, sin dejar que fuera el mismo movimiento quien en su caso le deslindara, hicieron pública la preocupación del gobierno que distante no supo que hacer en una pérdida de control de la situación, expusieron a una “no primera dama” a evidenciarse sumisa, todo lo contrario a la fuerza del movimiento. Que quien gobierne desde el Poder Ejecutivo el próximo sexenio será una mujer y que de ahí saldrá la próxima presidente de éste país, que además, no será quien quiera el presidente saliente ni emergerá de sus filas.

Contra el berrinche en palacio, las mujeres demostraron que no hay nadie, ni partidos políticos ni colores detrás de ellas, que seguramente han de consolidar una fuerza política arrolladora que sorprenderá a propios extraños en el gobierno, que están decididas a ocupar todos los cargos públicos de este país.

Que están más organizadas que los hombres y tienen vocación de servicio, que han sido tolerantes y han aguantado mucho, hasta la humillación pero que no están dispuestas a continuar así.

Estos y muchos más son los triunfos del “nueve nadie se mueve”, que podríamos estar sin darnos cuenta, queriéndolo o no en la ruta de la ginecocracia mexicana muy sui generis, oportuna y viable.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot