/ miércoles 19 de mayo de 2021

En pandemia guerra israel-palestina

En la tierra de Jesucristo, donde surgen el viejo y nuevo testamento, en donde se habla del fin del mundo, de los jinetes del apocalipsis, la Tierra Santa para diversas religiones, está hundida en una guerra sangrienta, abonada con muertes inocentes de población civil.

Hubo quienes creíamos, que la experiencia de la pandemia, nos haría cambiar como humanidad, que de una crisis saldríamos fortalecidos y renovados, que nos mediríamos frente a nuestros semejantes, pero no.

Amenazada la vida de la humanidad por una pandemia como el COVID, la inteligencia colectiva habría entendido la importancia de preservar la vida, entonces, para qué precipitar muertes en guerras, si el riesgo letal llegó a cada hogar sin respetar fronteras, raza, ideologías o religiones.

Las hostilidades y bombardeos persisten en la región, la lucha por lo que fuera un desierto abandonado o semi-poblado perteneciente a Egipto, que después de la Segunda Guerra Mundial y a consecuencia de la masacre contra el pueblo judío, se acordó transmitir a Israel y con ello, dotarle de territorio, precisamente, en la tierra prometida, creando así al Estado de Israel.

Desde entonces, la convivencia entre Palestinos e Israelitas ha estado sembrado de enfrentamientos, muertes sangre y guerra. Sin que nadie puede lograr una paz duradera. Tampoco se ha logrado en la región, no obstante lo diminuto de la franja de Gaza, un territorio pequeño de 365 kilómetros cuadrados, equivalente a tres veces la delegación Xochimilco o quinientos kilómetros cuadrados más chico que el municipio de Zapopan Jalisco.

En la franja de Gaza se divide el gobierno entre, dos partidos políticos o corrientes, la Organización para la Liberación de Palestina que dirigía Yaser Arafat y el grupo HAMAS, una organización fundamentalista islámica, cuyas iniciales en árabe son Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, (Movimiento de Resistencia Islámico). Se sabe ahora que de ahí surgió también el comando que asesinó al presidente Anuar el Sadat en octubre de 1981 durante un desfile militar, por grupos fundamentalistas religiosos. Si consideramos el activismo del presidente Sadat por alcanzar la paz en medio oriente.

Sin duda una de los logros en Campo David, fue reconocer autonomía a la franja de Gaza, para eso el gobierno de USA y de Israel proporcionarían los recursos necesarios para el desarrollo de la región y lograr la paz, pero esos recursos son utilizados para compra y elaboración de armas contra Israel, está muy claro que se ha vuelto un negocio rentable, pues reciben dinero para alcanzar la paz, pero mientras no la alcancen seguirán recibiendo el dinero, entonces es claro el circulo vicioso para permanecer en guerra.

Con los años, el grupo HAMAS, compuesto por cerca de veinte mil personas activistas, someten a dos millones de habitantes de la franja, el ataque de éste mes, se caracterizó por intentar bombardear territorio israelí, pero lo doméstico de las armas no alcanzó su objetivo y daño a la propia población de Gaza. Ahora parece que la solución será, que el gobierno Israelí retome el control de la franja, pero ello hará escalar el conflicto y evidenciar el verdadero motivo, la guerra religiosa del Islamismo contra las demás religiones incluida en primer lugar la judía y luego seguirá con la católica.

sadot16@hotmail.com

En la tierra de Jesucristo, donde surgen el viejo y nuevo testamento, en donde se habla del fin del mundo, de los jinetes del apocalipsis, la Tierra Santa para diversas religiones, está hundida en una guerra sangrienta, abonada con muertes inocentes de población civil.

Hubo quienes creíamos, que la experiencia de la pandemia, nos haría cambiar como humanidad, que de una crisis saldríamos fortalecidos y renovados, que nos mediríamos frente a nuestros semejantes, pero no.

Amenazada la vida de la humanidad por una pandemia como el COVID, la inteligencia colectiva habría entendido la importancia de preservar la vida, entonces, para qué precipitar muertes en guerras, si el riesgo letal llegó a cada hogar sin respetar fronteras, raza, ideologías o religiones.

Las hostilidades y bombardeos persisten en la región, la lucha por lo que fuera un desierto abandonado o semi-poblado perteneciente a Egipto, que después de la Segunda Guerra Mundial y a consecuencia de la masacre contra el pueblo judío, se acordó transmitir a Israel y con ello, dotarle de territorio, precisamente, en la tierra prometida, creando así al Estado de Israel.

Desde entonces, la convivencia entre Palestinos e Israelitas ha estado sembrado de enfrentamientos, muertes sangre y guerra. Sin que nadie puede lograr una paz duradera. Tampoco se ha logrado en la región, no obstante lo diminuto de la franja de Gaza, un territorio pequeño de 365 kilómetros cuadrados, equivalente a tres veces la delegación Xochimilco o quinientos kilómetros cuadrados más chico que el municipio de Zapopan Jalisco.

En la franja de Gaza se divide el gobierno entre, dos partidos políticos o corrientes, la Organización para la Liberación de Palestina que dirigía Yaser Arafat y el grupo HAMAS, una organización fundamentalista islámica, cuyas iniciales en árabe son Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, (Movimiento de Resistencia Islámico). Se sabe ahora que de ahí surgió también el comando que asesinó al presidente Anuar el Sadat en octubre de 1981 durante un desfile militar, por grupos fundamentalistas religiosos. Si consideramos el activismo del presidente Sadat por alcanzar la paz en medio oriente.

Sin duda una de los logros en Campo David, fue reconocer autonomía a la franja de Gaza, para eso el gobierno de USA y de Israel proporcionarían los recursos necesarios para el desarrollo de la región y lograr la paz, pero esos recursos son utilizados para compra y elaboración de armas contra Israel, está muy claro que se ha vuelto un negocio rentable, pues reciben dinero para alcanzar la paz, pero mientras no la alcancen seguirán recibiendo el dinero, entonces es claro el circulo vicioso para permanecer en guerra.

Con los años, el grupo HAMAS, compuesto por cerca de veinte mil personas activistas, someten a dos millones de habitantes de la franja, el ataque de éste mes, se caracterizó por intentar bombardear territorio israelí, pero lo doméstico de las armas no alcanzó su objetivo y daño a la propia población de Gaza. Ahora parece que la solución será, que el gobierno Israelí retome el control de la franja, pero ello hará escalar el conflicto y evidenciar el verdadero motivo, la guerra religiosa del Islamismo contra las demás religiones incluida en primer lugar la judía y luego seguirá con la católica.

sadot16@hotmail.com