Abel Campirano Marín*
La decisión de los Magistrados del Trife, de retirar las candidaturas de Salgado Macedonio y Raúl Morón en Guerrero y Michoacán, ha sido una decisión valiente, correcta y que tendrá grandes repercusiones en nuestro País. Los Magistrados del TRIFE no se amilanaron y ponen en alto los organismos que representan y le ponen la muestra a la Suprema Corte de Justicia a propósito de la inconstitucionalidad del transitorio que le pretende ampliar el período de encargo a su Presidente.
La disertación sobre la rendición de cuentas y el modelo de fiscalización en el sistema electoral ha sido magistral ya que frente al derecho a ser votado, también existen obligaciones; recordemos que para exigir primero hay que cumplir.
Ratificar la decisión del INE por el Trife, devuelve la esperanza al pueblo de México en confiar en las instituciones electorales constituidas esencialmente por ciudadanos, y no solo eso, conlleva la obligación ineludible a los ciudadanos para acudir a votar.
La inconformidad del Partido que los postuló será enorme; los simpatizantes de ambos ahora ex-candidatos empujarán para que vía derechos humanos o juicio de amparo, vuelvan a revisarse las decisiones de las autoridades electorales.
En el ajedrez político de nuestro País, la noticia del fallo del Trife ha venido a sacudir a los grupos de poder y hace predecir un clima no tan terso en la jornada electoral de junio que de por sí se encuentra enrarecido con los candidatos impresentables que se exhiben ridículamente con bailecitos, canciones de chunga, saliendo de féretros, u ofreciendo consejos para sacarle la mollera a los niños.
Estamos aproximándonos a uno de los momentos de grandes definiciones en la historia contemporánea de nuestro país. Los ciudadanos tendremos la mas enorme responsabilidad de los últimos tiempos; marcar el rumbo y el destino de nuestra patria.
No se puede violar la ley y permanecer arropado en ella; es el momento de que se respete el estado de derecho y mucho más responsabilidad va a recaer en los dirigentes y el fundador del partido postulante que pierde estas dos candidaturas, para demostrar su verdadero espíritu nacionalista, su liderazgo y sobre todo la cualidad del estadista que pugna por el bienestar de la nación y no de su propio partido o de sus afines.
Los organismos electorales federales tienen mi admiración y respeto. Las decisiones exigen valentía e independencia y no se trata de un atentado a la democracia como aseguraba Mario Delgado, por el contrario, confirma la esencia de la democracia y no solo eso sino la universalidad inmanente de la justicia como sucedió con el candidato de otro partido a la Alcaldía de Mérida, a quien le han retirado la candidatura por violencia de genero.
Necesitamos un México del Siglo XXI no una reminiscencia del México decimonónico. El INE y el Trife son la verdadera esperanza de México.
* Doctor en Derecho
