/ miércoles 17 de marzo de 2021

Ejecutivo vs Judicial

Esta pandemia reconfirma el por qué los que se disfrazan de “servidores públicos” ahora denominados “servidores de la Nación”, pretenden seguir pegados a la ubre presupuestal. Esto no es nuevo ni tiene exclusividad en el color partidista. Ahora se remarca que quien está en el poder público recibe los beneficios que jamás recibirá la población. Es un secreto a voces que ni diputados, ni senadores, ni los funcionarios de primeros niveles en los gabinetes tuvieron que padecer la mala organización para aplicar la vacuna contra el Covid 19.

A la vez, la condición humana, impulsada por la necesidad de esa inmunización, actúa con escaso raciocinio. Sin embargo, hay que reconocer que la ciudadanía que acudió a los centros de vacunación han mostrado un poco más de inteligencia organizativa que el gobierno federal. Por un lado escasas dosis. Por el otro la enorme demanda. Los inservibles servidores de la nación, con órdenes electoreras más que sanitarias, han sido incapaces de metodizar la forma para atender a la gente que requiere el inmunizante. La Universidad de Guadalajara ha mostrado mejores sistemas de atención a los adultos mayores, aportando y adecuando instalaciones y brindando atenciones, servicios y material, como sillas de ruedas, algunos alimentos e hidratantes, toldos para dar sombra y, con mayores niveles de paciencia y prudencia, han soportado en Tlaquepaque y en Tonalá, los desesperados embates ciudadanos. La vacunación dentro del auto es destacable. El ITESO con sus instalaciones, mobiliario y su personal, ha participado aceptablemente, con calidad organizativa y atenciones humanitarias. Cumple como institución católica.

Queda clara la tiranía del gobierno federal al ser inflexible limitando (con intenciones de prohibición) a los gobiernos estatales y municipales. En reciente visita de López Obrador al municipio de Tequila, Jalisco, el gobernador Alfaro pidió más vacunas. La clásica y taimada respuesta fue afirmativa pero “hay que esperar”. En tanto el beisbolero se dedicó a presumir los contratos de compra del inmunizante y reiteró las promesas de atención al tema sobre todo en materia de los pagos. Afortunadamente, el martes pasado llegaron a Guadalajara más de 80 mil dosis de inmunizante. Y a esperar las indicaciones de cómo y dónde serán aplicadas. Quizá este fin de semana algunos tapatíos mayores resulten beneficiados.

En tanto la ciudadanía de la tercera edad sigue expuesta a padecer incomodidades, malas atenciones, desprecio, riesgos para su salud y hasta asaltos, como sucedió la madrugada del lunes pasado en la colonia Jalisco en Tonalá, cuando las personas hacían fila en espera de la vacuna. Esto representa la imposición de “sistemas”, la descoordinación entre niveles de gobierno y el temor a levantar la voz. Dónde están las policía municipales, las estatales y los soldados disfrazados de Guardia nacional? Qué bueno que Alfaro, al menos, pidió las vacunas. Aplauso para la U. de G. y el ITESO que hicieron lo propio, saliendo de sus aposentos y no como otros, rodeados de ventajas por encima de la ciudadanía.

Queda en el aire la pregunta: ¿Cuáles obras de infraestructura ha anunciado o iniciado el gobierno federal, si no es que su trenecito maya, el aeropuerto e instalaciones militares? ¿Hay caminos adecuados? ¿Obras hidráulicas en el país? ¿Desarrollo económico? ¿Concordia entre los diversos sectores de la sociedad?, ¿Seguridad pública? ¿Empleos, ¿Salud…Educación?

La pendencia y la campaña político electoral son tesis de los gobiernos en estas épocas y más recalcitrante en la Federación, donde se pisotea la relación federalista entre los estados y la capital de la República. Lamentablemente hay incapacidad para comprender tal cosa. ¿Así son los tiranos? Clara es la muestra del absolutismo que pretende imponer el Ejecutivo para someter (¿más?) al Judicial, cuando el juez federal Juan Pablo Gómez Fierro dictó suspensión provisional a la reforma de la Ley de la Industria Eléctrica y a la energía, propuesta por López y aprobada por los lacayos del legislativo. El presidente de la Judicatura federal y de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Saldívar se enfrenta ahora al titular del Ejecutivo porque defiende (¿ahora sí?) delimitación, respeto y división de poderes. López aprovecha cualquier oportunidad de imponer sus caprichos e intereses. Y…qué pasa?

* Periodista

mjimenezibanez@yahoo.com.mx

Esta pandemia reconfirma el por qué los que se disfrazan de “servidores públicos” ahora denominados “servidores de la Nación”, pretenden seguir pegados a la ubre presupuestal. Esto no es nuevo ni tiene exclusividad en el color partidista. Ahora se remarca que quien está en el poder público recibe los beneficios que jamás recibirá la población. Es un secreto a voces que ni diputados, ni senadores, ni los funcionarios de primeros niveles en los gabinetes tuvieron que padecer la mala organización para aplicar la vacuna contra el Covid 19.

A la vez, la condición humana, impulsada por la necesidad de esa inmunización, actúa con escaso raciocinio. Sin embargo, hay que reconocer que la ciudadanía que acudió a los centros de vacunación han mostrado un poco más de inteligencia organizativa que el gobierno federal. Por un lado escasas dosis. Por el otro la enorme demanda. Los inservibles servidores de la nación, con órdenes electoreras más que sanitarias, han sido incapaces de metodizar la forma para atender a la gente que requiere el inmunizante. La Universidad de Guadalajara ha mostrado mejores sistemas de atención a los adultos mayores, aportando y adecuando instalaciones y brindando atenciones, servicios y material, como sillas de ruedas, algunos alimentos e hidratantes, toldos para dar sombra y, con mayores niveles de paciencia y prudencia, han soportado en Tlaquepaque y en Tonalá, los desesperados embates ciudadanos. La vacunación dentro del auto es destacable. El ITESO con sus instalaciones, mobiliario y su personal, ha participado aceptablemente, con calidad organizativa y atenciones humanitarias. Cumple como institución católica.

Queda clara la tiranía del gobierno federal al ser inflexible limitando (con intenciones de prohibición) a los gobiernos estatales y municipales. En reciente visita de López Obrador al municipio de Tequila, Jalisco, el gobernador Alfaro pidió más vacunas. La clásica y taimada respuesta fue afirmativa pero “hay que esperar”. En tanto el beisbolero se dedicó a presumir los contratos de compra del inmunizante y reiteró las promesas de atención al tema sobre todo en materia de los pagos. Afortunadamente, el martes pasado llegaron a Guadalajara más de 80 mil dosis de inmunizante. Y a esperar las indicaciones de cómo y dónde serán aplicadas. Quizá este fin de semana algunos tapatíos mayores resulten beneficiados.

En tanto la ciudadanía de la tercera edad sigue expuesta a padecer incomodidades, malas atenciones, desprecio, riesgos para su salud y hasta asaltos, como sucedió la madrugada del lunes pasado en la colonia Jalisco en Tonalá, cuando las personas hacían fila en espera de la vacuna. Esto representa la imposición de “sistemas”, la descoordinación entre niveles de gobierno y el temor a levantar la voz. Dónde están las policía municipales, las estatales y los soldados disfrazados de Guardia nacional? Qué bueno que Alfaro, al menos, pidió las vacunas. Aplauso para la U. de G. y el ITESO que hicieron lo propio, saliendo de sus aposentos y no como otros, rodeados de ventajas por encima de la ciudadanía.

Queda en el aire la pregunta: ¿Cuáles obras de infraestructura ha anunciado o iniciado el gobierno federal, si no es que su trenecito maya, el aeropuerto e instalaciones militares? ¿Hay caminos adecuados? ¿Obras hidráulicas en el país? ¿Desarrollo económico? ¿Concordia entre los diversos sectores de la sociedad?, ¿Seguridad pública? ¿Empleos, ¿Salud…Educación?

La pendencia y la campaña político electoral son tesis de los gobiernos en estas épocas y más recalcitrante en la Federación, donde se pisotea la relación federalista entre los estados y la capital de la República. Lamentablemente hay incapacidad para comprender tal cosa. ¿Así son los tiranos? Clara es la muestra del absolutismo que pretende imponer el Ejecutivo para someter (¿más?) al Judicial, cuando el juez federal Juan Pablo Gómez Fierro dictó suspensión provisional a la reforma de la Ley de la Industria Eléctrica y a la energía, propuesta por López y aprobada por los lacayos del legislativo. El presidente de la Judicatura federal y de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Saldívar se enfrenta ahora al titular del Ejecutivo porque defiende (¿ahora sí?) delimitación, respeto y división de poderes. López aprovecha cualquier oportunidad de imponer sus caprichos e intereses. Y…qué pasa?

* Periodista

mjimenezibanez@yahoo.com.mx