/ domingo 24 de noviembre de 2019

Don Guillermo Cosío Vidaurri, estadista y humano

Salvador Cosío Gaona

Nos deja a sus hijos, nietos y a las generaciones que vienen, la gran responsabilidad de seguir trabajando por la grandeza de Jalisco y de México.

Desde hace cerca de diez lustros y hasta el día de su deceso ocurrido el pasado miércoles 13 de noviembre, Don Guillermo Cosío Vidaurri, fue un referente en la vida política de Jalisco y México e inspiración fundamental para miles de jaliscienses y mexicanos coincidentes con su forma de pensar en relación a la solución de la problemática y necesidades sociales así como la búsqueda de superación y cohesión social de sus comunidades.


Foto: Salvador Cosío Gaona


Para la gente con quien convivió a lo largo de su fecunda vida siempre tuvo una palabra o gesto amable, además de un aprendizaje que dejar, porque jamás fue egoísta e invariablemente compartió lo que sabía y no regateó al brindar a los demás cualquier cosa que les fuese útil y estuviese a su alcance. Fue muy prolífico en amigos; los tuvo en cada rincón de Jalisco y en bastantes ciudades y regiones del país, así como en alumnos que siempre le siguieron para abrevar de su conocimiento, experiencia y sus destrezas propias del enorme y fantástico animal político que fue.

Son incontables las diversas generaciones de profesionistas que lo eligieron como padrino; abogados, ingenieros civiles, médicos, agrónomos, geógrafos, administradores, contadores y educadores fueron sus ahijados, dándose espacio y momentos para mantenerse en contacto y convivencia con ellos, quienes preservaron para él aprecio, respeto y admiración.

Irrenunciable priista, invariable de sus compromisos ideológicos, aun en las horas más afligidas de su partido, el Revolucionario Institucional, pero con la modernidad que significa aceptar con tolerancia y respeto la pluralidad, Don Guillermo, siguió concitando la voluntad favorable y el afecto de millares de personas de diversos enclaves socioeconómicos, generacionales y culturales que influyen e impactan en la vida de la sociedad jalisciense.

Como lo destacó en algún momento el exgobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, Don Guillermo Cosío fue “un hombre visionario, bien administrado y conocedor de la gestión pública”.

Con su gran visión y siendo un adelantado a su época, fue artífice de grandes obras para el más adecuado desarrollo urbano y la movilidad metropolitana destacando junto con el Gobernador Don Alberto Orozco Romero en lo que fue cimiento del actual sistema de transporte colectivo de la urbe tapatía. Como Alcalde de Guadalajara y ya como Mandatario estatal tuvo la oportunidad de impulsar la terminación de la primera línea del Tren Ligero siendo fundamental su labor para lograr la línea dos y dejar debidamente aprobado el proyecto de la línea Tres, que es una de las obras más importantes de Jalisco en los últimos cuarenta años.

Durante el homenaje póstumo que le dedicó en el Palacio de Gobierno de Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, lo definió como un político referente de nuestro estado, y que marcó una época de la vida pública en el Occidente del país y a nivel nacional. Destacó la obra y el desarrollo que impulsó en la entidad y afirmó “es el legado de un hombre que trabajó por Jalisco, de un hombre que hizo bien su trabajo, de un buen hombre que la historia lo va a recordar como un buen gobernador, como un buen alcalde de Guadalajara y como un buen legislador. Dejó un ejemplo de trabajo, dedicación y congruencia y le dejó a Jalisco obras que marcaron el rumbo del estado”.

Al tener el privilegio de agradecer en Palacio de Gobierno las distinciones que se le dedicaron a mi padre, mencioné que más allá de su firme convicción ideológica personal compartida con muchos jaliscienses y mexicanos, Don Guillermo era ante todo un hombre de Estado, un estadista, un demócrata que ejerció lo que el pueblo le otorgó para actuar con pleno respeto a las instituciones, al propio pueblo, con tolerancia, inclusión y respeto; cité que hizo camino al andar y dejó profunda huella al gestionar y entregar grandes obras hidráulicas, de desarrollo regional y de movilidad, pero sobre todo irradiar unidad y vocación de servicio por ese noble e ideal propósito que lo inspiró toda su vida; propiciar la unidad y la grandeza de su querido Jalisco y de México.

El presidente municipal de la capital tapatía, Ismael del Toro, encabezó la ceremonia póstuma en el Ayuntamiento de Guadalajara, donde destacó la trayectoria política de Don Guillermo que dijo, trajo avances en materia de movilidad al recordarlo como un tapatío promotor y protagonista del desarrollo político y social de Guadalajara, como presidente municipal, y en Jalisco cuando fue gobernador, en tanto, al agradecer a la comuna el reconocimiento, José Guillermo Cosío Gaona, habló del amor y orgullo que Don Guillermo “siempre sintió por Guadalajara por todo lo que logró hacer en la ciudad en cuanto al mejoramiento de servicios públicos municipales, no por él, sino por el gran equipo de trabajo que lo apoyó”.

Bastante de la grandeza que ahora disfrutamos los jaliscienses fue gracias a la altura de miras que siempre tuvo mi padre, quien dejó como mayor legado de su desempeño como funcionario público proyectos fundamentales que siguen siendo referentes en el desarrollo de la entidad, como las grandes obras hidráulicas, instituciones educativas en todos niveles, obras como avenidas, puentes y carreteras para mejorar la movilidad en el centro de la entidad y comunicar más a sus regiones, así como el sólido respaldo a la agro producción, que marcaron una etapa fundamental en el desarrollo regional jalisciense que ha sido pilar para el progreso de las ciudades medias e intermedias, sin descuidar obras visionarias que tuvieron como fin incrementar el abasto hídrico a la zona conurbada de Guadalajara.

Forjado en la cultura del esfuerzo desde su infancia y juventud en el popular ‘barrio de La Capilla de Jesús’, en el corazón de su amada Guadalajara, a fuerza de trabajo, dedicación y constancia se ganó a pulso el mote de “Don” y se guardó para el curriculum los títulos académicos, pues ha sido con su obra como ha dejado innegablemente una huella indeleble en la vida política y social de Jalisco, que también trascendió exitosamente en la escena nacional.

Don Guillermo fue un hijo ejemplar, abnegado esposo y muy responsable padre; nos deja a sus hijos, nietos y a las generaciones que vienen, la gran responsabilidad de seguir trabajando por la grandeza de Jalisco y de México.

Opinión.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1

Salvador Cosío Gaona

Nos deja a sus hijos, nietos y a las generaciones que vienen, la gran responsabilidad de seguir trabajando por la grandeza de Jalisco y de México.

Desde hace cerca de diez lustros y hasta el día de su deceso ocurrido el pasado miércoles 13 de noviembre, Don Guillermo Cosío Vidaurri, fue un referente en la vida política de Jalisco y México e inspiración fundamental para miles de jaliscienses y mexicanos coincidentes con su forma de pensar en relación a la solución de la problemática y necesidades sociales así como la búsqueda de superación y cohesión social de sus comunidades.


Foto: Salvador Cosío Gaona


Para la gente con quien convivió a lo largo de su fecunda vida siempre tuvo una palabra o gesto amable, además de un aprendizaje que dejar, porque jamás fue egoísta e invariablemente compartió lo que sabía y no regateó al brindar a los demás cualquier cosa que les fuese útil y estuviese a su alcance. Fue muy prolífico en amigos; los tuvo en cada rincón de Jalisco y en bastantes ciudades y regiones del país, así como en alumnos que siempre le siguieron para abrevar de su conocimiento, experiencia y sus destrezas propias del enorme y fantástico animal político que fue.

Son incontables las diversas generaciones de profesionistas que lo eligieron como padrino; abogados, ingenieros civiles, médicos, agrónomos, geógrafos, administradores, contadores y educadores fueron sus ahijados, dándose espacio y momentos para mantenerse en contacto y convivencia con ellos, quienes preservaron para él aprecio, respeto y admiración.

Irrenunciable priista, invariable de sus compromisos ideológicos, aun en las horas más afligidas de su partido, el Revolucionario Institucional, pero con la modernidad que significa aceptar con tolerancia y respeto la pluralidad, Don Guillermo, siguió concitando la voluntad favorable y el afecto de millares de personas de diversos enclaves socioeconómicos, generacionales y culturales que influyen e impactan en la vida de la sociedad jalisciense.

Como lo destacó en algún momento el exgobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, Don Guillermo Cosío fue “un hombre visionario, bien administrado y conocedor de la gestión pública”.

Con su gran visión y siendo un adelantado a su época, fue artífice de grandes obras para el más adecuado desarrollo urbano y la movilidad metropolitana destacando junto con el Gobernador Don Alberto Orozco Romero en lo que fue cimiento del actual sistema de transporte colectivo de la urbe tapatía. Como Alcalde de Guadalajara y ya como Mandatario estatal tuvo la oportunidad de impulsar la terminación de la primera línea del Tren Ligero siendo fundamental su labor para lograr la línea dos y dejar debidamente aprobado el proyecto de la línea Tres, que es una de las obras más importantes de Jalisco en los últimos cuarenta años.

Durante el homenaje póstumo que le dedicó en el Palacio de Gobierno de Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, lo definió como un político referente de nuestro estado, y que marcó una época de la vida pública en el Occidente del país y a nivel nacional. Destacó la obra y el desarrollo que impulsó en la entidad y afirmó “es el legado de un hombre que trabajó por Jalisco, de un hombre que hizo bien su trabajo, de un buen hombre que la historia lo va a recordar como un buen gobernador, como un buen alcalde de Guadalajara y como un buen legislador. Dejó un ejemplo de trabajo, dedicación y congruencia y le dejó a Jalisco obras que marcaron el rumbo del estado”.

Al tener el privilegio de agradecer en Palacio de Gobierno las distinciones que se le dedicaron a mi padre, mencioné que más allá de su firme convicción ideológica personal compartida con muchos jaliscienses y mexicanos, Don Guillermo era ante todo un hombre de Estado, un estadista, un demócrata que ejerció lo que el pueblo le otorgó para actuar con pleno respeto a las instituciones, al propio pueblo, con tolerancia, inclusión y respeto; cité que hizo camino al andar y dejó profunda huella al gestionar y entregar grandes obras hidráulicas, de desarrollo regional y de movilidad, pero sobre todo irradiar unidad y vocación de servicio por ese noble e ideal propósito que lo inspiró toda su vida; propiciar la unidad y la grandeza de su querido Jalisco y de México.

El presidente municipal de la capital tapatía, Ismael del Toro, encabezó la ceremonia póstuma en el Ayuntamiento de Guadalajara, donde destacó la trayectoria política de Don Guillermo que dijo, trajo avances en materia de movilidad al recordarlo como un tapatío promotor y protagonista del desarrollo político y social de Guadalajara, como presidente municipal, y en Jalisco cuando fue gobernador, en tanto, al agradecer a la comuna el reconocimiento, José Guillermo Cosío Gaona, habló del amor y orgullo que Don Guillermo “siempre sintió por Guadalajara por todo lo que logró hacer en la ciudad en cuanto al mejoramiento de servicios públicos municipales, no por él, sino por el gran equipo de trabajo que lo apoyó”.

Bastante de la grandeza que ahora disfrutamos los jaliscienses fue gracias a la altura de miras que siempre tuvo mi padre, quien dejó como mayor legado de su desempeño como funcionario público proyectos fundamentales que siguen siendo referentes en el desarrollo de la entidad, como las grandes obras hidráulicas, instituciones educativas en todos niveles, obras como avenidas, puentes y carreteras para mejorar la movilidad en el centro de la entidad y comunicar más a sus regiones, así como el sólido respaldo a la agro producción, que marcaron una etapa fundamental en el desarrollo regional jalisciense que ha sido pilar para el progreso de las ciudades medias e intermedias, sin descuidar obras visionarias que tuvieron como fin incrementar el abasto hídrico a la zona conurbada de Guadalajara.

Forjado en la cultura del esfuerzo desde su infancia y juventud en el popular ‘barrio de La Capilla de Jesús’, en el corazón de su amada Guadalajara, a fuerza de trabajo, dedicación y constancia se ganó a pulso el mote de “Don” y se guardó para el curriculum los títulos académicos, pues ha sido con su obra como ha dejado innegablemente una huella indeleble en la vida política y social de Jalisco, que también trascendió exitosamente en la escena nacional.

Don Guillermo fue un hijo ejemplar, abnegado esposo y muy responsable padre; nos deja a sus hijos, nietos y a las generaciones que vienen, la gran responsabilidad de seguir trabajando por la grandeza de Jalisco y de México.

Opinión.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1