/ lunes 29 de octubre de 2018

Desde mi óptica / ¿Mente deshumanizada?

El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. Quedan prohibidas las penas de muerte, mutilación, infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico; así está establecido en el artículo 22 de nuestra Constitución Política.

No obstante, hay sectores de la población donde se han visto casos de linchamiento, en donde la Carta Magna no ha sido tomada en cuenta, algunos ciudadanos se han manifestado, condenando que se produzcan este tipo de acciones y lo han calificado como un acto horroroso e inhumano; paralelo a ello, otros no justifican que una persona sea linchada, pero consideran también que las autoridades no están haciendo su trabajo y que la población sólo ha respondido a ese descuido.

Ante esos escenarios, grupos de la sociedad civil han expresado que muchos actos de deshumanización son debido a la casi nula educación en el hogar, ya que según dicen, muchos padres no se preocupan por enseñarles valores a sus hijas(os) y que eso es un referente en el incremento de los casos de delincuencia. En los procesos penales contra menores, sobre todo cuando el hecho es grave, casi siempre el acusado proviene de una familia disfuncional, se adopta este término cuando hace falta la comunicación, afecto, actividades compartidas o se pierde el sentido de pertenencia, ya sea en un núcleo monoparental, ampliado o tradicional donde se encuentran ambos padres.

Hoy se busca responsabilizar con mano dura a los menores en conflicto con la ley, sin pensar en la disfuncionalidad de las familias de las que provienen. Un ser humano necesita cariño, tener un sentido de pertenencia, valores, cultura, costumbres, tradiciones, necesita de un alma y de los demás para vivir como tal.

Según el diccionario de la Real Academia Española el término deshumanización refiere que es privar de caracteres humanos, lo que quiere decir, que es la pérdida de cualquier cualidad, valor, mentalidad, que nos hace humanos; de aquí surge una pregunta, ¿qué es o a qué nos referimos cuando decimos humano?

Científicamente se dice que el hombre no es más que un animal racional (homo-sapiens) que significa hombre que piensa y que tiene capacidad de razonar, de comunicarse, no actúa por instinto, es libre de elegir y hacer lo que deseé, todo esto es lo que llamamos libre albedrío, lo que atinadamente escribe Fernando Savater en su singular libro “Ética para amador”.

Disciplinar a una hija(o), se ha hecho para muchos padres una tarea imposible. Unos no conocen otro medio, salvo la violencia física o psicológica, y otros tratan a sus hijas(os) como amigas(os) condescendientes. Se les permite todo sin consecuencia alguna. Así, los primeros aprenden a rebelarse contra las figuras de autoridad por medio de la violencia y a maltratar a los demás sin crear la mínima empatía hacia el dolor ajeno. Los segundos carecen de límites y, por ende, no asumen responsabilidad alguna por sus actos.

Respetable lector, va a ser difícil, pero aún tenemos tiempo para mejorar las cosas y demostrarnos a nosotros mismos, que podemos ser humanos y que la mente deshumanizada es un error que sólo nos lleva a la autodestrucción como seres vivos. Gracias por sus atinados comentarios.


Rector General del Centro Universitario UTEG*

mail: joseroque@uteg.edu.mx

El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. Quedan prohibidas las penas de muerte, mutilación, infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico; así está establecido en el artículo 22 de nuestra Constitución Política.

No obstante, hay sectores de la población donde se han visto casos de linchamiento, en donde la Carta Magna no ha sido tomada en cuenta, algunos ciudadanos se han manifestado, condenando que se produzcan este tipo de acciones y lo han calificado como un acto horroroso e inhumano; paralelo a ello, otros no justifican que una persona sea linchada, pero consideran también que las autoridades no están haciendo su trabajo y que la población sólo ha respondido a ese descuido.

Ante esos escenarios, grupos de la sociedad civil han expresado que muchos actos de deshumanización son debido a la casi nula educación en el hogar, ya que según dicen, muchos padres no se preocupan por enseñarles valores a sus hijas(os) y que eso es un referente en el incremento de los casos de delincuencia. En los procesos penales contra menores, sobre todo cuando el hecho es grave, casi siempre el acusado proviene de una familia disfuncional, se adopta este término cuando hace falta la comunicación, afecto, actividades compartidas o se pierde el sentido de pertenencia, ya sea en un núcleo monoparental, ampliado o tradicional donde se encuentran ambos padres.

Hoy se busca responsabilizar con mano dura a los menores en conflicto con la ley, sin pensar en la disfuncionalidad de las familias de las que provienen. Un ser humano necesita cariño, tener un sentido de pertenencia, valores, cultura, costumbres, tradiciones, necesita de un alma y de los demás para vivir como tal.

Según el diccionario de la Real Academia Española el término deshumanización refiere que es privar de caracteres humanos, lo que quiere decir, que es la pérdida de cualquier cualidad, valor, mentalidad, que nos hace humanos; de aquí surge una pregunta, ¿qué es o a qué nos referimos cuando decimos humano?

Científicamente se dice que el hombre no es más que un animal racional (homo-sapiens) que significa hombre que piensa y que tiene capacidad de razonar, de comunicarse, no actúa por instinto, es libre de elegir y hacer lo que deseé, todo esto es lo que llamamos libre albedrío, lo que atinadamente escribe Fernando Savater en su singular libro “Ética para amador”.

Disciplinar a una hija(o), se ha hecho para muchos padres una tarea imposible. Unos no conocen otro medio, salvo la violencia física o psicológica, y otros tratan a sus hijas(os) como amigas(os) condescendientes. Se les permite todo sin consecuencia alguna. Así, los primeros aprenden a rebelarse contra las figuras de autoridad por medio de la violencia y a maltratar a los demás sin crear la mínima empatía hacia el dolor ajeno. Los segundos carecen de límites y, por ende, no asumen responsabilidad alguna por sus actos.

Respetable lector, va a ser difícil, pero aún tenemos tiempo para mejorar las cosas y demostrarnos a nosotros mismos, que podemos ser humanos y que la mente deshumanizada es un error que sólo nos lleva a la autodestrucción como seres vivos. Gracias por sus atinados comentarios.


Rector General del Centro Universitario UTEG*

mail: joseroque@uteg.edu.mx