/ lunes 28 de enero de 2019

Desde mi óptica / Carencia

La Real Academia Española, define a la carencia como la falta o privación de algo, abonando otro concepto, carencia se refiere también a que es un término polisémico, que se aplica a distintos ámbitos, tanto naturales como sociales; en todos ellos con el significado de la insuficiencia a la hora de cubrir una necesidad, o la ausencia de un elemento indispensable.

Una persona se encuentra en situación de pobreza o de calle cuando: por lo menos reúne una característica cuando no tiene, ni siquiera, un salario o ingreso suficiente para satisfacer sus mínimas necesidades, de ahí que a esto se agrega cuando un segmento de la sociedad se encuentra en extrema pobreza en virtud de tener un ingreso inferior a lo que se establece y por consecuencia no está a su alcance la canasta alimentaria, a esto se le llama carencia social.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) documenta que de los 11.3 millones de integrantes de los pueblos originarios que hay en el país, alrededor de 72 por ciento, se encuentra en pobreza y el resto, 500 mil indígenas no es pobre, pues alcanza a cubrir todos sus satisfactores y cuenta con ingresos suficientes.

En cuanto al acceso a derechos sociales, se documentó que 8 de cada 10 indígenas carecen de seguridad social (pensiones y prestaciones) y uno de cada cuatro tampoco tiene acceso a los servicios de salud.

A lo largo de los últimos años los dirigentes de todo el mundo, en los diferentes foros de alto nivel, se han comprometido a reducir el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, ya que han entendido que los seres humanos, al igual que el resto de los seres vivos, necesita, además que el agua, una variada y equilibrada alimentación ya que ello es fundamental para la vida.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en colaboración con los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y otros asociados en el desarrollo se está centrando en el impulso de la responsabilidad y el compromiso político, la mejora de las capacidades y la movilización de recursos a todos los niveles a efecto de erradicar el hambre y todas las formas de malnutrición.

Los programas sociales respectivos, tienen como prioridad concientizar a la población que una buena alimentación significa que el cuerpo obtenga todos los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita para trabajar correctamente, ya que los malos hábitos alimenticios contribuyen al aumento de la obesidad en el mundo, aún para aquellos con un peso adecuado, una dieta pobre en nutrientes se asocia con mayores riesgos para la salud, que pueden causar enfermedades e incluso la muerte.

Ahora bien, es indudable que existen organismos asistenciales de la sociedad civil, políticas públicas enfocadas a esta lacerante realidad respecto a la carencia de alimentos, pero, no son suficientes ya que, rebasan en mucho la especulación en la pobreza y, cuando se puede, medio tener acceso a una mejor forma de alimentarse, es cierto que con el estrés y las prisas muchas veces caemos en la compra de alimentos precocinados o terminamos pidiendo un almuerzo rápido, no menos es cierto que los precios de la comida saludable puede hacer que nuestro presupuesto quede resentido y que por ello, muchos caen en adoptar una comida rápida.

Por último, no debemos olvidar que existe una infinidad de alimentos que son trasladados de un lugar a otro a efecto de satisfacer las necesidades de la oferta y la demanda, es por ello que también en esta aportación tiene un espacio importante que, ante la carencia de combustibles, puede llevar a que aquellos víveres que se trasladan sufran un interesante aumento desencadenando que muchos de ellos no estén al alcance del presupuesto de las familias.

Apreciable lector, agradezco infinitamente los comentarios que vierte en forma semanal, seguro estoy que de alguna manera estamos en alguna carencia, teniendo la actitud para salir de ella.

Rector General del Centro Universitario UTEG*

e-mail. joseroque@uteg.edu.mx

La Real Academia Española, define a la carencia como la falta o privación de algo, abonando otro concepto, carencia se refiere también a que es un término polisémico, que se aplica a distintos ámbitos, tanto naturales como sociales; en todos ellos con el significado de la insuficiencia a la hora de cubrir una necesidad, o la ausencia de un elemento indispensable.

Una persona se encuentra en situación de pobreza o de calle cuando: por lo menos reúne una característica cuando no tiene, ni siquiera, un salario o ingreso suficiente para satisfacer sus mínimas necesidades, de ahí que a esto se agrega cuando un segmento de la sociedad se encuentra en extrema pobreza en virtud de tener un ingreso inferior a lo que se establece y por consecuencia no está a su alcance la canasta alimentaria, a esto se le llama carencia social.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) documenta que de los 11.3 millones de integrantes de los pueblos originarios que hay en el país, alrededor de 72 por ciento, se encuentra en pobreza y el resto, 500 mil indígenas no es pobre, pues alcanza a cubrir todos sus satisfactores y cuenta con ingresos suficientes.

En cuanto al acceso a derechos sociales, se documentó que 8 de cada 10 indígenas carecen de seguridad social (pensiones y prestaciones) y uno de cada cuatro tampoco tiene acceso a los servicios de salud.

A lo largo de los últimos años los dirigentes de todo el mundo, en los diferentes foros de alto nivel, se han comprometido a reducir el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, ya que han entendido que los seres humanos, al igual que el resto de los seres vivos, necesita, además que el agua, una variada y equilibrada alimentación ya que ello es fundamental para la vida.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en colaboración con los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y otros asociados en el desarrollo se está centrando en el impulso de la responsabilidad y el compromiso político, la mejora de las capacidades y la movilización de recursos a todos los niveles a efecto de erradicar el hambre y todas las formas de malnutrición.

Los programas sociales respectivos, tienen como prioridad concientizar a la población que una buena alimentación significa que el cuerpo obtenga todos los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita para trabajar correctamente, ya que los malos hábitos alimenticios contribuyen al aumento de la obesidad en el mundo, aún para aquellos con un peso adecuado, una dieta pobre en nutrientes se asocia con mayores riesgos para la salud, que pueden causar enfermedades e incluso la muerte.

Ahora bien, es indudable que existen organismos asistenciales de la sociedad civil, políticas públicas enfocadas a esta lacerante realidad respecto a la carencia de alimentos, pero, no son suficientes ya que, rebasan en mucho la especulación en la pobreza y, cuando se puede, medio tener acceso a una mejor forma de alimentarse, es cierto que con el estrés y las prisas muchas veces caemos en la compra de alimentos precocinados o terminamos pidiendo un almuerzo rápido, no menos es cierto que los precios de la comida saludable puede hacer que nuestro presupuesto quede resentido y que por ello, muchos caen en adoptar una comida rápida.

Por último, no debemos olvidar que existe una infinidad de alimentos que son trasladados de un lugar a otro a efecto de satisfacer las necesidades de la oferta y la demanda, es por ello que también en esta aportación tiene un espacio importante que, ante la carencia de combustibles, puede llevar a que aquellos víveres que se trasladan sufran un interesante aumento desencadenando que muchos de ellos no estén al alcance del presupuesto de las familias.

Apreciable lector, agradezco infinitamente los comentarios que vierte en forma semanal, seguro estoy que de alguna manera estamos en alguna carencia, teniendo la actitud para salir de ella.

Rector General del Centro Universitario UTEG*

e-mail. joseroque@uteg.edu.mx