/ lunes 11 de mayo de 2020

Bots política ficticia o realpolitik

Chango viejo no aprende maroma nueva, las personas de mi generación nacidas antes de los años sesentas, con honrosas excepciones, con dificultad comprendemos más allá, penosamente migramos de la maquina de escribir al fax y luego a las computadoras, después a las redes sociales, que usamos como una variante moderna del telégrafo, teléfono, televisión, periódicos y revistas impresos. Hablar de hashtag # como se conocen los temas que son más mencionados para posicionarlos en redes sociales.

Algunas redes conocidas popularmente, las menos conocidas como FriendFeed, Weibo, a mi generación nos cuesta trabajo conocerlas, menos usarlas. Otras más conocidas como Twiter, Telegram, Facebook, mesenger, Gogle+, Instagram por más populares nos resultan menos conocidas. Su uso y aplicación exige un poco más conocimientos para su uso. Lo que alcanzamos a medio comprender, es cómo influyeron, han influido o influirán en el comportamiento social de las personas, en temas políticos o electorales, lo más que sabemos o intuimos, es que quienes se mueven en ese mundillo de la comunicación de masas les estimula a pensar y actuar de un modo u otro, que incide en la política virtual o la Realpolitik o política realista, basada en acciones concretas.

Recientemente en las mañaneras presenciamos el reclamo de la cantidad de bots que invaden las redes, las antes llamadas benditas redes, porque “supuestamente” habían desplazado a un segundo plano de importancia a los medios tradicionales de comunicación, léase, TV, Radio, prensa escrita incluidas revistas y periódicos, ello facilitó la llegada al poder a partidos nuevos. Esas “benditas redes” de pronto son satanizadas por no representar tendencias de aprobación al régimen actual. El argumento fue que hay muchos bots (robots) que penetran en las redes y favorecen, critican o atacan las opiniones de los usuarios, el primer impulso fue solicitar a redes como Facebook que aclaren cuantos usuarios hay de carne y hueso y cuantos son falsos, conocidos como bots, que no tienen atrás de ellos a personas de carne y hueso, la respuesta de Facebook, aunque en inglés fue contundente, los simpatizantes del régimen actual que participan en redes no son reales, el 60% son bots, cuentas falsas que no corresponden verdaderamente a opiniones de personas, son robots.

El diccionario o tumba burros moderno de las redes sociales Wikipedia, define a un bot, explicando que es un programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas o multiplicadoras, a través de Internet, cuya realización por una persona sola sería imposible o tediosa.

Los bots en redes sociales hacen la función de crear hashtag# (una tendencia de pensamiento, aparentemente verdadera y mayoritaria), pero en realidad no es real sino inducida por los robots, hicieron creer a las personas, que ya son muchos los que piensan de un modo u otro y arrastra a opinar de igual modo a las personas de poco criterio, bajo el viejo dicho popular de ¿a dónde vas Vicente? A donde va la gente.

La cuestión es, si influyó en la elección federal pasada – con o sin bots – si determinó la formación y tendencia de la opinión pública actual, si ha sido manipulada o es manipulada hoy, y su efecto en las próximas elecciones.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot

Chango viejo no aprende maroma nueva, las personas de mi generación nacidas antes de los años sesentas, con honrosas excepciones, con dificultad comprendemos más allá, penosamente migramos de la maquina de escribir al fax y luego a las computadoras, después a las redes sociales, que usamos como una variante moderna del telégrafo, teléfono, televisión, periódicos y revistas impresos. Hablar de hashtag # como se conocen los temas que son más mencionados para posicionarlos en redes sociales.

Algunas redes conocidas popularmente, las menos conocidas como FriendFeed, Weibo, a mi generación nos cuesta trabajo conocerlas, menos usarlas. Otras más conocidas como Twiter, Telegram, Facebook, mesenger, Gogle+, Instagram por más populares nos resultan menos conocidas. Su uso y aplicación exige un poco más conocimientos para su uso. Lo que alcanzamos a medio comprender, es cómo influyeron, han influido o influirán en el comportamiento social de las personas, en temas políticos o electorales, lo más que sabemos o intuimos, es que quienes se mueven en ese mundillo de la comunicación de masas les estimula a pensar y actuar de un modo u otro, que incide en la política virtual o la Realpolitik o política realista, basada en acciones concretas.

Recientemente en las mañaneras presenciamos el reclamo de la cantidad de bots que invaden las redes, las antes llamadas benditas redes, porque “supuestamente” habían desplazado a un segundo plano de importancia a los medios tradicionales de comunicación, léase, TV, Radio, prensa escrita incluidas revistas y periódicos, ello facilitó la llegada al poder a partidos nuevos. Esas “benditas redes” de pronto son satanizadas por no representar tendencias de aprobación al régimen actual. El argumento fue que hay muchos bots (robots) que penetran en las redes y favorecen, critican o atacan las opiniones de los usuarios, el primer impulso fue solicitar a redes como Facebook que aclaren cuantos usuarios hay de carne y hueso y cuantos son falsos, conocidos como bots, que no tienen atrás de ellos a personas de carne y hueso, la respuesta de Facebook, aunque en inglés fue contundente, los simpatizantes del régimen actual que participan en redes no son reales, el 60% son bots, cuentas falsas que no corresponden verdaderamente a opiniones de personas, son robots.

El diccionario o tumba burros moderno de las redes sociales Wikipedia, define a un bot, explicando que es un programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas o multiplicadoras, a través de Internet, cuya realización por una persona sola sería imposible o tediosa.

Los bots en redes sociales hacen la función de crear hashtag# (una tendencia de pensamiento, aparentemente verdadera y mayoritaria), pero en realidad no es real sino inducida por los robots, hicieron creer a las personas, que ya son muchos los que piensan de un modo u otro y arrastra a opinar de igual modo a las personas de poco criterio, bajo el viejo dicho popular de ¿a dónde vas Vicente? A donde va la gente.

La cuestión es, si influyó en la elección federal pasada – con o sin bots – si determinó la formación y tendencia de la opinión pública actual, si ha sido manipulada o es manipulada hoy, y su efecto en las próximas elecciones.

sadot16@hotmail.com

@EduardoSadot