/ jueves 26 de agosto de 2021

Apostarle a las energías limpias

Mauro Garza

Uno de los grandes retos que tenemos como sociedad sin distingo de edad, clase social, nacionalidad, etcétera, es el de transitar al uso exclusivo de energías limpias y energías renovables. Que, aún que a veces estos conceptos con frecuencia se utilizan como sinónimos, no lo son, pues las energías renovables provienen de fuentes inagotables y las limpias son las que contaminan menos en el proceso de su generación.

Muchos han sido los esfuerzos que los gobiernos del mundo han impulsado para emigrar al uso de este tipo de energías y lograr la independencia energética, pues supone el uso de elementos naturales inagotables, de bajo costo y que garantizan una reducción de emisiones de co2 al ambiente.

Uno de los primeros acuerdos se firmó el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón conocido como “protocolo de Kioto sobre el cambio climático” y del cual México fue participe. El compromiso de los países a través de dicho protocolo era encaminar las políticas energéticas a la reducción de gases de efecto invernadero pero no solo por parte de los Gobiernos si no también suscribían dicho compromiso las grandes empresas de los países miembros.

Un esfuerzo más se suscribió el 12 de diciembre de 2015, pues 197 países del mundo acordaron la firma de un acuerdo conocido como “Acuerdo de Paris”, de responsabilidad para reducir hasta en un 55% para el año 2030 las emisiones de gases a la atmósfera, representando un ambicioso esfuerzo en las políticas públicas de los países miembros para lograr transitar a uso de energías limpias y renovables.

Sin embargo y a pesar de que México pertenece a los dos acuerdos, el primero de los protocolos de Kioto venció en diciembre del 2020, el segundo de los acuerdos de Paris, aún vigente, no se han hecho los esfuerzos necesarios para dar cumplimiento a lo establecido en dichos acuerdos pues es evidente que la agenda energética ha estado en los últimos lugares de los gobiernos del país.

En 2013 cuando se aprobó la reforma energética, organizaciones de la sociedad civil alzaron la voz pues era el momento clave para que el país transitara a las energías limpias, sin embargo uno de los reclamos de dichas organizaciones fue que los legisladores federales autorizaron conceptos modificados para justificar el uso de energías limpias pues si bien eran menos contaminantes en cuanto a la emisión de gases, seguían generando residuos que dañaban la tierra y el agua.

El Gobierno Federal en turno se ha empecinado en eliminar la competencia privada y concentrar la generación de energía a cargo del Estado Mexicano, dígase CFE y PEMEX lo que representa según expertos un retroceso en términos de calidad y costo. La coloquialmente conocida como Ley Combustóleo, represento un retroceso mas en la política energética y su único objetivo fue el rescate económico de la CFE pues establece a la paraestatal como un actor preponderante en el mercado y deja a lado a los actores privados que generan energía barata, limpia y de calidad.

Tenemos que rescatar la agenda energética en al país, es urgente que a través de compromisos que puedan suscribir el Gobierno Federal con los gobiernos de los estados, impulsemos el uso de energías limpias y renovables pero que también se comprometan las grandes empresas de México a través de incentivos a cargo del propio gobierno a las empresas privadas.


* Diputado Federal Electo.


Mauro Garza

Uno de los grandes retos que tenemos como sociedad sin distingo de edad, clase social, nacionalidad, etcétera, es el de transitar al uso exclusivo de energías limpias y energías renovables. Que, aún que a veces estos conceptos con frecuencia se utilizan como sinónimos, no lo son, pues las energías renovables provienen de fuentes inagotables y las limpias son las que contaminan menos en el proceso de su generación.

Muchos han sido los esfuerzos que los gobiernos del mundo han impulsado para emigrar al uso de este tipo de energías y lograr la independencia energética, pues supone el uso de elementos naturales inagotables, de bajo costo y que garantizan una reducción de emisiones de co2 al ambiente.

Uno de los primeros acuerdos se firmó el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón conocido como “protocolo de Kioto sobre el cambio climático” y del cual México fue participe. El compromiso de los países a través de dicho protocolo era encaminar las políticas energéticas a la reducción de gases de efecto invernadero pero no solo por parte de los Gobiernos si no también suscribían dicho compromiso las grandes empresas de los países miembros.

Un esfuerzo más se suscribió el 12 de diciembre de 2015, pues 197 países del mundo acordaron la firma de un acuerdo conocido como “Acuerdo de Paris”, de responsabilidad para reducir hasta en un 55% para el año 2030 las emisiones de gases a la atmósfera, representando un ambicioso esfuerzo en las políticas públicas de los países miembros para lograr transitar a uso de energías limpias y renovables.

Sin embargo y a pesar de que México pertenece a los dos acuerdos, el primero de los protocolos de Kioto venció en diciembre del 2020, el segundo de los acuerdos de Paris, aún vigente, no se han hecho los esfuerzos necesarios para dar cumplimiento a lo establecido en dichos acuerdos pues es evidente que la agenda energética ha estado en los últimos lugares de los gobiernos del país.

En 2013 cuando se aprobó la reforma energética, organizaciones de la sociedad civil alzaron la voz pues era el momento clave para que el país transitara a las energías limpias, sin embargo uno de los reclamos de dichas organizaciones fue que los legisladores federales autorizaron conceptos modificados para justificar el uso de energías limpias pues si bien eran menos contaminantes en cuanto a la emisión de gases, seguían generando residuos que dañaban la tierra y el agua.

El Gobierno Federal en turno se ha empecinado en eliminar la competencia privada y concentrar la generación de energía a cargo del Estado Mexicano, dígase CFE y PEMEX lo que representa según expertos un retroceso en términos de calidad y costo. La coloquialmente conocida como Ley Combustóleo, represento un retroceso mas en la política energética y su único objetivo fue el rescate económico de la CFE pues establece a la paraestatal como un actor preponderante en el mercado y deja a lado a los actores privados que generan energía barata, limpia y de calidad.

Tenemos que rescatar la agenda energética en al país, es urgente que a través de compromisos que puedan suscribir el Gobierno Federal con los gobiernos de los estados, impulsemos el uso de energías limpias y renovables pero que también se comprometan las grandes empresas de México a través de incentivos a cargo del propio gobierno a las empresas privadas.


* Diputado Federal Electo.