2022 ha comenzado y a diferencia del 2021, en muchos entornos se observan algunos rayos de esperanza y optimismo. En este sentido, además de desearle un feliz año nuevo, de corazón espero, querido lector, que los proyectos personales, laborales y familiares que tienen pensados para este año lleguen a buen puerto y lo más importante, que siga conservando su salud.
A pesar de comenzar este año con certezas y optimismo, como el hecho de que por fin estamos vacunados, sin duda, el aspecto económico es una de las cosas que más nos preocupa en este 2022, y es que la inflación del 7% que actualmente vivimos, no comenzará a moderarse sino hasta el segundo trimestre del presente año, según expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Una de las recomendaciones de la Organización, es que el gobierno de López Obrador debe privilegiar la inversión para subsanar la ya de por sí economía golpeada, previo a iniciar la pandemia.
Por otro lado, además del ámbito económico, el balance del 2021 no resultó tan positivo como se esperaba a inicios de éste; contrario a lo que expresó el presidente durante su tercer informe de gobierno, estamos aún muy lejos de esa tan aclamada “Cuarta Transformación” y según distintos expertos en política, seguimos viendo las mismas políticas estructurales de sexenios anteriores, eso sí, con algunos cambios sobre todo en la cuestión simbólica y narrativa, pero que distan de ser cambios transformadores y catalizadores de nuevas realidades en México.
Dentro de los temas principales que López Obrador puso en la mesa al inicio de su gobierno, se encontraban Seguridad y Corrupción; en el primero destaca la contradicción del despliegue de fuerzas armadas a lo largo y ancho del país. Si bien como candidato, aseguró que el ejército regresaría a los cuarteles, hoy tenemos en el país a 210 mil 620 efectivos desplegados: 91 mil 737 de la Secretaría de la Defensa Nacional, 28 mil 932 de la Secretaría de Marina y 89 mil 951 de la Guardia Nacional. Sin embargo, a pesar de este despliegue, durante la actual administración, el país ha vivido sus años más violentos, ya que desde el 1 de diciembre de 2018 y hasta noviembre del año pasado, se registraron más de 103 mil homicidios dolosos y feminicidios.
En el ámbito del combate a la corrupción, el tema de lo simbólico sigue pesando más que lo práctico; ese dicho que tanto repite el presidente sobre “barrer las escaleras de arriba hacia abajo” y que hoy tenga a personajes como Emilio Lozoya en prisión, en términos reales no se traduce en que la corrupción haya disminuido. Según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), 15 mil 732 personas por cada 100 mil habitantes que tuvieron contacto con algún servidor público experimentaron algún acto de corrupción, por otro lado México cayó del lugar 104 entre 128 países al 113 de 139 países en el Índice de Estado de Derecho 2021 elaborado por la organización World Justice Project.
Estamos a mitad de sexenio y es un buen momento para que el gobierno federal haga los cambios necesarios dentro de las acciones que no han dado resultados. Esto requiere autocrítica y escuchar las voces de periodistas, académicos y expertos en la materia, que a lo largo de este trienio, han señalado las fallas y las deudas que se tienen en los ámbitos ya mencionados y en otros, como migración y transparencia. López Obrador aún tiene la oportunidad de hacer historia; el tiempo comenzó ya a correr rumbo al 2024, quedan solo 3 años y mucho que hacer ¿le ajustará? Por el bien de todas y todos, ojalá que sí.
Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.
* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática.
