/ sábado 20 de abril de 2019

13 razones para buscar la paz


Reparar injusticias sin crear justicia siempre termina empeorando la realidad

Desmond Tutu


En Minatitlán acaba de suceder una tragedia. Tragedias semejantes ocurren en Jalisco, en Veracruz, en Baja California y en todo el país. Por respeto a las víctimas de estos hechos tan lamentables y a manera de cumplir con el deber de pacificación que tenemos todos los mexicanos, debemos de hablar (de nuevo) de cómo salir de esta espiral de violencia mediante la paz, la comunidad y el procesamiento sensato de los conflictos sociales.

La paz no es solamente que pare la violencia y ponerse de acuerdo para ello. En Veracruz, hay un preocupante conflicto entre el gobernador y el fiscal en donde se acusan mutuamente de que es el otro quien está encargado de la seguridad en el estado. El primer paso para actuar como comunidad, desde la educación de paz, es la corresponsabilidad. La paz no llegará si buscamos echar culpas del problema, sino cuando reconozcamos lo grave de la crisis y trabajemos juntos.

Este conflicto pinta de cuerpo entero a ambos, tanto fiscal como gobernador no han podido (o querido) ver más allá de si mismos. Por ello, me sirvo de un concepto de Paz y conflicto tomado de Francisco Muñoz, teórico español: La Paz Conflictiva. El conflicto es parte de la naturaleza social y no podemos esperar que un gobernador de un partido se lleve excelente con el fiscal que puso el gobernador de otro partido. Ahí habrá conflicto, es innegable. Pero desde la teoría de paz y el más fundamental humanismo, el bien máximo a proteger es la vida. Cuando el conflicto cobra más importancia que la vida misma, como en Veracruz, tenemos un grave problema.

Reconocer, mediante una escala sensata, donde el conflicto político debe de mantenerse hasta que se resuelva mediante debates, batalla de ideas, elecciones o participación ciudadana y saber muy bien cuándo debe de privar la cooperación mínima para proteger y tutelar el bien supremo –la vida– es fundamental para navegar en estos tiempos violentos, que son herencia del pasado, pero corresponsabilidad del futuro.

Ya lo demostró más o menos bien el periodista Jorge Ramos: debatió con el presidente acerca de las cifras y lo hizo de manera fuerte y directa. Sin embargo, el periodista dio un paso atrás después de esa confrontación para declarar que lo importante, la razón por la cual confrontó al presidente, no fue para tener razón. ¡Sorpresa! Aquí hay una lección. Ramos declaró que lo hace porque hay algo más importante detrás: presionar al Gobierno a reconocer la crisis de seguridad y evitar que mueran más mexicanos. Éste es un enfoque de paz en donde importa más la vida de la gente y protegerla, que tener razón y hacer que un presidente o gobernador se vean ridículos. Para esto último, ellos mismos se pintan solos. No necesitan nuestra ayuda.

Esta paz “compleja, conflictiva e imperfecta” que nos acerca Muñoz, nos habla de nuestro momento histórico en México. Vivimos una etapa de transición, una etapa que debe de abrir las puertas al proceso de pacificación pero que no será lo que ninguna parte desea: no habrá aplausos y triunfos políticos perfectos para el Gobierno en turno. No se resolverá el conflicto social y la desigualdad con pequeñas becas a jóvenes. Y desde la oposición, aunque tengamos razón debemos de dar un paso al frente y trabajar dando el ejemplo de paz. Lo que importa es la paz y su proceso, no un proyecto de Gobierno. Hoy Veracruz se encargó, de manera triste y oscura, de recordárnoslo.


* Secretario General PAN Guadalajara


Reparar injusticias sin crear justicia siempre termina empeorando la realidad

Desmond Tutu


En Minatitlán acaba de suceder una tragedia. Tragedias semejantes ocurren en Jalisco, en Veracruz, en Baja California y en todo el país. Por respeto a las víctimas de estos hechos tan lamentables y a manera de cumplir con el deber de pacificación que tenemos todos los mexicanos, debemos de hablar (de nuevo) de cómo salir de esta espiral de violencia mediante la paz, la comunidad y el procesamiento sensato de los conflictos sociales.

La paz no es solamente que pare la violencia y ponerse de acuerdo para ello. En Veracruz, hay un preocupante conflicto entre el gobernador y el fiscal en donde se acusan mutuamente de que es el otro quien está encargado de la seguridad en el estado. El primer paso para actuar como comunidad, desde la educación de paz, es la corresponsabilidad. La paz no llegará si buscamos echar culpas del problema, sino cuando reconozcamos lo grave de la crisis y trabajemos juntos.

Este conflicto pinta de cuerpo entero a ambos, tanto fiscal como gobernador no han podido (o querido) ver más allá de si mismos. Por ello, me sirvo de un concepto de Paz y conflicto tomado de Francisco Muñoz, teórico español: La Paz Conflictiva. El conflicto es parte de la naturaleza social y no podemos esperar que un gobernador de un partido se lleve excelente con el fiscal que puso el gobernador de otro partido. Ahí habrá conflicto, es innegable. Pero desde la teoría de paz y el más fundamental humanismo, el bien máximo a proteger es la vida. Cuando el conflicto cobra más importancia que la vida misma, como en Veracruz, tenemos un grave problema.

Reconocer, mediante una escala sensata, donde el conflicto político debe de mantenerse hasta que se resuelva mediante debates, batalla de ideas, elecciones o participación ciudadana y saber muy bien cuándo debe de privar la cooperación mínima para proteger y tutelar el bien supremo –la vida– es fundamental para navegar en estos tiempos violentos, que son herencia del pasado, pero corresponsabilidad del futuro.

Ya lo demostró más o menos bien el periodista Jorge Ramos: debatió con el presidente acerca de las cifras y lo hizo de manera fuerte y directa. Sin embargo, el periodista dio un paso atrás después de esa confrontación para declarar que lo importante, la razón por la cual confrontó al presidente, no fue para tener razón. ¡Sorpresa! Aquí hay una lección. Ramos declaró que lo hace porque hay algo más importante detrás: presionar al Gobierno a reconocer la crisis de seguridad y evitar que mueran más mexicanos. Éste es un enfoque de paz en donde importa más la vida de la gente y protegerla, que tener razón y hacer que un presidente o gobernador se vean ridículos. Para esto último, ellos mismos se pintan solos. No necesitan nuestra ayuda.

Esta paz “compleja, conflictiva e imperfecta” que nos acerca Muñoz, nos habla de nuestro momento histórico en México. Vivimos una etapa de transición, una etapa que debe de abrir las puertas al proceso de pacificación pero que no será lo que ninguna parte desea: no habrá aplausos y triunfos políticos perfectos para el Gobierno en turno. No se resolverá el conflicto social y la desigualdad con pequeñas becas a jóvenes. Y desde la oposición, aunque tengamos razón debemos de dar un paso al frente y trabajar dando el ejemplo de paz. Lo que importa es la paz y su proceso, no un proyecto de Gobierno. Hoy Veracruz se encargó, de manera triste y oscura, de recordárnoslo.


* Secretario General PAN Guadalajara