/ jueves 20 de septiembre de 2018

Maka opina: El huracán de azúcar llamado Pedro Kumamoto

Como consumidor diario de información en Internet, pude notar el nacimiento y la evolución de Pedro Kumamoto, un joven con un carisma acomodado a las circunstancias, algunas veces camaleónico. Muchas personas le prestamos atención a la carrera política y al plan de esta persona, no está de más decir que siempre estaba con una muy buena organización a sus espaldas, pero ¿por qué no fue suficiente en su último lanzamiento de jabalina política?

Siempre pensé que Pedro Kumamoto era el proyecto de un triunvirato de profesores de una universidad de paga con la suficiente astucia para notar uno que otro hueco político, hueco que la gente común y corriente pudieran llegar a aprovechar, preguntando a mis amistades o simplemente leyendo sobre lo que se escribía sobre este ser con apellido original, me daría un marco para poder analizar y esperar qué podía mostrarme de manera esencial, la idea de que una persona joven, suponiendo común y corriente, pudiera codearse con las temibles maquinarias que son los partidos políticos en las urnas era algo de llamar la atención, atención que tuvo y que le dio vida a las travesuras idealistas que llegó a proponer y que llegaron a ser encabezados en algunos medios de la nación.

Es -no quiero creer que era- un respiro fresco en el ambiente político, notar la independencia de la idea política que traían algunas personas y que Kumamoto logró hacer movimiento ideológico, como ejemplo tenemos esas bonitas y bien planeadas frases y posturas, sin olvidar las divertidas analogías ecológicas como esa linda frase donde dice que somos un bosque, su proyecto y sus integrantes eran un bosque, pues desde mi punto de vista tiene que poner juegos de feria en ese bosque porque si no se le atiende ese bosque se olvidará y morirá seco con probabilidad de incendio involuntario.

Es aquí donde me pregunto hasta dónde Kumamoto tiene independencia en su carrera política. Kumamoto sabe que en este momento todos los partidos políticos en México lo arroparían y lo consentirían si se uniera a alguna de sus abolladas filas, ¿qué sigue para una de las más prometedoras joyas disidentes light de los últimos años, ¿seguir su movimiento de forma independiente o sacar las garras y colmillos para tomar al toro por los cuernos?, o mejor dicho, ¿dejar que lo tomen por los cuernos y así hacerlo crecer de manera cobijada por parte de un partido político que opte por la desgastada opción de tomar una postura de verdadero cambio?, lo cual es trillado y aburrido ya a estas alturas.

Kumamoto es demasiado juego limpio, la política mexicana mira con desdén y sin ningún temor a las personas u organizaciones con nulo arrojo, atrevimiento, si Pedro Kumamoto hubiera decidido poner en su boca la lengua más afilada y tajante de su repertorio hubiera podido salirse con la suya en su intento por ser senador que en lo personal no me extrañó que no obtuviera el triunfo, según las encuestas antes de la elección Morena con su táctica del voto parejo arrasó en todo el país.

Aún creo que Pedro Kumamoto es un huracán de baja velocidad que no le hará daño a nadie hasta la siguiente temporada de lluvias, pero esta vez tiene que eliminar la piedad en sus ideas, hasta el formato de proyección de su diálogo político, pasando por su tono de voz y esos aires de "Yo soy joven como tú", Kumamoto tiene la fama y creo que la capacidad intelectual de liderar un movimiento que en verdad tenga repercusión en la administración de la política, a lo mejor quiero que el pequeño león crezca en poco tiempo, a lo mejor no es un león, tal vez mis ganas de una política diferente y sincera de corazón dirigen mis ojos y esperanzas a Pedro Kumamoto, de lo que estoy seguro es que dará de que hablar y estaré atento a sus movimientos pues aún pienso que ese joven Kumamoto tiene buen corazón, podría apostar y creo que es buena persona y en este fango apestoso llamado política mexicana una buena persona es el más grande oasis de esperanza.



Como consumidor diario de información en Internet, pude notar el nacimiento y la evolución de Pedro Kumamoto, un joven con un carisma acomodado a las circunstancias, algunas veces camaleónico. Muchas personas le prestamos atención a la carrera política y al plan de esta persona, no está de más decir que siempre estaba con una muy buena organización a sus espaldas, pero ¿por qué no fue suficiente en su último lanzamiento de jabalina política?

Siempre pensé que Pedro Kumamoto era el proyecto de un triunvirato de profesores de una universidad de paga con la suficiente astucia para notar uno que otro hueco político, hueco que la gente común y corriente pudieran llegar a aprovechar, preguntando a mis amistades o simplemente leyendo sobre lo que se escribía sobre este ser con apellido original, me daría un marco para poder analizar y esperar qué podía mostrarme de manera esencial, la idea de que una persona joven, suponiendo común y corriente, pudiera codearse con las temibles maquinarias que son los partidos políticos en las urnas era algo de llamar la atención, atención que tuvo y que le dio vida a las travesuras idealistas que llegó a proponer y que llegaron a ser encabezados en algunos medios de la nación.

Es -no quiero creer que era- un respiro fresco en el ambiente político, notar la independencia de la idea política que traían algunas personas y que Kumamoto logró hacer movimiento ideológico, como ejemplo tenemos esas bonitas y bien planeadas frases y posturas, sin olvidar las divertidas analogías ecológicas como esa linda frase donde dice que somos un bosque, su proyecto y sus integrantes eran un bosque, pues desde mi punto de vista tiene que poner juegos de feria en ese bosque porque si no se le atiende ese bosque se olvidará y morirá seco con probabilidad de incendio involuntario.

Es aquí donde me pregunto hasta dónde Kumamoto tiene independencia en su carrera política. Kumamoto sabe que en este momento todos los partidos políticos en México lo arroparían y lo consentirían si se uniera a alguna de sus abolladas filas, ¿qué sigue para una de las más prometedoras joyas disidentes light de los últimos años, ¿seguir su movimiento de forma independiente o sacar las garras y colmillos para tomar al toro por los cuernos?, o mejor dicho, ¿dejar que lo tomen por los cuernos y así hacerlo crecer de manera cobijada por parte de un partido político que opte por la desgastada opción de tomar una postura de verdadero cambio?, lo cual es trillado y aburrido ya a estas alturas.

Kumamoto es demasiado juego limpio, la política mexicana mira con desdén y sin ningún temor a las personas u organizaciones con nulo arrojo, atrevimiento, si Pedro Kumamoto hubiera decidido poner en su boca la lengua más afilada y tajante de su repertorio hubiera podido salirse con la suya en su intento por ser senador que en lo personal no me extrañó que no obtuviera el triunfo, según las encuestas antes de la elección Morena con su táctica del voto parejo arrasó en todo el país.

Aún creo que Pedro Kumamoto es un huracán de baja velocidad que no le hará daño a nadie hasta la siguiente temporada de lluvias, pero esta vez tiene que eliminar la piedad en sus ideas, hasta el formato de proyección de su diálogo político, pasando por su tono de voz y esos aires de "Yo soy joven como tú", Kumamoto tiene la fama y creo que la capacidad intelectual de liderar un movimiento que en verdad tenga repercusión en la administración de la política, a lo mejor quiero que el pequeño león crezca en poco tiempo, a lo mejor no es un león, tal vez mis ganas de una política diferente y sincera de corazón dirigen mis ojos y esperanzas a Pedro Kumamoto, de lo que estoy seguro es que dará de que hablar y estaré atento a sus movimientos pues aún pienso que ese joven Kumamoto tiene buen corazón, podría apostar y creo que es buena persona y en este fango apestoso llamado política mexicana una buena persona es el más grande oasis de esperanza.



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