Nuestro régimen de gobierno es democrático y se sustenta con el voto de las mayorías que llegan al poder y gobiernan, respetando en todo momento el derecho que tienen los representantes de las minorías para opinar, disentir, plantear programas ante el Congreso de la Unión, sus partidos políticos, las organizaciones, sindicatos y todo lo que consagra la Constitución con la libre manifestación de sus ideas.
La democracia se ejerce con tres instancias de gobierno que son: el Poder Judicial, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo que lo encabeza el Presidente de la República que se forma con los Estados Unidos Mexicanos.
En este sexenio le toca al presidente Andrés Manuel López Obrador quien está gobernando con el proyecto que tituló La Cuarta Transformación y que, en la mitad de su sexenio, con el apoyo de los poderes Legislativo y Judicial, ha tenido avances significativos que ya están en la Constitución como los programas sociales, la Guardia Nacional, el combate a la corrupción, cancelar la Reforma Educativa, que el presidente no pueda dar estímulos fiscales a nadie, frenar las concesiones mineras, no negociar con el litio, invertir en la producción de gasolinas para ser autosuficientes, estar negociando el rescate de la CFE y de PEMEX y tener el proyecto para otra reforma a la Constitución para que la Guardia Nacional al mando de las Fuerzas Armadas bajen la influencia del crimen organizado, que el INE sea más eficiente en vías de la democracia y echar a andar el proyecto de infraestructura que le planteó los organismos de la IP.
Asuntos que sus adversarios le rebaten a diario y, aunque muchos ya son hechos consumados, insisten y así va a ser hasta septiembre de 2024. Hay adversarios que lo hacen con mucho respeto e incluso terminan sus comentarios con algunas sugerencias para mejorar y qué bueno porque contribuyen con esas críticas sanas que se hacen con voluntad pro positiva.
Hay otro que no obstante que tiene grado académico, se ostenta como abogado de mucho abolengo, de ultra derecha y fue candidato presidencial de muchos años, tiene diferencias con AMLO, lo critica usando una serie de calificativos tan malos, denigrantes, groseros, ofensivos y de tan mal gusto usando un lenguaje arrabalero.
Hemos leído a un personaje que se ganó su prestigio de periodista, oficio que le llega de su padre quien fue un gran colaborador de la izquierda en la revista SIEMPRE, de origen yucateco, el Sr. Carlos Loret de Mola y quien falleció hace muchos años al llegar a Acapulco; para este periodista, AMLO no da una y todo lo malo que está pasando en el país y de lo que está por venir la culpa única es del presidente y lo explica con lujo de destalles porque tiene mucha información.
Nada nos debe de extrañar de los adversarios de la 4T que sigue adelante. Le faltan 32 meses y nosotros vemos un trabajo intenso para terminar los cambios legislativos y las obras del Sureste, obras que ya están cambiando la fisonomía del Sureste y que, en el corto, mediano y largo plazo van a ser generadores de inversión privada nacional y extranjera, en donde se va a destacar la actividad turística, comercial y también la industrial, al desarrollarse la economía, además de generar empleos en los estados como Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Oaxaca y Veracruz.
Los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California Norte y Sur cuentan con los programas para pagar menos impuesto y un incremento salarial para se desarrollen y sean competitivos en su medida. El incremento al salario en todo el país, está siendo de mucho apoyo a los trabajadores, soy empresario y así lo veo. AMLO es el presidente número 79 de México y le toca recibir las críticas de su transformación tal y como las vivió Miguel Hidalgo en la primera, Benito Juárez en la segunda y Francisco I. Madero en la tercera, y todo ellos porque es el que más nos informa en su mañanera.
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