/ lunes 22 de enero de 2024

Fiscalización electoral: Nuevo ingrediente de las campañas

www.youtube.com/c/carlosanguianoz

Han concluido ya las precampañas de los aspirantes a cargos de elección popular de acuerdo con el calendario electoral del proceso electoral federal 2023 – 2024 del Instituto Nacional Electoral (INE). Esta etapa, permitió a los partidos políticos nacionales que así lo desearon, ejercer el derecho a la promoción ante sus militantes y simpatizantes de los precandidatos que contendían internamente para obtener la nominación a cargos de elección popular, ya sea compitiendo con otros aspirantes o incluso como candidatos únicos, acción que permite dar a conocer su aspiración y obtener respaldo interno para su nominación. Corrió en simultaneo, la etapa para quienes aspiran a obtener su registro como candidatos independientes, que tuvieron el derecho de realizar el proselitismo necesario para obtener las firmas de respaldo a su candidatura.

El espacio público reflejo la pinta de numerosas bardas, la colocación de bastantes lonas y de anuncios espectaculares que promovían las aspiraciones de numerosos precandidatos. Los eventos, mítines y reuniones en espacios abiertos, correspondientes a las precampañas, también fueron utilizados con alta intensidad, destacándose sobre todo las campañas de promoción de los aspirantes a las candidaturas presidenciales, Claudia Scheinbaum, Xóchitl Gálvez y en menor intensidad, Samuel García / Álvarez Máynez. También se notó amplia difusión de quienes aspiran a gobernar las 9 entidades federativas donde habrá elección de gobernador concurrentemente con la elección presidencial y la alusiva a los diferentes aspirantes a diputado y presidentes municipales en menor escala.

En una notoria evolución de la forma de hacer campañas políticas, es de destacar la normatividad exigente que obliga al uso de materiales reciclables, protegiendo al medio ambiente, incluidas las tintas de la impresión, los papeles, vinilos y plásticos utilizados. Sobresale también la estricta sobre regulación en materia de fiscalización de la propaganda y el gasto en eventos de campaña y promocionales, banderas, camisetas y otros instrumentos de promoción.

El Instituto Nacional Electoral emprende una cruzada nacional para lograr evitar los actos anticipados de precampaña y de campaña, así como el uso de dinero público o de dudosa procedencia, lo cual resulta algo novedoso y que incluso puede ante la violación, convertirse en causa de perdida del registro de la candidatura. La dureza en la supervisión del organismo electoral es tal, que sin duda se ha vuelto el coco de la mayoría de los aspirantes a un cargo de elección popular. La complejidad en el registro anticipado de la agenda de campaña, el gasto y la utilización de propaganda, ha profesionalizado la función de fiscalización de campaña, volviéndose fundamental y determinante del éxito o fracaso de una campaña política.

Aunado al recorte en la duración de las campañas, sin duda se aprecia una reducción del costo de las campañas, aunque prevalece el espíritu de intentar engañar a la autoridad electoral, manifestando cantidades muy inferiores a las reales en la producción de camisetas, calcomanías, impresos y lonas, dificultándose bastante burlar la fiscalización del gran formato y las bardas promocionales. Se abre así una nueva etapa en la competencia electoral, que promueve una competencia más justa, legitima, regulada y democrática. La nueva complejidad técnica dificulta el quehacer político, distrae a los contendientes en temas complejos de recolección de facturas, formatos, declaraciones y el llenado en línea de reportes casi diarios que exigen recursos humanos, técnicos y económicos para satisfacer así la exigencia del INE. Que sea para bien y que sirva para consolidar nuestro régimen democrático, en beneficio del respeto a la voluntad popular ejercida mediante el voto.

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Han concluido ya las precampañas de los aspirantes a cargos de elección popular de acuerdo con el calendario electoral del proceso electoral federal 2023 – 2024 del Instituto Nacional Electoral (INE). Esta etapa, permitió a los partidos políticos nacionales que así lo desearon, ejercer el derecho a la promoción ante sus militantes y simpatizantes de los precandidatos que contendían internamente para obtener la nominación a cargos de elección popular, ya sea compitiendo con otros aspirantes o incluso como candidatos únicos, acción que permite dar a conocer su aspiración y obtener respaldo interno para su nominación. Corrió en simultaneo, la etapa para quienes aspiran a obtener su registro como candidatos independientes, que tuvieron el derecho de realizar el proselitismo necesario para obtener las firmas de respaldo a su candidatura.

El espacio público reflejo la pinta de numerosas bardas, la colocación de bastantes lonas y de anuncios espectaculares que promovían las aspiraciones de numerosos precandidatos. Los eventos, mítines y reuniones en espacios abiertos, correspondientes a las precampañas, también fueron utilizados con alta intensidad, destacándose sobre todo las campañas de promoción de los aspirantes a las candidaturas presidenciales, Claudia Scheinbaum, Xóchitl Gálvez y en menor intensidad, Samuel García / Álvarez Máynez. También se notó amplia difusión de quienes aspiran a gobernar las 9 entidades federativas donde habrá elección de gobernador concurrentemente con la elección presidencial y la alusiva a los diferentes aspirantes a diputado y presidentes municipales en menor escala.

En una notoria evolución de la forma de hacer campañas políticas, es de destacar la normatividad exigente que obliga al uso de materiales reciclables, protegiendo al medio ambiente, incluidas las tintas de la impresión, los papeles, vinilos y plásticos utilizados. Sobresale también la estricta sobre regulación en materia de fiscalización de la propaganda y el gasto en eventos de campaña y promocionales, banderas, camisetas y otros instrumentos de promoción.

El Instituto Nacional Electoral emprende una cruzada nacional para lograr evitar los actos anticipados de precampaña y de campaña, así como el uso de dinero público o de dudosa procedencia, lo cual resulta algo novedoso y que incluso puede ante la violación, convertirse en causa de perdida del registro de la candidatura. La dureza en la supervisión del organismo electoral es tal, que sin duda se ha vuelto el coco de la mayoría de los aspirantes a un cargo de elección popular. La complejidad en el registro anticipado de la agenda de campaña, el gasto y la utilización de propaganda, ha profesionalizado la función de fiscalización de campaña, volviéndose fundamental y determinante del éxito o fracaso de una campaña política.

Aunado al recorte en la duración de las campañas, sin duda se aprecia una reducción del costo de las campañas, aunque prevalece el espíritu de intentar engañar a la autoridad electoral, manifestando cantidades muy inferiores a las reales en la producción de camisetas, calcomanías, impresos y lonas, dificultándose bastante burlar la fiscalización del gran formato y las bardas promocionales. Se abre así una nueva etapa en la competencia electoral, que promueve una competencia más justa, legitima, regulada y democrática. La nueva complejidad técnica dificulta el quehacer político, distrae a los contendientes en temas complejos de recolección de facturas, formatos, declaraciones y el llenado en línea de reportes casi diarios que exigen recursos humanos, técnicos y económicos para satisfacer así la exigencia del INE. Que sea para bien y que sirva para consolidar nuestro régimen democrático, en beneficio del respeto a la voluntad popular ejercida mediante el voto.