Por Mtra. Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara
La nutrición de los atletas olímpicos debe ser cuidadosamente personalizada y adaptada a las exigencias de cada disciplina y a la composición corporal del deportista para alcanzar el éxito en el escenario olímpico.
El desempeño de los atletas olímpicos va más allá del entrenamiento físico; implica un trabajo en equipo de un grupo de personas que trabajan en conjunto con los atletas y que son encargados de diseñar estrategias para mejorar el rendimiento, ejecutar recomendaciones personalizadas sobre nutrición, evitar y tratar lesiones durante los entrenamientos y competencias que benefician el rendimiento de los deportistas.
En el largo camino hacia los Juegos Olímpicos, los deportistas someten su cuerpo a exigencias físicas y mentales extraordinarias, equilibrando cuerpo y mente para lograr alcanzar los objetivos.
Cada esfuerzo realizado en las sesiones de entrenamiento, en cada ejecución y cada alimento que consumen está perfectamente planeado para potenciar su capacidad física y mental, optimizar el rendimiento y disminuir el riesgo de lesiones.
Sin embargo, es importante destacar que cada disciplina deportiva demanda estrategias de alimentación adaptadas y personalizadas, porque cada atleta tiene una demanda física diferente y cada deporte implica un gasto de energía específico. Por ejemplo, un corredor de maratón requiere un incremento de carbohidratos en su dieta y suplementos que aseguren mantener la resistencia durante la duración de la competencia, mientras que quienes practican halterofilia deberían centrar su alimentación en el consumo principalmente de proteínas para alcanzar la cantidad de músculo deseada y encontrar un equilibrio entre hidratos de carbono y grasas.
Cada atleta junto con su equipo de nutriólogos debe adaptar su alimentación al momento en el que se encuentre, ya sea durante el entrenamiento, competición o recuperación, lo que indica que su plan de alimentación debe ser flexible y adaptable para asegurar que se obtengan los nutrimentos esenciales para el tipo de esfuerzo específico. La personalización es esencial para maximizar el potencial de cada deportista y garantizar un estado físico óptimo al momento de competir en los Juegos Olímpicos.
La dieta de Michael Phelps, quien hasta el momento es el máximo campeón de los Juegos Olímpicos, incluía alrededor de 10 mil calorías diariamente, lo que representa el consumo de energía de 5 días de un adulto. Esta ingestión calórica es excesiva para la mayoría de la población, sin embargo, se adecuaba a las necesidades del atleta, quien llevaba a cabo entrenamientos de aproximadamente 6 horas diarias.
Los atletas que no logran consumir la energía que su cuerpo requiere ante las exigencias de los entrenamientos y de las competencias, se encuentran en riesgo de disminuir su masa muscular, sentir fatiga y pueden sufrir alguna lesión. En el deporte de alto rendimiento, la precisión y la resistencia son elementos esenciales, por lo que una dieta inadecuada puede ser perjudicial para el éxito competitivo.
Además, la alimentación y la suplementación requieren de vigilancia estricta por el equipo de nutriólogos, no solo para satisfacer las necesidades energéticas del deportista, sino también para evitar infringir las normas antidopaje. Es necesario consumir únicamente suplementos aprobados por las autoridades correspondientes para evitar la ingestión inadvertida de sustancias prohibidas que podrían resultar en sanciones.
Es importante resaltar la complejidad y la importancia de la disciplina y preparación física de los atletas olímpicos, pero es fundamental recordar que adaptar la nutrición en conjunto con el entrenamiento es imprescindible para lograr un rendimiento óptimo en la vida de los deportistas.
Directora de la carrera de Nutrición de la UAG
smonserrat.rodriguez@edu.uag.mx