/ miércoles 15 de agosto de 2018

“Educación fatal”

Víctor M. de la Cruz


En las últimas semanas sucedieron dos hechos absolutamente inaceptables, el primero se generó en la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, del estado de Chiapas, cuando se difundió la muerte del estudiante José Luis Hernández Espinosa, por una deshidratación severa luego de efectuar una serie de trabajos forzados en el interior del plantel como parte de la novatada, además esta “bienvenida” que les dieron los estudiantes de La Normal a los futuros educadores también provocó la hospitalización de varios compañeros del joven sacrificado.

Lo lamentable es que esta arcaica tradición es planeada y ejecutada cada nuevo ciclo escolar por el Consejo Estudiantil de la escuela, lo absurdo es que cuenta con el apoyo o por lo menos con la indiferencia de los maestros y directivos del “centro educativo”.

El segundo suceso fue el ocurrido en la Escuela Normal J. Guadalupe Aguilera, del municipio de Canatlán en el estado de Durango, donde también por los excesos de una novatada, murió el joven de 19 años de edad, Ronaldo Mojica Morales.

La causa del deceso fue un deterioro neurológico severo, pero además junto con el también fueron hospitalizados otros ocho compañeros luego de participar en la “semana de inducción” de dicha escuela.

Aunque la Secretaria de Educación del estado de Durango separó de sus funciones al director de La Normal y la Fiscalía Estatal inició una investigación al respecto, ya no se podrá hacer nada para reintegrarle la vida al estudiante fallecido y para borrar las secuelas de sus compañeros lesionados.

Es increíble que en la actualidad todavía se sigan dando estos episodios de barbarie e incivilidad, lo más doloroso es que lo propicien o lo realicen directivos, profesores o estudiantes de planteles educativos, los cuales tienen la misión de formar a los futuros maestros que adiestraran a los infantes y adolescentes de nuestro país.

¿Hasta cuándo las autoridades educativas y las responsables de cuidar la seguridad de la población van a detener estas acciones abusivas y trogloditas de estos personajes insensibles y poco solidarios con los futuros “educadores” de las nuevas generaciones de mexicanos?

Es inconcebible que los futuros maestros de esta nación demuestren esa frialdad y falta de sensibilidad a sus nuevos compañeros sometiéndolos a tareas inhumanas e irrespetuosas de sus derechos más elementales como la vida y la integridad de su salud física y mental, no hay justificación para que prácticas de este tipo se sigan dando en este tiempo donde se supone que ya somos una sociedad educada y civilizada.

Estos son auténticos actos de tortura que deberían de desterrarse de todos los centros pedagógicos de la República Mexicana, es sumamente preocupante que sea en las aulas del conocimiento donde se gesten acciones inhumanas contrarias al buen ser y existir, ¿Qué está pasando con la humanidad, la educación y las nobles acciones hacia nuestros semejantes?

¿Por qué esa ausencia de empatía hacia los otros seres humanos, que lo único que querían era desarrollarse como profesionistas para ayudar a otros individuos en su evolución educativa?

¿Qué tipo de maestros son los que queremos formar para nuestros hijos y los de nuestros connacionales, humanos o irracionales?

twitter; @Xpresioncd



Víctor M. de la Cruz


En las últimas semanas sucedieron dos hechos absolutamente inaceptables, el primero se generó en la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, del estado de Chiapas, cuando se difundió la muerte del estudiante José Luis Hernández Espinosa, por una deshidratación severa luego de efectuar una serie de trabajos forzados en el interior del plantel como parte de la novatada, además esta “bienvenida” que les dieron los estudiantes de La Normal a los futuros educadores también provocó la hospitalización de varios compañeros del joven sacrificado.

Lo lamentable es que esta arcaica tradición es planeada y ejecutada cada nuevo ciclo escolar por el Consejo Estudiantil de la escuela, lo absurdo es que cuenta con el apoyo o por lo menos con la indiferencia de los maestros y directivos del “centro educativo”.

El segundo suceso fue el ocurrido en la Escuela Normal J. Guadalupe Aguilera, del municipio de Canatlán en el estado de Durango, donde también por los excesos de una novatada, murió el joven de 19 años de edad, Ronaldo Mojica Morales.

La causa del deceso fue un deterioro neurológico severo, pero además junto con el también fueron hospitalizados otros ocho compañeros luego de participar en la “semana de inducción” de dicha escuela.

Aunque la Secretaria de Educación del estado de Durango separó de sus funciones al director de La Normal y la Fiscalía Estatal inició una investigación al respecto, ya no se podrá hacer nada para reintegrarle la vida al estudiante fallecido y para borrar las secuelas de sus compañeros lesionados.

Es increíble que en la actualidad todavía se sigan dando estos episodios de barbarie e incivilidad, lo más doloroso es que lo propicien o lo realicen directivos, profesores o estudiantes de planteles educativos, los cuales tienen la misión de formar a los futuros maestros que adiestraran a los infantes y adolescentes de nuestro país.

¿Hasta cuándo las autoridades educativas y las responsables de cuidar la seguridad de la población van a detener estas acciones abusivas y trogloditas de estos personajes insensibles y poco solidarios con los futuros “educadores” de las nuevas generaciones de mexicanos?

Es inconcebible que los futuros maestros de esta nación demuestren esa frialdad y falta de sensibilidad a sus nuevos compañeros sometiéndolos a tareas inhumanas e irrespetuosas de sus derechos más elementales como la vida y la integridad de su salud física y mental, no hay justificación para que prácticas de este tipo se sigan dando en este tiempo donde se supone que ya somos una sociedad educada y civilizada.

Estos son auténticos actos de tortura que deberían de desterrarse de todos los centros pedagógicos de la República Mexicana, es sumamente preocupante que sea en las aulas del conocimiento donde se gesten acciones inhumanas contrarias al buen ser y existir, ¿Qué está pasando con la humanidad, la educación y las nobles acciones hacia nuestros semejantes?

¿Por qué esa ausencia de empatía hacia los otros seres humanos, que lo único que querían era desarrollarse como profesionistas para ayudar a otros individuos en su evolución educativa?

¿Qué tipo de maestros son los que queremos formar para nuestros hijos y los de nuestros connacionales, humanos o irracionales?

twitter; @Xpresioncd



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