/ domingo 1 de abril de 2018

De la sentencia a Cristo: enfoque legal

Francisco Jiménez Reynoso

Hace ya más de 2,000 años que se llevó acabo este acontecimiento histórico que en mi opinión es el más relevante en la historia de la humanidad: el “juicio” de Cristo.

Decenas de autores de todo el mundo se han dedicado a la investigación sobre el doble proceso de Jesús: uno que se llevó acabo frente al sanedrín (el religioso), y otro frente al procurador Poncio Pilatos. La autoridad política de su tiempo.

La presente opinión, es la síntesis de una entrevista en la que participamos el que suscribe la presente, y el padre Tomás de Híjar Ornelas, quien es cronista oficial de la arquidiócesis e integrante del tribunal eclesiástico.

De una abundante bibliografía que existe (misma que por razones obvias, no puedo citar en este espacio) podemos rescatar lo siguiente:

En aquella época, para procesar a un inculpado se contaba con diversos principios legales que tenían que ser respetados por las autoridades respectivas, antes de emitir una sentencia. Entre ellos, el principio de DIURNIDAD, ya que los juicios tenían que ser llevados en plena luz del día, principio que no se respetó. Además las puertas cuando estaban llevando el proceso en contra de Jesús, que no era el oficial (otra irregularidad legal), estaban cerradas a contrario sensu, los juicios tenían que hacerse públicos de frente al pueblo, motivo por el cual, el principio de PUBLICIDAD, no se respetó, no se contó con la IMPARCIALIDAD necesaria en todo proceso, además, Jesús no contó con una DEFENSA IDONEA O ADECUADA, lo que redunda una violación contemporáneamente hablando a sus derechos más elementales, hoy llamados derechos humanos, los azotes que le propinaron al hombre, de oficio carpintero, fueron sin una sentencia previa, por al menos estos motivos, el proceso tenía que haberse repuesto para posterior fecha…

En la obra de José Raúl Calderón, autor de proceso a un inocente, narra lo siguiente: “Jesús fue aprendido por miembros del sanedrín a las 12:00 de la noche, en dos horas más tarde fue presentado en la casa de Anás (otra inconsistencia jurídica más). De ahí es remitido a Caifás y al filo de las 6:00 ya amaneciendo, fue llevado con Poncio Pilatos, que lejos de ejercer su autoridad, turna a Herodes, hombre sin juicio y de nulas luces, que prefiere devolver la responsabilidad al procurador Pilatos”… ya entre las 10:00 y 11:00 de la mañana, se estaba dictando la sentencia de Jesús: una muerte de cruz. A las 12:00 horas, se llevaba a cabo su crucifixión, para que al filo de las 15:00 horas, estaba consumando su causa…

Jurídicamente hablando, nunca se presentaron pruebas que pudieran destruir la presunción de inocencia de Jesús, hoy tan sonada.

En base a lo anterior, podemos concluir con algunos posibles culpables, así como de un autor intelectual. Como posibles culpables, citamos a los siguientes: Anás, Caifás, Herodes, Pilatos, el Sanedrín, el pueblo judío y no judío. Incluso todos los anteriores… sin embargo, el autor intelectual, todo apunta a que fue el mismo Abba de Jesús, esto es su padre, quien permitió que se reunieran todas las piezas humanas según las escrituras proféticas, para la perpetración de semejante crimen.

Algunos nos preguntamos, como pudo ensañarse la autoridad religiosa y político jurídica contra un inocente, un hombre de cuna humilde y de oficio carpintero…

Al parecer era para darnos una lección, misma que no hemos aprendido. Nuestras autoridades en no pocos casos (salvo VALIOSAS pero contadas excepciones) siguen inmersas en la corrupción, y fabricando pruebas en contra de gente inocente…

jimenezabogado@gmail.com

Francisco Jiménez Reynoso

Hace ya más de 2,000 años que se llevó acabo este acontecimiento histórico que en mi opinión es el más relevante en la historia de la humanidad: el “juicio” de Cristo.

Decenas de autores de todo el mundo se han dedicado a la investigación sobre el doble proceso de Jesús: uno que se llevó acabo frente al sanedrín (el religioso), y otro frente al procurador Poncio Pilatos. La autoridad política de su tiempo.

La presente opinión, es la síntesis de una entrevista en la que participamos el que suscribe la presente, y el padre Tomás de Híjar Ornelas, quien es cronista oficial de la arquidiócesis e integrante del tribunal eclesiástico.

De una abundante bibliografía que existe (misma que por razones obvias, no puedo citar en este espacio) podemos rescatar lo siguiente:

En aquella época, para procesar a un inculpado se contaba con diversos principios legales que tenían que ser respetados por las autoridades respectivas, antes de emitir una sentencia. Entre ellos, el principio de DIURNIDAD, ya que los juicios tenían que ser llevados en plena luz del día, principio que no se respetó. Además las puertas cuando estaban llevando el proceso en contra de Jesús, que no era el oficial (otra irregularidad legal), estaban cerradas a contrario sensu, los juicios tenían que hacerse públicos de frente al pueblo, motivo por el cual, el principio de PUBLICIDAD, no se respetó, no se contó con la IMPARCIALIDAD necesaria en todo proceso, además, Jesús no contó con una DEFENSA IDONEA O ADECUADA, lo que redunda una violación contemporáneamente hablando a sus derechos más elementales, hoy llamados derechos humanos, los azotes que le propinaron al hombre, de oficio carpintero, fueron sin una sentencia previa, por al menos estos motivos, el proceso tenía que haberse repuesto para posterior fecha…

En la obra de José Raúl Calderón, autor de proceso a un inocente, narra lo siguiente: “Jesús fue aprendido por miembros del sanedrín a las 12:00 de la noche, en dos horas más tarde fue presentado en la casa de Anás (otra inconsistencia jurídica más). De ahí es remitido a Caifás y al filo de las 6:00 ya amaneciendo, fue llevado con Poncio Pilatos, que lejos de ejercer su autoridad, turna a Herodes, hombre sin juicio y de nulas luces, que prefiere devolver la responsabilidad al procurador Pilatos”… ya entre las 10:00 y 11:00 de la mañana, se estaba dictando la sentencia de Jesús: una muerte de cruz. A las 12:00 horas, se llevaba a cabo su crucifixión, para que al filo de las 15:00 horas, estaba consumando su causa…

Jurídicamente hablando, nunca se presentaron pruebas que pudieran destruir la presunción de inocencia de Jesús, hoy tan sonada.

En base a lo anterior, podemos concluir con algunos posibles culpables, así como de un autor intelectual. Como posibles culpables, citamos a los siguientes: Anás, Caifás, Herodes, Pilatos, el Sanedrín, el pueblo judío y no judío. Incluso todos los anteriores… sin embargo, el autor intelectual, todo apunta a que fue el mismo Abba de Jesús, esto es su padre, quien permitió que se reunieran todas las piezas humanas según las escrituras proféticas, para la perpetración de semejante crimen.

Algunos nos preguntamos, como pudo ensañarse la autoridad religiosa y político jurídica contra un inocente, un hombre de cuna humilde y de oficio carpintero…

Al parecer era para darnos una lección, misma que no hemos aprendido. Nuestras autoridades en no pocos casos (salvo VALIOSAS pero contadas excepciones) siguen inmersas en la corrupción, y fabricando pruebas en contra de gente inocente…

jimenezabogado@gmail.com

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