/ lunes 3 de junio de 2024

Contundente victoria de Claudia Sheinbaum

Después de la jornada electoral, finalmente el pueblo de México eligió a quien será la responsable de conducir el destino del país en los próximos seis años. Los datos que arroja el PREP hablan de 35 millones de votos a favor de Claudia Sheinbaum Pardo. Por supuesto que es motivo de felicidad, no solo por el triunfo de la candidata que continuará con la Transformación del país, sino porque imperó la voluntad del pueblo.

Vienen cosas importantes, pero lo importante es la unidad nacional para este nuevo proyecto. El beneplácito viene acompañado de una reflexión que me conmueve desmesuradamente, y tuvieron que pasar doscientos catorce años para vivir este momento. Me refiero a la dicha de ver competir a dos mujeres por el cargo de gobierno más importante del país y que en todo momento la preferencia electoral estuvo en ellas; hoy la fuerza femenina del país logra escalar al peldaño más alto de la estructura de gobierno para decir basta a las brechas de desigualdad, los estereotipos de género y las diferentes formas de violencia contra las mujeres. Me enorgullece formar parte del movimiento que logró el primer gabinete paritario en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y el mayor número de postulaciones y gobernadoras electas en diferentes estados del país. Decían que aún no estábamos preparados para ser gobernados por una mujer, hoy las mujeres mostraremos de lo que somos capaces.

¿Quién quiere que le vaya mal al país? Estoy segura que a nadie y creo que el primer reto de la presidenta electa es sofocar la división política del país, reencontrar a los ciudadanos y, en el pluralismo, construir el mejor gobierno de todos los tiempos. Vienen cosas importantes para el país, porque la democracia nos permitirá transitar en el diálogo y consensos que se traduzcan en la progresividad de los derechos de todas y todos.

Pero la pacificación del país no debe entenderse como insumisión a factores reales de poder, ni a los intereses de una gavilla o líder político; la austeridad llegó para quedarse, la corrupción no tiene cabida en la transformación del país, los privilegios de unos cuantos terminaron y jamás regresarán, el derecho a picaporte de algunos empresarios se acabó, la indebida distribución de la riqueza es cosa del pasado. Sin eufemismos, somos pacifistas, pero a las lacras sabemos cómo controlarlas.

Que el júbilo del resultado de este 2 de junio sea el para bien de un país mejor, unido, donde encontremos fortalezas y desafiemos las adversidades ¡Viva México! ¡Viva la 4ta Transformación del país!

Después de la jornada electoral, finalmente el pueblo de México eligió a quien será la responsable de conducir el destino del país en los próximos seis años. Los datos que arroja el PREP hablan de 35 millones de votos a favor de Claudia Sheinbaum Pardo. Por supuesto que es motivo de felicidad, no solo por el triunfo de la candidata que continuará con la Transformación del país, sino porque imperó la voluntad del pueblo.

Vienen cosas importantes, pero lo importante es la unidad nacional para este nuevo proyecto. El beneplácito viene acompañado de una reflexión que me conmueve desmesuradamente, y tuvieron que pasar doscientos catorce años para vivir este momento. Me refiero a la dicha de ver competir a dos mujeres por el cargo de gobierno más importante del país y que en todo momento la preferencia electoral estuvo en ellas; hoy la fuerza femenina del país logra escalar al peldaño más alto de la estructura de gobierno para decir basta a las brechas de desigualdad, los estereotipos de género y las diferentes formas de violencia contra las mujeres. Me enorgullece formar parte del movimiento que logró el primer gabinete paritario en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y el mayor número de postulaciones y gobernadoras electas en diferentes estados del país. Decían que aún no estábamos preparados para ser gobernados por una mujer, hoy las mujeres mostraremos de lo que somos capaces.

¿Quién quiere que le vaya mal al país? Estoy segura que a nadie y creo que el primer reto de la presidenta electa es sofocar la división política del país, reencontrar a los ciudadanos y, en el pluralismo, construir el mejor gobierno de todos los tiempos. Vienen cosas importantes para el país, porque la democracia nos permitirá transitar en el diálogo y consensos que se traduzcan en la progresividad de los derechos de todas y todos.

Pero la pacificación del país no debe entenderse como insumisión a factores reales de poder, ni a los intereses de una gavilla o líder político; la austeridad llegó para quedarse, la corrupción no tiene cabida en la transformación del país, los privilegios de unos cuantos terminaron y jamás regresarán, el derecho a picaporte de algunos empresarios se acabó, la indebida distribución de la riqueza es cosa del pasado. Sin eufemismos, somos pacifistas, pero a las lacras sabemos cómo controlarlas.

Que el júbilo del resultado de este 2 de junio sea el para bien de un país mejor, unido, donde encontremos fortalezas y desafiemos las adversidades ¡Viva México! ¡Viva la 4ta Transformación del país!