/ martes 5 de septiembre de 2023

11 semanas y un informe

www.youtube.com/c/carlosanguianoz


El 24 de junio fue un día diferente. Apareció en el escenario nacional un personaje que emergió para refrescar el espectro político de manera sustancial. Un hecho más cercano a u accidente que al resultado de una minuciosa, precisa y profesional planeación político estratégica. Xóchitl Gálvez irrumpió a la escena de la sucesión presidencial desafiando la incredulidad, la burla, el bullying presidencial y otras fórmulas que antes habían descarrilado a personajes como Lily Tellez, Ricardo Anaya, Alito Moreno, Enrique de la Madrid, Claudio X González y otros, por poner ejemplos de caídos y vencidos por la verborrea, el desprecio y las menciones destructivas en múltiples conferencias mañaneras. Así, Xóchitl Gálvez se convirtió en una sobreviviente a la perversidad, a los ataques y a la estrategia de desgaste emanada del palacio nacional. Sorprendió a propios y a extraños, ingreso a la autopista de la sucesión presidencial, misma que ya venía transitada por vehículos a velocidad de crucero, pensando que ocupaban todos los carriles y que la delantera que llevaban les garantizaba ganar la carrera de la elección de junio de 2024.

En primera instancia, hay que reconocer que el presidente López Obrador, perdió la batalla legal por un asunto de menor cuantía con Xóchitl Gálvez, que le exigía su derecho de réplica. Después, perdió la compostura, el rumbo y la estrategia mediática con la señora X, que ante cada ataque presidencial salía beneficiada y fortalecida. Días después, fue denunciado justamente por violencia política de género, situación que legalmente limitó su vociferación, sus ataques y la destrucción habitual del equipo presidencial. Se le buscó por cielo, mar y tierra un hilo de donde jalarla para sacarla del juego, para intimidarla, para atemorizarla. El SAT y la unidad de inteligencia financiera, jugaron su rol de verdugos, pero lo que encontraron no sirvió para dar cauce a la revancha ni al odio presidencial. De hecho, consolidaron la historia de vida de la mujer en contienda y la catapultaron hacia un incremento exponencial de su nivel de conocimiento, recordación y asociación positiva en la mente del grueso de los ciudadanos mexicanos.

Así, poco a poco, con ingenio, con acciones modernas, austeras, con giras intensas de trabajo y con una buena vibra que respalda a una personalidad vivaz, elocuente, sencilla y carismática, Xóchitl logró posicionarse aceleradamente, ganarle el espacio público al presidente, superar la percepción y reducir la difusión de las corcholatas presidenciales, hecho que perduro por 11 semanas continuas. Este hecho fue un lapso no antes visto en los 5 años de gobierno de AMLO, que jamás había sufrido el ser superado por tanto tiempo, ni siquiera durante el desatino de su hijo José Ramón López Beltrán (el escándalo de la casa gris, anterior al actual).

Sin saber cómo retomar el control de la agenda setting, desesperado, el pr4sidente creyó que con el inmenso pago de pauta publicitaria a los medios de comunicación electrónicos e impresos, podría desplazar a Xóchitl del debate público, de las conversaciones, de la presencia en todo el país. El pretexto del 5 informe de gobierno dio pie a una avalancha de spots, con la nueva sorpresa de que nuevamente, en el congreso de la unión, la aparición de Xóchitl se llevó las cámaras, las palmas, el reconocimiento y la notoriedad. Este fenómeno digital se esta consolidando. Vaya como prueba de ello, los estragos causados al ego, a la soberbia y al poder económico despilfarrado desde la 4T, rebasados con sorpresa, pero con toda justicia. Por ahora, AMLO no ha recuperado el control mediático y el juego político empieza a revolcarlo, en crisis que puede desembocar en la pérdida del poder y de la elección en 2024.

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El 24 de junio fue un día diferente. Apareció en el escenario nacional un personaje que emergió para refrescar el espectro político de manera sustancial. Un hecho más cercano a u accidente que al resultado de una minuciosa, precisa y profesional planeación político estratégica. Xóchitl Gálvez irrumpió a la escena de la sucesión presidencial desafiando la incredulidad, la burla, el bullying presidencial y otras fórmulas que antes habían descarrilado a personajes como Lily Tellez, Ricardo Anaya, Alito Moreno, Enrique de la Madrid, Claudio X González y otros, por poner ejemplos de caídos y vencidos por la verborrea, el desprecio y las menciones destructivas en múltiples conferencias mañaneras. Así, Xóchitl Gálvez se convirtió en una sobreviviente a la perversidad, a los ataques y a la estrategia de desgaste emanada del palacio nacional. Sorprendió a propios y a extraños, ingreso a la autopista de la sucesión presidencial, misma que ya venía transitada por vehículos a velocidad de crucero, pensando que ocupaban todos los carriles y que la delantera que llevaban les garantizaba ganar la carrera de la elección de junio de 2024.

En primera instancia, hay que reconocer que el presidente López Obrador, perdió la batalla legal por un asunto de menor cuantía con Xóchitl Gálvez, que le exigía su derecho de réplica. Después, perdió la compostura, el rumbo y la estrategia mediática con la señora X, que ante cada ataque presidencial salía beneficiada y fortalecida. Días después, fue denunciado justamente por violencia política de género, situación que legalmente limitó su vociferación, sus ataques y la destrucción habitual del equipo presidencial. Se le buscó por cielo, mar y tierra un hilo de donde jalarla para sacarla del juego, para intimidarla, para atemorizarla. El SAT y la unidad de inteligencia financiera, jugaron su rol de verdugos, pero lo que encontraron no sirvió para dar cauce a la revancha ni al odio presidencial. De hecho, consolidaron la historia de vida de la mujer en contienda y la catapultaron hacia un incremento exponencial de su nivel de conocimiento, recordación y asociación positiva en la mente del grueso de los ciudadanos mexicanos.

Así, poco a poco, con ingenio, con acciones modernas, austeras, con giras intensas de trabajo y con una buena vibra que respalda a una personalidad vivaz, elocuente, sencilla y carismática, Xóchitl logró posicionarse aceleradamente, ganarle el espacio público al presidente, superar la percepción y reducir la difusión de las corcholatas presidenciales, hecho que perduro por 11 semanas continuas. Este hecho fue un lapso no antes visto en los 5 años de gobierno de AMLO, que jamás había sufrido el ser superado por tanto tiempo, ni siquiera durante el desatino de su hijo José Ramón López Beltrán (el escándalo de la casa gris, anterior al actual).

Sin saber cómo retomar el control de la agenda setting, desesperado, el pr4sidente creyó que con el inmenso pago de pauta publicitaria a los medios de comunicación electrónicos e impresos, podría desplazar a Xóchitl del debate público, de las conversaciones, de la presencia en todo el país. El pretexto del 5 informe de gobierno dio pie a una avalancha de spots, con la nueva sorpresa de que nuevamente, en el congreso de la unión, la aparición de Xóchitl se llevó las cámaras, las palmas, el reconocimiento y la notoriedad. Este fenómeno digital se esta consolidando. Vaya como prueba de ello, los estragos causados al ego, a la soberbia y al poder económico despilfarrado desde la 4T, rebasados con sorpresa, pero con toda justicia. Por ahora, AMLO no ha recuperado el control mediático y el juego político empieza a revolcarlo, en crisis que puede desembocar en la pérdida del poder y de la elección en 2024.