La temporada de huracanes en el Pacífico aún no termina y las posibilidades de formación de nuevos fenómenos seguirán latentes algunas semanas más.
Esto porque el actual ciclo comenzó el 15 de mayo y se extiende al 30 de noviembre y es Otis es el que lleva la delantera en devastación luego de golpear al estado de Guerrero en octubre pasado. Sin embargo también en octubre un huracán de categoría elevada tocó tierra en el Pacífico.
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Se trata de Lidia que en pocas horas el martes 10 de octubre se convirtió en categoría 4 y a las 17:50 horas pegó en la comunidad de Las Peñitas, perteneciente al municipio costero de Cabo Corrientes en Jalisco. Dicho huracán es el de mayor intensidad en épocas recientes afectando a la entidad, donde generó lluvias puntuales extraordinarias en Jalisco, Nayarit y Colima, así como lluvias torrenciales Michoacán y Guerrero. Su saldo fue de tres personas fallecidas, una de ellas un hombre de que intentó cruzar un río que se desbordó en el municipio de Pihuamo, mientras que en Bahía de Banderas, perteneciente a Nayarit pero colindante con territorio jalisciense falleció al caerle un árbol otro hombre y el tercer deceso se contabilizó en Colima.
Patricia en 2015
Otro huracán del que se tiene memoria es el registrado hace poco más de ocho años llamado Patricia, del que se esperaba una devastación no solo en la costa, sino en prácticamente toda la entidad. Fue el viernes 23 de octubre a las 18:15 horas cuando pegó en las inmediaciones de las bahías de Tenacatita, Cuestecomate y Barra de Navidad, en la costa jalisciense.
Desde días antes los pronósticos eran desoladores y de Patricia se esperaba lo peor. Fue considerado “el más potente” que haya golpeado al país, pero gracias a que se debilitó al tocar tierra los daños que dejó fueron significativos pero menos catastróficos de lo esperados.
En el recuento federal se informó que dañó más de 3 mil 500 hectáreas de cultivos y una cantidad similar de viviendas de manera parcial o total, tanto en Jalisco, como en Nayarit, Colima y Michoacán.
Debido a la intensidad del huracán Patricia, más de 235 mil usuarios resultaron afectados con la interrupción del servicio de energía eléctrica y por varios días estuvieron sin luz en las zonas afectadas.
Con ese fenómeno movilizaron a pobladores y turistas a algunos municipios alejados de la costa, incluyendo a Guadalajara, a donde trasladaron a personas que estaban hospedadas en Puerto Vallarta en hoteles de cadenas con presencia en la capital jalisciense en un operativo donde participaron más de 25 mil elementos de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, así como de la Policía Federal.
Kenna en 2002
Uno de los huracanes que más recuerdan los jaliscienses es Kenna, que impactó en Puerto Vallarta la mañana del 25 de octubre del 2002 y aunque han pasado más de dos décadas sigue presente en la memoria. Ese fenómeno pasó frente al malecón y la zona hotelera vallartense en categoría 4 y fue el más devastador de ese año en todo el país, pues acabó con el malecón y con buena parte de los negocios alrededor para impactar en San Blas, perteneciente al estado vecino de Nayarit. El paso de Kenna dejó dos personas fallecidas y alrededor de 40 lesionados a causa de derrumbes, así como daños por alrededor de 25 millones de pesos.
De acuerdo con Gerardo Vázquez Cárdenas, meteorólogo y miembro de la coordinación nacional en el Servicio Meteorológico Nacional, el 2021 tuvo “actividad bastante relevante” con Dolores que pegó a las 10 horas del 19 de julio en Michoacán y Colima y dejó afectaciones por desprendimiento de sus bandas nubosas que cubrieron la mayor parte de Jalisco.
También el huracán Enrique el cual alcanzó la categoría 1 y aunque no impactó tuvo efectos por bandas nubosas a 65 kilómetros de Playa Pérula con vientos de 150 kilómetros por hora y lluvia acumulada en Higuera Blanca, perteneciente a Tomatlán. Está también el huracán Nora categoría 1 del pasado 28 de agosto que a las 17 horas tocó tierra en San Vicente, cercano a Tomatlán y provocó vientos máximos de 140 kilómetros; mientras que Olaf en categoría 2 aunque no pegó en Jalisco, dejó desprendimientos nubosos y lluvias en la costa occidental, al igual que el huracán Pamela y el huracán Rick, todos registrados hace dos años en el Pacífico y con impacto secundario para Jalisco.
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A decir del experto, quien además está asignado a la región de Jalisco en la Comisión Nacional del Agua, la zona montañosa que hay en la entidad permite que los impactos sean menores una vez entrando a tierra, gracias a la Sierra Madre Occidental, que funciona como una barrera natural.
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“Cuando hemos tenido los huracanes como ha sido el caso de Patricia y últimamente de Lidia, nos ayuda de cierta manera para contener principalmente los embates que pudiéramos sufrir hacia el interior, por ser una barrera montañosa y de elevada altura, el sistema inmediatamente en cuando toca tierra empieza su etapa de disipación porque ya no tiene las características de estar en una fuente acuosa, en este caso el mar y ya no tiene la temperatura que se necesita para seguirse fortaleciendo o seguir su desplazamiento”. Lo que afecta es la nubosidad que va acompañando al huracán o a la tormenta tropical como se ha visto a lo largo de las últimas semanas con los que se acercan a territorio jalisciense pero no dejan mayores consecuencias.
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