Las carnes en su jugo son uno de los platillos típicos de Guadalajara que han posicionado a la gastronomía tapatía como una de las mejores a nivel nacional, y su historia, además de curiosa, es enriquecedora.
Todo comenzó a mitad de la década de los 60´s, en uno de los barrios más populares de la ciudad, cercano a San Juan de Dios y la antigua Penal de Oblatos, con la idea de alguien a quien apodaban “El Gallo”, quien hirvió un caldo con carne y chile para los desvelados que salían a divertirse por la zona.
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La receta se convirtió en un éxito y El Gallo tuvo que contratar empleados, uno de ellos un hombre que aprendió a cocinar las carnes en su jugo y tras algunas diferencias con el que fue su patrón, llevó la receta hacia el barrio de Santa Tere, que ahora es el corredor gastronómico más grande si de carnes en su jugo se trata.
Y es que en la popular colonia, ubicada en el corazón de Guadalajara, hay al menos cinco establecimientos de carnes en su jugo de renombre, pero unos cuantos más pequeños, a donde personas principalmente de las colonias aledañas, acuden con frecuencia para comprar las carnes en su jugo.
¿Cómo han evolucionado las carnes en su jugo?
Cuando comenzaron las carnes en su jugo, la realidad es que sólo se servían con chile, pero poco a poco fueron evolucionando y se atribuye a la familia De la Torre, el platillo como lo conocemos ahora, con rábano, cebolla frita, cilantro y tortilla enmantecada.
Sin embargo, lo que no puede faltar en unas carnes en su jugo es el acompañamiento con frijolitos y elote, que ya se ofrece en prácticamente cualquier establecimiento y la receta original surgió en Kamilos 333 hace casi medio siglo, cuando la familia Camarena, con raíces tapatías y colimenses, incluyó una entrada con frijoles en caldo, mismos que fueron adaptándose y ahora en algunos lugares, además de la receta un poco más espesa, se vende incluso empaquetada para llevar, como lo hacen las Karnes Garibaldi.
El agua fresca, de jamaica o de horchata es otro infaltable si de carnes en su jugo se trata y para cerrar con broche de oro la comida, que puede servirse prácticamente a cualquier hora del día, una jericalla, uno de los postres más típicos de la perla tapatía.
¿Dónde comer carnes en su jugo?
Se calcula que en Guadalajara y sus municipios aledaños hay al menos medio centenar de restaurantes debidamente establecidos, dedicados a la venta de carnes en su jugo, pero hay además una cantidad importante de puestos callejeros y pequeños negocios que también han crecido gracias a que el platillo es uno de los más buscados por los tapatíos y por quienes desde otras partes del país y del mundo visitan la ciudad.
Y aunque cada lugar donde se sirven carnes en su jugo tiene su encanto, si se trata de recomendar uno, lo ideal es que sea en el barrio de Santa Tere y Kamilos 333 es una opción, pues el ambiente tradicional mexicano, con antigüedades de hace más de un siglo, además de convertirlo en prácticamente un museo en el que puedes encontrar colecciones de monedas desde 1867, un sinfín de herramientas del campo, pues su padre era ganadero en la costa de Jalisco, también hay algunas obras de arte, producto de intercambio con artistas que han visitado el lugar que abrió sus puertas en 1975 y ha recibido a infinidad de celebridades que disfrutan de unas carnes en su jugo, servidas en platón de barro de Tonalá, para preservar la tradición, pues ése es el lema de la familia y el éxito del negocio que ha recibido reconocimientos gastronómicos internacionales.
