Tiene 13 años y está a unos meses de graduarse como Químico Farmacobiólogo por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y disfruta de cada una de las etapas de su vida; se relaciona con personas de su edad y adultas; es un atleta de alto rendimiento, pero también es un niño genio. Así Ian Emmanuel González será el estudiante más joven en egresar de la Máxima Casa de Estudios de Jalisco y quizás de la historia de todo México.
Contrario a lo que se pudiera pensar que con su alto intelecto mental y de que las obligaciones de la Facultad lo absorberían de tiempo completo, no es así, al contrario: Ian tiene tiempo para jugar futbol, videojuegos, salir con sus amigos, aprender idiomas y entrenar atletismo, es un adolescente como todos los demás.
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En entrevista con EL OCCIDENTAL tanto él como su mamá Sandra Santos platican como padeció bullying en la primaria en donde los maestros no lo entendían y lo catalogaban como un menor con problemas de déficit de atención; de como tuvo que migrar a Guadalajara para tener oportunidades y cómo fue que llegó a la Universidad de Guadalajara.
¿Qué sientes de graduarte de Químico Farmacobiólogo?
Siento una gran emoción, es algo muy importante para mi, es un sueño y agradecido con la UdeG porque me abrió sus puertas para ingresar a pesar de que tenía tan sólo nueve años. En este caso me voy a graduar de Químico Farmacéutico Biólogo a la edad de 13 años. No he dejado de ser un niño, hago todas mis actividades como lo hace la gran mayoría como jugar, hacer deporte; la verdad es que nunca voy a dejar de serlo y en este caso tengo un equilibrio entre el estudio, el juego, el deporte y las demás actividades extracurriculares que hago como practicar atletismo porque soy de alto rendimiento. Procuro juntarme con otros niños de mi edad a pesar de que estoy en la universidad no me doy cuenta de que me relaciono con personas mayores o con personas menores que yo.
La familia, los amigos, los primos ¿cómo es el trato?
Me tratan como si fuera cualquier niño a menos que de verdad piensen que soy engreído pero la verdad no soy, me pueden hacer el feo, pero en general me tratan como a cualquier otro niño, no porque tenga altas capacidades y eso no significa que no sea igual que ellos. Mi familia me quiere mucho y yo a ellos.
¿Cómo se dieron cuenta que tenías una capacidad sobresaliente?
Desde la primaria me di cuenta de que tenía muchas dudas, de que no profundizaban los maestros y no me sentía a gusto en la primaria y le dije a mi mamá si me podía dar clases en casa y ella aceptó, después me hicieron una evaluación de inteligencia intelectual en donde salí que era un niño super dotado, después de eso hice mis exámenes de primaria, secundaria, prepa y a la Universidad y sí tengo dudas, como en matemáticas.
¿Qué sigue ahora, por la edad no es posible entrar a trabajar?
La verdad por la edad no hay posibilidades de trabajar, pero me gustaría un posgrado en el CUCEI. El doctor Edgar Balcázar me invitó a hacer uno en su laboratorio. Tengo otras propuestas, algunas en el extranjero como España, Estados Unidos y la misma UdeG, pero no sé en dónde hacerlo, pero sí me voy a tomar un descanso escolar de unos tres meses para dedicarme a hacer deporte y después continuar los estudios. En diciembre pasado corrió en las competencias estatales en 80 y 150 metros planos y quedé en tercer lugar, por eso a todos los menores con intelecto alto no se rindan y luchen por sus sueños, con disciplina, sean valientes.
El apoyo de su mamá ha sido fundamental para poder alcanzar todas estas metas y muchas más, salir adelante y mitigar la violencia que se ejerció hacia su hijo por ser diferente a los demás y no quedarse con dudas, pero sobre todo busca que viva cada una de sus etapas de crecimiento como debe ser.
¿Cómo vivieron este proceso de adaptación?
Como mamá ha sido complicado, difícil ver a mi hijo introvertido, sufrir el bullying que le hacían, que no podía jugar con sus compañeros, lo opacaban, lo minimizaban, lo regañaban porque preguntaba, lo castigaban porque no era tan hábil para el fútbol como otros niños sino que era para atletismo y la escuela no fue capaz de detectarlo como tampoco que él aprendía a un ritmo diferente y en una reunión con la maestra me dijo que parecía que tenía déficit de atención porque lo veía disperso, sin concentración, tal vez su letra no era pulcra. Lo afrontó con mucha valentía porque no teníamos opciones y fue cuando tomé la decisión de retirarlo en la escuela, comenzar una educación en casa. Conseguí los libros, dedicábamos algunas horas para estudiar, terminaba su tiempo de estudio podíamos salir a los videojuegos, al parque, a correr, cualquier actividad que podía realizar.
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¿Cómo fue entrar a la UdeG?
Entre todos los cursos, había uno en el CUCEI y asistimos, ahí fue cuando vio los laboratorios, las instalaciones y dijo que quería estudiar ahí. Conocimos al doctor en ciencias Francisco Armillo Ballesteros y lo invitó a tomar clases de oyente porque ya tenía conocimientos. No fue simplemente porque dije vas a entrar aquí, entonces el ingresar a la materia y tener la capacidad de comprender el contenido eso es lo que hace la diferencia, porque veo comentarios de que Ian es un privilegiado y que con qué derecho llegó. No tuvo ningún privilegio, no somos de una familia influyente, no somos parientes de nadie, simplemente y sencillamente soy una madre que ha dejado todo por ver feliz a su hijo y aportarle todo.
¿El ingreso a la UdeG cómo fue?
Cuando dijo que deseaba estar ahí se platicó con él de la responsabilidad de estar en la universidad y dijo que sí, poco después de los siete años dijo que era su sueño y con todo ese antecedente de oyente y en donde participaba defendía el tema y solicité en diferentes lugares que le aplicaran sus exámenes y hubo muchas negativas, que le evaluaran la primaria, secundaria y preparatoria para obtener el certificado; no se brincó del kínder a la Universidad como muchos creen, tiene todas sus certificaciones y tiene antecedentes de clases de oyente, cursos y ponencias; hizo examen de admisión y fue aceptado en la Autónoma y UdeG y decidimos que mejor cursara la carrera en el CUCEI de la Universidad de Guadalajara.
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