Después de cuatro décadas de estar casada, Gabriela María del Carmen Pérez Bandala pide justicia ante las autoridades del Estado de Jalisco para tener una pensión alimenticia o compensación económica a su favor, luego de la disolución de su matrimonio.
En entrevista con EL OCCIDENTAL, lamentó que tras obtener un par de amparos federales y haber acudido a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), las autoridades estatales detienen el proceso jurídico “solo pido que me hagan caso, que me dejen las cosas libres, que no hay interferencia política para que avance mi caso”.
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Pérez Bandala, denunció que desde hace nueve años ha pasado por un peregrinar para poder acceder a una pensión o compensación económica, luego de haber estado casada 40 años, trabajar en el hogar y ser cuidadora, ya que su esposo ha movido influencias por ser un político de Ciudad Guzmán.
Ella solo pide que se garantice y se le reconozca el derecho a tener un modus de vida digna.
“Tengo nueve años peleando o luchando por mi pensión alimenticia. He ganado dos instancias federales, en las cuales, ya se estipulo hasta la cantidad y todo, pero en lo estatal se han estado deteniendo por causa política solamente porque lo demás se ha llevado a cabo en regla y todo está bien, pero políticamente, hay algunos casos en los cuales no se ha podido, se ha detenido por intereses personales que inclusive de parte de mi marido y de mis hijos”.
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Entrevistada en uno de los espacios del DIF Guadalajara, Pérez Bandala, denuncia que por cuestiones políticas e influencias de quien fuera su esposo el proceso no avanza.
“Mi marido fue político y tiene relaciones, y eso es en lo que se ha apoyado yo no tengo esa parte importante, y es lo que me ha afectado bastante ¿En qué le ha afectado? En que no me han resuelto, han detenido el caso para que no se resuelva como lo pide la ley, ya me fui a todas las instancias posibles, no me han negado la audiencia, pero tampoco me han ayudado, no me dejan, y me dicen que no, y estamos ayudando la otra parte”.
Actualmente recibe apoyo de sus amigas más cercanas y algunos familiares. quienes le han dado un techo donde vivir y para la alimentación.