Sonia Solórzano, lesionada del 22 de abril, dijo respecto al fideicomiso: “Ellos dicen que el fideicomiso no lo van a abandonar pero físicamente yo que tengo la contabilidad en la mano, que es lo que siento, que me ocultan la información; el fideicomiso al fin de este año terminaría quizá con 1 millón, esto sin tomar en cuenta los donativos; tomando en cuenta los donativos empezaremos el año con 5 o 7 millones.
Si te gastas 1 millón mensual ¿Cuánta vida le vas a dar al fideicomiso? Es lo que le pedimos a las autoridades: el fideicomiso fue creado con el objetivo de la búsqueda de verdad y justicia y a 25 años promedio no hemos obtenido ninguna de las dos”.
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Aunque sí han conseguido algunos apoyos estos no han sido del todo adecuados por las modificaciones que les han realizado a lo largo de los últimos años. Hasta el día de hoy, según Sonia Solórzano y Lilia Ruiz, una institución que les ha quedado a deber es la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco pues desde Carlos Hidalgo Riestra, Guadalupe Morfín, Carlos Barba, Felipe de Jesús Álvarez, Alfanso Hernández Barrón y la actual ombudsman Luz del Carmen Godínez no han representado un apoyo para su causa.
A 31 años de las explosiones del 22 de abril las heridas de los lesionados no ha sanado del todo, el recuerdo de aquella mañana será imposible de olvidar ya el ligero consuelo que tenían de contar con un sustento seguro hoy las autoridades de Jalisco se han encargado de sembrar las dudas de su futuro.
Sonia Solórzano y Lilia Ruiz ha luchado todos estos años por su tranquilidad y la de sus compañeros, ambas coinciden en que el 22 de abril no ha sido la única explosión de sus vidas pues el querer quitarles lo que con tanto esfuerzo han ganado ha logrado que sus vidas se vuelvan a cimbrar.
“Para mí hay dos 22 de abril, el primero el día de las explosiones y el segundo el 14 de marzo de 2023 cuando dolosamente el gobierno del estado modificó el fideicomiso afectando nuestro ingreso mensual, fuera de ver algún tipo de empatía con la situación que vivimos como víctimas, la autoridad está empeñada en revictimizarnos, señaló Solórzano.
“Yo tengo tres fechas del 22 de abril que me han marcado, la primera las explosiones del 92; la segunda cuando Aristóteles modificó el convenio para que el apoyo se mantuviera sólo si el fideicomiso tenía dinero y no de por vida; y el tercero al cambiarnos salarios mínimos a UMAS es sumamente injusto, no les pedimos más sólo lo justo, no se vale que ahora nos quieran quitar nuestro apoyo, esté es el peor gobierno que nos ha tocado vivir”, dijo desesperada Lilia Ruiz.
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