/ miércoles 4 de octubre de 2023

Los Hechos | ¿Quién manda en México?

Las confrontaciones político-económicas que se están suscitando en México, ponen en duda la vigencia del orden constitucional que debería existir, con un mando distribuido en 3 poderes que como se sabe, son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

Como también lo sabemos, era costumbre política que fuera el Presidente de la República quien se desempeñara indiscutiblemente como el “director de la orquesta”, mientras que legisladores y magistrados, ejecutaban sus instrumentos al mismo ritmo que les marcara la dirección.

Sin embargo, esta tradición por todos conocida ha venido a menos y no solamente eso, sino que lo que observamos ahora es una división de actos y de opiniones que demuestran que nuestra antigua unidad nacional está fracturada.

Esta confrontación no es secreta, sino al contrario, totalmente púbica: No uno, sino varios proyectos y programas que pretende echar a andar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, son frenados por la Cámara de Senadores y la de Diputados, así como ministros de la SCJN. Y no sólo, sino ahora es el INE quien toma decisiones acerca de las facultades que deben permitirse o prohibirse al Ejecutivo, a la hora de expresar sus puntos de vista. Mientras que por otro lado, el régimen lopezobradorista ha dirigido sus disparos al propio INE, al INAI, y por supuesto a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros objetivos. Sin olvidar a la precandidata de la oposición, Xóchitl Gálvez.

La lucha es encarnizada y también involucra lo relativo a la sucesión presidencial. Como lo acabamos de apuntar. La Cuarta Transformación postula a Claudia Sheinbaum, mientras que la resistencia, encabezada por la coalición PRI-PAN-PRD, ha lanzado a Xóchitl Gálvez.

Debe señalarse que hasta este momento las expectativas están abiertas acerca del rumbo que podría seguir México en el próximo sexenio y hay quienes piensan en que podría haber un desenlace similar al que ocurrió cuando Lázaro Cárdenas terminó su mandato y dejó el poder en manos de Manuel Ávila Camacho, quien resultó más conservador y permitió que una línea moderada bajara al mínimo las pugnas que había cuando Cárdenas estaba al frente del país.

En los momentos actuales lo que se ha visto es que en el seno del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se manejaron las precandidaturas de Claudia Sheinbaum y de Marcelo Ebrard. Y que finalmente, López Obrador le vio más “zancas de jinete” a Claudia para proseguir la Cuarta Transformación.

Y por ahora, hasta ahí van las cosas respecto al futuro político, económico y social de México. La decisión seguramente la tendremos en las elecciones del año próximo. Pero para eso falta algo y no sabemos qué otras cosas puedan suceder durante el período previo a los comicios. Parece que los bandos están de acuerdo en esperar, pero no se cruzan los brazos para seguir dando cuerda a sus propósitos.

Las confrontaciones político-económicas que se están suscitando en México, ponen en duda la vigencia del orden constitucional que debería existir, con un mando distribuido en 3 poderes que como se sabe, son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

Como también lo sabemos, era costumbre política que fuera el Presidente de la República quien se desempeñara indiscutiblemente como el “director de la orquesta”, mientras que legisladores y magistrados, ejecutaban sus instrumentos al mismo ritmo que les marcara la dirección.

Sin embargo, esta tradición por todos conocida ha venido a menos y no solamente eso, sino que lo que observamos ahora es una división de actos y de opiniones que demuestran que nuestra antigua unidad nacional está fracturada.

Esta confrontación no es secreta, sino al contrario, totalmente púbica: No uno, sino varios proyectos y programas que pretende echar a andar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, son frenados por la Cámara de Senadores y la de Diputados, así como ministros de la SCJN. Y no sólo, sino ahora es el INE quien toma decisiones acerca de las facultades que deben permitirse o prohibirse al Ejecutivo, a la hora de expresar sus puntos de vista. Mientras que por otro lado, el régimen lopezobradorista ha dirigido sus disparos al propio INE, al INAI, y por supuesto a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros objetivos. Sin olvidar a la precandidata de la oposición, Xóchitl Gálvez.

La lucha es encarnizada y también involucra lo relativo a la sucesión presidencial. Como lo acabamos de apuntar. La Cuarta Transformación postula a Claudia Sheinbaum, mientras que la resistencia, encabezada por la coalición PRI-PAN-PRD, ha lanzado a Xóchitl Gálvez.

Debe señalarse que hasta este momento las expectativas están abiertas acerca del rumbo que podría seguir México en el próximo sexenio y hay quienes piensan en que podría haber un desenlace similar al que ocurrió cuando Lázaro Cárdenas terminó su mandato y dejó el poder en manos de Manuel Ávila Camacho, quien resultó más conservador y permitió que una línea moderada bajara al mínimo las pugnas que había cuando Cárdenas estaba al frente del país.

En los momentos actuales lo que se ha visto es que en el seno del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se manejaron las precandidaturas de Claudia Sheinbaum y de Marcelo Ebrard. Y que finalmente, López Obrador le vio más “zancas de jinete” a Claudia para proseguir la Cuarta Transformación.

Y por ahora, hasta ahí van las cosas respecto al futuro político, económico y social de México. La decisión seguramente la tendremos en las elecciones del año próximo. Pero para eso falta algo y no sabemos qué otras cosas puedan suceder durante el período previo a los comicios. Parece que los bandos están de acuerdo en esperar, pero no se cruzan los brazos para seguir dando cuerda a sus propósitos.