/ martes 17 de octubre de 2023

Los Hechos | Preocupante una doble descacharrización

Desde hace algunas semanas se han venido escuchando versiones sobre la posibilidad de que en Jalisco se implemente un plan para cancelar la licencia de conducir a personas de la tercera edad que al ser sometidos a un examen de aptitud, no lo pasen. Por lo que si esto se hiciera así, lo que tendríamos en esta entidad federativa sería una doble “descacharrización” en el ámbito del transporte, puesto que además de la Verificación Vehicular obligatoria que se realiza para eliminar de las calles a los automotores de modelo atrasado, al mismo tiempo se pondría fuera de circulación a los adultos mayores que de acuerdo con criterios hoy desconocidos, no garantizaran un manejo seguro de su vehículo.

Cabe señalar que lo que se ha observado ante esta perspectiva, ha sido una actitud de preocupación por importantes sectores de la población, que piensan que acciones de este tipo podría ser discriminatoria, además de básicamente gravosa.

Por lo que trata a la revisión de automóviles se ha dicho y repetido en amplios sectores, que el plan es fundamentalmente recaudatorio, puesto que según ese punto de vista implica desembolsos al por mayor de parte de numerosos propietarios de vehículos de motor. Te cobran por revisarte el auto; si no lo llevas te aplican multa. Y si cuando lo llevas no pasa el examen, tienes que hacer otro gasto para hacerle las reparaciones que se calculan necesarias.

Aparte de que si la unidad aprueba la revisión, de todos modos tienes que pagar otra vez el próximo año, ya que la verificación es anual.

Sin contar que para gran cantidad de personas, la restricción sería un fuerte golpe a su economía y a la estabilidad de su hogar, en el caso de que el automotor que se elimine, constituya su fuente de trabajo. Así sea de carga, de alquiler o de transporte masivo de personas. Las repercusiones económicas y sociales podrían ser lamentables, conforme al criterio de numerosos inconformes.

Esto por un lado, mientras que por el otro, una posible “verificación” para los adultos mayores, es calificada por muchos como improcedente, ya que no por ser mayor de edad, se tiene que estar enfermo o ser irresponsable. Independientemente de que una fiscalización de este tipo, mucha gente la ve como impopular e improcedente.

Con cierto dejo de ironía, se comenta que si se va a “verificar” a las personas maduras, con mayor razón debería también ponerse a examen a los jóvenes, ya que en este campo, es un hecho que buen número de ellos, al conducir de manera violenta e irresponsable, suelen ser causa de fatales accidentes.

O sea que de acuerdo con el modo de pensar de los afectados, la posibilidad de esta doble “descacharrización” debería estudiarse más a fondo. Y por parte de técnicos o profesionales que de verdad sepan de lo que se trata y no por políticos improvisados que desconocen el medio, pero que se ven bien dispuestos a instrumentar “puntadas” que pueden tener consecuencias injustas e inconvenientes.

Se insiste en la idea de que gobernantes y gobernados deben ponerse de acuerdo en las decisiones que puedan afectar al grueso de la población. Caminando de la mano todo tendría que ir mejor. Eso es lo que piensa buen número de jaliscienses.

Desde hace algunas semanas se han venido escuchando versiones sobre la posibilidad de que en Jalisco se implemente un plan para cancelar la licencia de conducir a personas de la tercera edad que al ser sometidos a un examen de aptitud, no lo pasen. Por lo que si esto se hiciera así, lo que tendríamos en esta entidad federativa sería una doble “descacharrización” en el ámbito del transporte, puesto que además de la Verificación Vehicular obligatoria que se realiza para eliminar de las calles a los automotores de modelo atrasado, al mismo tiempo se pondría fuera de circulación a los adultos mayores que de acuerdo con criterios hoy desconocidos, no garantizaran un manejo seguro de su vehículo.

Cabe señalar que lo que se ha observado ante esta perspectiva, ha sido una actitud de preocupación por importantes sectores de la población, que piensan que acciones de este tipo podría ser discriminatoria, además de básicamente gravosa.

Por lo que trata a la revisión de automóviles se ha dicho y repetido en amplios sectores, que el plan es fundamentalmente recaudatorio, puesto que según ese punto de vista implica desembolsos al por mayor de parte de numerosos propietarios de vehículos de motor. Te cobran por revisarte el auto; si no lo llevas te aplican multa. Y si cuando lo llevas no pasa el examen, tienes que hacer otro gasto para hacerle las reparaciones que se calculan necesarias.

Aparte de que si la unidad aprueba la revisión, de todos modos tienes que pagar otra vez el próximo año, ya que la verificación es anual.

Sin contar que para gran cantidad de personas, la restricción sería un fuerte golpe a su economía y a la estabilidad de su hogar, en el caso de que el automotor que se elimine, constituya su fuente de trabajo. Así sea de carga, de alquiler o de transporte masivo de personas. Las repercusiones económicas y sociales podrían ser lamentables, conforme al criterio de numerosos inconformes.

Esto por un lado, mientras que por el otro, una posible “verificación” para los adultos mayores, es calificada por muchos como improcedente, ya que no por ser mayor de edad, se tiene que estar enfermo o ser irresponsable. Independientemente de que una fiscalización de este tipo, mucha gente la ve como impopular e improcedente.

Con cierto dejo de ironía, se comenta que si se va a “verificar” a las personas maduras, con mayor razón debería también ponerse a examen a los jóvenes, ya que en este campo, es un hecho que buen número de ellos, al conducir de manera violenta e irresponsable, suelen ser causa de fatales accidentes.

O sea que de acuerdo con el modo de pensar de los afectados, la posibilidad de esta doble “descacharrización” debería estudiarse más a fondo. Y por parte de técnicos o profesionales que de verdad sepan de lo que se trata y no por políticos improvisados que desconocen el medio, pero que se ven bien dispuestos a instrumentar “puntadas” que pueden tener consecuencias injustas e inconvenientes.

Se insiste en la idea de que gobernantes y gobernados deben ponerse de acuerdo en las decisiones que puedan afectar al grueso de la población. Caminando de la mano todo tendría que ir mejor. Eso es lo que piensa buen número de jaliscienses.