/ miércoles 10 de enero de 2024

Los Hechos | Nuestra dudosa cultura dogmática


En la actualidad hay quienes consideran que nuestra cultura es cuestionable no solamente porque está ligada a influencias ideológicas y religiosas, sino además porque está basada en dogmas que distan mucho de tener la firmeza necesaria para dar sustento a un desarrollo correcto del conocimiento.

Claro que todas las culturas son dogmáticas, pero la diferencia estriba precisamente en la calidad de cada uno de los dogmas.

Para empezar debemos tomar en cuenta que en el mundo no hay una cultura única, sino varias, ya que existen la cultura occidental, la oriental y las de otras partes del orbe. Y no se puede exigir a la gente de un lado, que sepa y piense lo mismo que la del otro. Un chino no piensa igual que un mexicano, y un estadounidense no tiene una idea del hombre y del mundo, parecida a la de un ruso.

Lo ideal sería tener una cultura universal, con datos de todos lados, pero eso está muy lejos de convertirse en una realidad, debido a la insuficiencia de las fuentes de información que están o que se ponen a nuestro alcance. Los libros de texto escolar son conforme a las ideas de quienes los redactan. Y lo mismo acontece en buena parte de la literatura de más alto nivel.

Eso por un lado, pero por otro tenemos la teoría comprobada de George Orwell, quien en su libro titulado “1984”, escrito en 1949, vaticina que 35 años después –o sea en 1984- nuestro planeta o cuando menos parte del mismo, estaría dominado por un sistema de información que permitiría manipular no solamente la forma de comportarse de la gente, sino además su manera de pensar.

Esto tendría supuestamente un propósito ilegítimo de fondo, ya que una persona explotada puede inconformarse, pero una engañada estaría tan desorientada que no sabría qué hacer.

El presagio de Orwell al perecer se ha cumplido y esa es una de las razones por las que la cultura general ha pasado a ser una propiedad bastante endeble.

Los observadores comentan que como parte de un sistema de control mental se deforma la historia y de esta manera quienes han sido considerados héroes pueden ser realmente figuras manipuladas por una clase dominante. Mientras que por el lado opuesto, quienes han sido tachados de elementos negativos resultaría realmente personajes bien intencionados. Y así sucesivamente con los acontecimientos de la historia que nos dan a conocer. Desde luego que una posible deformación de la historia no tendría que ser total, sino probablemente en puntos clave, conforme a los intereses de quienes cometen esos desaguisados.

Ahora bien, se puede considerar por otra parte, que en realidad no todo es falso dentro de nuestro hábitat, ya que hay un campo de la actividad del hombre que sí es exacto, y ese es la ciencia.

En la cultura hay errores, pero en la ciencia no puede haberlos, por lo que el avance científico es amplio e innegable.

Sin embargo, eso tampoco es para echar las campanas a vuelo, si se toma en cuenta que conforme al pensar de los críticos, hay muchos avances científicos que son aplicados a los intereses de la economía y la política, por lo que no se reflejan a nivel social.

Hay avances en medicina, pero los fármacos están cada día más caros y la salud se ha vuelto un artículo de lujo. Hay desarrollo inmobiliario, pero es triste observar la proliferación de las casita-huevo. Se reportan adelantos en la industria alimenticia, pero cada vez la gente come más comida chatarra.

En fin, es mucho más lo que se puede reflexionar sobre este estado de cosas. Pero mientras llegamos a un punto de conclusión, nos queda el consuelo de dar otro trago a nuestra caliente taza de café.


En la actualidad hay quienes consideran que nuestra cultura es cuestionable no solamente porque está ligada a influencias ideológicas y religiosas, sino además porque está basada en dogmas que distan mucho de tener la firmeza necesaria para dar sustento a un desarrollo correcto del conocimiento.

Claro que todas las culturas son dogmáticas, pero la diferencia estriba precisamente en la calidad de cada uno de los dogmas.

Para empezar debemos tomar en cuenta que en el mundo no hay una cultura única, sino varias, ya que existen la cultura occidental, la oriental y las de otras partes del orbe. Y no se puede exigir a la gente de un lado, que sepa y piense lo mismo que la del otro. Un chino no piensa igual que un mexicano, y un estadounidense no tiene una idea del hombre y del mundo, parecida a la de un ruso.

Lo ideal sería tener una cultura universal, con datos de todos lados, pero eso está muy lejos de convertirse en una realidad, debido a la insuficiencia de las fuentes de información que están o que se ponen a nuestro alcance. Los libros de texto escolar son conforme a las ideas de quienes los redactan. Y lo mismo acontece en buena parte de la literatura de más alto nivel.

Eso por un lado, pero por otro tenemos la teoría comprobada de George Orwell, quien en su libro titulado “1984”, escrito en 1949, vaticina que 35 años después –o sea en 1984- nuestro planeta o cuando menos parte del mismo, estaría dominado por un sistema de información que permitiría manipular no solamente la forma de comportarse de la gente, sino además su manera de pensar.

Esto tendría supuestamente un propósito ilegítimo de fondo, ya que una persona explotada puede inconformarse, pero una engañada estaría tan desorientada que no sabría qué hacer.

El presagio de Orwell al perecer se ha cumplido y esa es una de las razones por las que la cultura general ha pasado a ser una propiedad bastante endeble.

Los observadores comentan que como parte de un sistema de control mental se deforma la historia y de esta manera quienes han sido considerados héroes pueden ser realmente figuras manipuladas por una clase dominante. Mientras que por el lado opuesto, quienes han sido tachados de elementos negativos resultaría realmente personajes bien intencionados. Y así sucesivamente con los acontecimientos de la historia que nos dan a conocer. Desde luego que una posible deformación de la historia no tendría que ser total, sino probablemente en puntos clave, conforme a los intereses de quienes cometen esos desaguisados.

Ahora bien, se puede considerar por otra parte, que en realidad no todo es falso dentro de nuestro hábitat, ya que hay un campo de la actividad del hombre que sí es exacto, y ese es la ciencia.

En la cultura hay errores, pero en la ciencia no puede haberlos, por lo que el avance científico es amplio e innegable.

Sin embargo, eso tampoco es para echar las campanas a vuelo, si se toma en cuenta que conforme al pensar de los críticos, hay muchos avances científicos que son aplicados a los intereses de la economía y la política, por lo que no se reflejan a nivel social.

Hay avances en medicina, pero los fármacos están cada día más caros y la salud se ha vuelto un artículo de lujo. Hay desarrollo inmobiliario, pero es triste observar la proliferación de las casita-huevo. Se reportan adelantos en la industria alimenticia, pero cada vez la gente come más comida chatarra.

En fin, es mucho más lo que se puede reflexionar sobre este estado de cosas. Pero mientras llegamos a un punto de conclusión, nos queda el consuelo de dar otro trago a nuestra caliente taza de café.