Se cumplieron 15 días de que la Fiscalía del Estado inició los trabajos de extracción en el Mirador Escondido de Zapopan, en donde se encontraron segmentos físicos correspondientes a los ocho jóvenes reportados como desaparecidos del call center y hasta el momento no les han entregado sus cuerpos a sus familiares.
La tardanza en su entrega ha sido un calvario para sus seres queridos, quienes no ven la hora de darles el último adiós y que descansen en paz.
Podría interesarte:
"Yo pido que me den el cuerpo para terminar este calvario, este martirio. A mi que me lo entreguen como esté", señaló el señor Juan Estrada, quien veía como un hijo a Juan Antonio Estrada Rivas, el octavo de los jóvenes desaparecidos que trabajaban en el call center.
Tras el hallazgo, personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, les aseguró que en aproximadamente 15 días los cuerpos se les podrían entregar, sin embargo aún no hay seguridad de que pronto puedan despedirlos.
Juan Antonio Estrada Rivas, era originario de La Barca, vivía en Guadalajara, junto con su tío Juan. El 22 de mayo salió de la casa que ambos habitaban, sí se presentó a trabajar, pero ya no regresó a su casa.
"Es lo peor que le puede pasar a una familia", dijo el señor Juan, quien convivió con su sobrino los últimos dos años de su vida.
La denuncia por su desaparición fue la última que se presentó porque tuvieron que esperar a que su madre que vivía en Estados Unidos, llegara a Guadalajara para presentarla.
Fue al día siguiente de que la Fiscalía inició los trabajos en el Mirador Escondido, cuando le notificaron a la familia, que había coincidencias en las características de Juan Antonio, con algunos de los restos extraídos
El señor Juan Estrada, relató que su sobrino tenía unos meses que había ingresado al call center de la calle Víctor Hugo, en Jardines del Bosque, porque en el call center que trabajaban anteriormente les pagaban muy poquito.
Te recomendamos → Caso call center: Expresan condolencias por la muerte de Arturo, uno de los ocho desaparecidos
"Él me dijo que se cambió porque no les pagaban donde trabajaban. Ganaba dos mil pesos por semana, nunca traía dinero. Ellos eran trabajadores, yo pienso que a lo mejor sí los obligaban porque les daban dos mil pesos por semana".
Hasta ahora no hay fecha tentativa de la entrega de cuerpos de los ocho jóvenes del call center.
