La segunda búsqueda de desaparecidos en Jalisco por parte de los jóvenes y las Madres Buscadoras de Sonora se volvió todo un movimiento al que se unieron especialmente mujeres de seis municipios y cuatro Estados de la República, sobre todo luego de los resultados que la primera búsqueda dejó el hallazgo de más de 43 cuerpos y bolsas.
En redes sociales mostraron videos donde los integrantes de la Comisión Estatal de Búsqueda se convirtieron solo en espectadores, puesto que a la distancia y recargados sobre sus palas y picos. “Yo veo a las madres buscadoras escarbe y escarbe, puras mujeres si se fijan, y los de la Comisión solo observan”, dijo una de las encargadas de los grupos participantes.
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A las madres buscadoras de Sonora se sumaron integrantes de la organización denominada Familias Unidas de Desaparecidos de Jalisco (Fundej), Madres Buscadoras de Jalisco, de la Esperanza y otras más.
Empezaron por Tlajomulco, en colonias como Chulavista, donde ya la vez anterior se encontraron varios de los cadáveres en fincas abandonadas, que abundan en la zona, debido a que desde hace 15 años se construyeron de manera descontrolada, sin servicios ni seguridad y solo fueron habitadas por meses, por que sus dueños decidieron abandonarlas.
Personal de la Fiscalía de Jalisco se negó a entrar a varias de ellas, por no contar con orden de cateo, pero las madres buscadoras entraron después de pedir permiso a los dueños de las mismas.
Las acciones se concentraron sobre calles como Cerro de Almaya y Sierra Maya, donde hay gran cantidad de fincas. Las buscadoras recomendaron al gobierno municipal que las clausure y cierre sus accesos, para evitar que sean usadas como fosas clandestinas.
Entre las participantes había mujeres vecinas de municipios como Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque, Tlajomulco y Atequiza, y Estados como Guanajuato, Puebla y Guerrero.