Una de las tradiciones religiosas más arraigadas entre los tapatíos es la Romería a la Virgen de Zapopan que no solo venció al tiempo sino también a las pandemias.
Hoy incluso la salvaguarda el hecho de que desde el año 2018 es Patrimonio Cultural de la Unesco. Son muchas las historias en torno a la también conocida popularmente como la “Llevada de la Virgen...” y que no es sino el regreso de la imagen a su basílica luego de recorrer todas las parroquias en un viaje que inicia en mayo y termina en octubre.
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Prácticamente cualquiera que vive o conoce personas cercanas en la ciudad tiene algún testimonio de fe que le da fuerza a la Romería.
Nos vamos a remontar a sus orígenes en 1734 cuando creyentes en la imagen de la Virgen de Zapopan en agradecimiento a favores recibidos empezaron a hacer peregrinaciones y algunas mandas. Fue así como surgió el fervor que año con año llena de miles de personas las calles de Guadalajara y Zapopan, pues habrá que recordar que cada 12 de octubre al amanecer y luego de una misa pública la imagen peregrina sale de la Catedral tapatía hacia su casa en la Basílica de Zapopan.
Desde la tarde del 11 de octubre miles de personas se dan cita en el Centro de Guadalajara pues la explanada del Instituto Cultural Cabañas se adapta para la conocida Misa de Patrocinio donde el Cardenal y diversos representantes de la iglesia católica celebran en honor a la conocida como La Generala.
De ahí algunos caminan unas cuadras para continuar con la celebración en la Catedral donde permanece unas horas la imagen peregrina para esperar la misa que se celebra alrededor de las 05:00 horas del 12 de octubre.
Durante esa noche es fluido el paso de creyentes para ver a la Virgen dentro del recinto que es el más importante en la ciudad, mientras en los alrededores también cientos de personas se dan cita para vender alimentos, bebidas, algunas prendas para protegerse del frío, de la lluvia o del sol al amanecer y hasta juguetes, pues si algo hay en la Romería son familias completas que llegan a darle gracias a la Virgen y entonces te puedes encontrar desde el bebé recién nacido que llevan en brazos, los niños en carriolas o caminando, hasta las abuelitas o bisabuelitas en el trayecto de varios kilómetros.
Desde que comenzó la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero la ruta de la también conocida como “Llevada de la Virgen” cambió. Originalmente recorría por avenida Alcalde hasta La Normal y ahí tomaban Ávila Camacho para llegar de frente a los Arcos de Zapopan, recorrer el Andador 20 de noviembre y entrar al atrio de la Basílica, pero la ruta se modificó hace varios años y así continuará este 2023.
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De esa manera se estiman alrededor de 9 kilómetros los que la peregrina recorrerá en su vehículo custodiada por miles de personas, entre ellas bandas de guerra, danzantes y por supuesto fieles a lo largo de avenida Juárez, Vallarta, hasta llegar a Américas y doblar a la derecha para así llegar a los Arcos de Zapopan alrededor de las 11:00 horas y comenzar una misa desde el atrio para que todos o al menos la mayoría puedan verla en vivo desde la explanada de la Plaza Juan Pablo II.
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Hay quienes caminan detrás de la Virgen “hasta donde alcancen”, dice Sarita Pulido originaria de Michoacán que desde hace 60 años vive en Guadalajara y no ha faltado a la cita con La Generala.
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