La realidad golpeó en el rostro a pepenadores y choferes de camiones recolectores de la basura, que al encontrarse con las puertas cerradas y sin sustento, protestaron, forzaron los accesos, hicieron fogatas, se manifestaron frente a palacio municipal de Tonalá y luego los camiones en convoy recorrieron las calles de la ciudad, bloquearon algunas avenidas y pararon frente a Palacio de Gobierno.
Aseguran que el cierre de ese espacio, después de 22 años, los dejará sin trabajo. Son dos grupos, dos historias, pero aseguran que ninguno de ellos tiene cabida en el vertedero de Picachos -que es donde ahora se estará tirando la basura- ni en las futuras opciones respecto al destino de los desechos.
Chécalo:
Laureles para ellos era como su casa. Son unos 300 pepenadores y detrás de ellos hay cuatro personas más, “no solo somos nosotros, están nuestras esposas e hijos, algunos mantenemos todavía a nuestros padres. Son 300 familias a las que dejan sin comer”, dijo Roberto, que asegura que ahí nació, ya que de sus 35 años de vida, 25 los ha pasado ahí.
Pero asegura que el daño es mayor, están los trabajadores de la empresa Caabsa Eagle y las personas que tenían negocios alrededor de la zona. A todos ellos también les impactará el cierre.
Los Laureles fue creado en 1999 y le daban tres años de vida, luego fueron 10 y llegó a los 22 años, pero con serios problemas, con ríos y lagunas de lixiviados, incendios constantes, el último de casi 8 días de duración.
Estuvieron muy temprano en el ayuntamiento de Tonalá -municipio que comparte la sede de este vertedero junto con El Salto- y ahí lanzaron consignas.
Luego se fueron al centro de Guadalajara apoyados por los camiones de Caabsa, tomaron por toda la avenida Río Nilo y luego el convoy viró por Revolución, generando un caos vial en la zona.
La policía vial los detuvo sobre el cruce de la Calzada Independencia y la avenida Revolución. Tenían la orden de no dejarlos pasar, puesto que podrían afectar a terceros.
Finalmente se les dio acceso y con botes de basura y cencerros se hicieron sentir a las afueras de Palacio de Gobierno, donde los hicieron sonar al mismo tiempo que mostraban sus pancartas y lanzaban consignas, exigiendo que se vuelva a reabrir el vertedero de los Laureles.
Al final, aprovecharon la parada en el centro de la ciudad para protegerse del sol y en los portales, frente a palacio, tomarse una cervecita “para la calor”.
Sus exigencias fueron claras: Que siga abierto el vertedero y/o se les dé un trabajo digno; en tanto que el Gobierno del Estado y el propio gobierno de Tonalá se sostuvieron en que el sitio no puede volver a abrir. El diálogo continuará en los próximos días esperando llegar a una solución.
Son aproximadamente 800 pepenadores en los distintos vertederos, que ahora están preocupados de tener el mismo destino de sus compañeros.
“Y donde la tiramos…”: Chofer
Los camiones de basura rodearon prácticamente el Palacio de Gobierno. “Nadie nos mandó, también nos trae bronca esta decisión. De pronto nos cortaron el camino”, dice “El Charly, quien desde hace cinco años “se ganó” el ir frente a un camión, “él es el jefe”, interrumpe uno de sus compañeros.
Ellos dejaron sus camiones bloqueando dos carriles de la avenida Juárez y solo libre uno de ellos, de alta velocidad, para que continuara el tráfico de automotores.
“Mire, le digo claramente, nosotros tenemos que ponerle diésel, a veces, y si a Laureles nos tardábamos una o dos horas en llegar a tirar, acá, a Picachos, estamos haciendo hasta cinco horas, no nos da. Lo que ganamos se nos va a ir en combustible y pues la jornada se nos va a hacer de 13 a 15 horas”, explica El Charly.
Son unos 800, dicen, y están agremiados, su líder es Oscar Contreras, quien formó parte de la comisión que entró a Palacio de Gobierno.
Vive un mes más
Cerca de las 17:00 horas, el líder de la CROC, Antonio Álvarez Esparza, organización sindical que agrupa a unos 900 pepenadores en todo Jalisco; Oscar Contreras, líder de los choferes, y otros representantes, salieron a las puertas de Palacio de Gobierno para enterarles de que se consiguió que el Gobierno de Jalisco deje un mes más abierto el vertedero.
El encuentro fue con la secretaria de Gobierno y del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.
En 30 días se volverán a reunir para tomar decisiones definitivas y en ese lapso nadie será despedido ni será excluido del proyecto.