/ lunes 31 de octubre de 2022

Julio Zamora Esquivel, de albañil a líder en robótica

Julio Zamora Esquivel superó los obstáculos y ahora forma parte de la compañía Intel Labs México

Perteneciente a una familia numerosa originaria de El Tulillo, en el municipio de Tamazula, Julio Zamora Esquivel superó los obstáculos y ahora forma parte de una de las compañías de tecnología más importantes a nivel mundial, donde se desempeña como ingeniero principal de Intel Labs México.

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A sus 44 años, además de haber alcanzado uno de los más altos cargos de la compañía con presencia en Jalisco, ha publicado artículos internacionales que son referencia en técnicas para control de robots; de igual forma trabajó en el laboratorio de humanoides en Corea del Sur.

Cuéntame un poco de tu infancia

Yo soy de un pueblo llamado El Tulillo, perteneciente a Tamazula y en ese pueblito nada más había primaria, no había

secundaria y nos mudamos a Ciudad Guzmán donde prácticamente inicié mis estudios. Estudié en la primaria Independencia, en la secundaria Benito Juárez y después en el CBTis 226.

¿Cómo fue tu etapa de educación en Ciudad Guzmán?

Yo no era muy buen estudiante al principio, pero empecé a echarle ganas; los maestros me decían cómo hacer las cosas bien y mi vida empezó a cambiar. Empecé a ser más responsable. En el CBTis quise concursar con matemáticas, pero nunca representé al CBTis.

¿Cuál fue tu motivación para continuar?

Entré al Tecnológico de Ciudad Guzmán a estudiar Ingeniería Electrónica y me iba a Estados Unidos en los veranos a trabajar. Hubo años que trabajé en la construcción, otros años que trabajé en Intel como empleado de limpieza; yo aspiraba alfombras, limpiaba escritorios, todo ese tipo de cosas y ahí me cayó el veinte de lo que quería hacer después de graduarme, que quería ganar los premios que ganaban ellos porque me tocó limpiar muchos reconocimientos de mucha gente importante en Intel que habían diseñado los procesadores y se me hacía increíble porque era algo que yo solo veía en los libros pero conocer a las en vivo a las personas que lo estaban haciendo era como conocer a unos verdaderos rockstar.

¿Tuviste contacto con ellos?

Sí, ellos mismos me aconsejaron que siguiera estudiando y volviera a Intel. Salí a terminar mis estudios de Ingeniería, después hice una maestría en Robótica y Visión por Computadora, después un doctorado en Control Automático, también Visión por Computadora haciendo algoritmos para robots móviles, así como brazos manipuladores.

¿En qué momento volviste a Intel?

Hice una estancia postdoctoral en Corea del Sur, allá nació una de mis hijas y después regresamos a México y volví a Intel a trabajar en la parte de gráficas por computadora. Yo hacía algoritmos de gráficos para los procesadores que estaban saliendo y me moví a Intel Labs donde empezamos a patentar y en aquellos tiempos era difícil que se tuviera más de una patente por año, pero cambiamos la forma de trabajar e hicimos más de cinco patentes por año y tenemos 65 patentes en trámite, muchas ya otorgadas.

Platícame sobre algunos de tus inventos

Inventé una geometría de nueve dimensiones llamada Quadric Geometric Álgebra y es básicamente un mapeo con- formal en tres canales distintos, es como pasar de la escala de grises a colores. La geometría conformal tradicional mezcla todos los canales en uno solo y yo lo que hice fue separarlos, darle color y logré nueve dimensiones; he desarrollado muchos algoritmos de inteligencia artificial, en los últimos dos años tenemos como nueve artículos internacionales en las mejores conferencias del mundo y citados por las mejores universidades del mundo.

¿Cómo te sientes haber alcanzado esa posición en una empresa internacional?

Se siente muy bonito y la razón por la que me gusta compartir es para que otros se inspiren y también lo hagan. Todos estamos en situaciones que a veces no son las más favorables, pero no es tanto la inteligencia sino la perseverancia y lo que uno tiene que luchar por las cosas y mi historia es más bien de perseguir un sueño. Yo por ejemplo en las épocas del doctorado no tenía nada, vivía en una casa vacía, sin mucho con qué comer y en una situación muy limitada, pero tenía miras y sabía que esto iba a dar frutos.

¿Tuviste que sacrificar algo para alcanzar tu sueño?

En la época en que hice la dinámica de los robots invertí mucho tiempo, muchos desvelos, mucho trabajo, sin mucho ingreso, pero al final todo se capitaliza y me siento muy feliz, siempre me he apoyado de amigos para crecer.

¿Cómo recuerdas Ciudad Guzmán?

Ciudad Guzmán es un lugar donde se motiva mucho a estudiar, hay muchísimos estudiantes. Las calles llevan los nombres de las personas del pueblo y conocer a las personas que lo lograron es una motivación, es la cuna de los artistas, como Consuelito Velázquez, Juan José Arreola, José Clemente Orozco, Rubén Fuentes, que son unos verdaderos hijos ilustres. Tenía sus bibliotecas públicas, un ambiente muy tranquilo.

¿Qué le puedes recomendar a tus hijas y a las nuevas generaciones?

Que se fijen una meta, que armen un plan para llegar a esa meta y se pongan a trabajar en ese plan, que no se desvíen de su plan original si quieren llegar a la meta y sobre todo que no desesperen porque habrá momentos difíciles de turbulencia que van a hacer casi imposible llegar, pero si se mantienen enfocados y trabajando en la misma dirección algún día muy cercano eso que soñaron tener lo van a tener sin que se den cuenta.

Perteneciente a una familia numerosa originaria de El Tulillo, en el municipio de Tamazula, Julio Zamora Esquivel superó los obstáculos y ahora forma parte de una de las compañías de tecnología más importantes a nivel mundial, donde se desempeña como ingeniero principal de Intel Labs México.

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A sus 44 años, además de haber alcanzado uno de los más altos cargos de la compañía con presencia en Jalisco, ha publicado artículos internacionales que son referencia en técnicas para control de robots; de igual forma trabajó en el laboratorio de humanoides en Corea del Sur.

Cuéntame un poco de tu infancia

Yo soy de un pueblo llamado El Tulillo, perteneciente a Tamazula y en ese pueblito nada más había primaria, no había

secundaria y nos mudamos a Ciudad Guzmán donde prácticamente inicié mis estudios. Estudié en la primaria Independencia, en la secundaria Benito Juárez y después en el CBTis 226.

¿Cómo fue tu etapa de educación en Ciudad Guzmán?

Yo no era muy buen estudiante al principio, pero empecé a echarle ganas; los maestros me decían cómo hacer las cosas bien y mi vida empezó a cambiar. Empecé a ser más responsable. En el CBTis quise concursar con matemáticas, pero nunca representé al CBTis.

¿Cuál fue tu motivación para continuar?

Entré al Tecnológico de Ciudad Guzmán a estudiar Ingeniería Electrónica y me iba a Estados Unidos en los veranos a trabajar. Hubo años que trabajé en la construcción, otros años que trabajé en Intel como empleado de limpieza; yo aspiraba alfombras, limpiaba escritorios, todo ese tipo de cosas y ahí me cayó el veinte de lo que quería hacer después de graduarme, que quería ganar los premios que ganaban ellos porque me tocó limpiar muchos reconocimientos de mucha gente importante en Intel que habían diseñado los procesadores y se me hacía increíble porque era algo que yo solo veía en los libros pero conocer a las en vivo a las personas que lo estaban haciendo era como conocer a unos verdaderos rockstar.

¿Tuviste contacto con ellos?

Sí, ellos mismos me aconsejaron que siguiera estudiando y volviera a Intel. Salí a terminar mis estudios de Ingeniería, después hice una maestría en Robótica y Visión por Computadora, después un doctorado en Control Automático, también Visión por Computadora haciendo algoritmos para robots móviles, así como brazos manipuladores.

¿En qué momento volviste a Intel?

Hice una estancia postdoctoral en Corea del Sur, allá nació una de mis hijas y después regresamos a México y volví a Intel a trabajar en la parte de gráficas por computadora. Yo hacía algoritmos de gráficos para los procesadores que estaban saliendo y me moví a Intel Labs donde empezamos a patentar y en aquellos tiempos era difícil que se tuviera más de una patente por año, pero cambiamos la forma de trabajar e hicimos más de cinco patentes por año y tenemos 65 patentes en trámite, muchas ya otorgadas.

Platícame sobre algunos de tus inventos

Inventé una geometría de nueve dimensiones llamada Quadric Geometric Álgebra y es básicamente un mapeo con- formal en tres canales distintos, es como pasar de la escala de grises a colores. La geometría conformal tradicional mezcla todos los canales en uno solo y yo lo que hice fue separarlos, darle color y logré nueve dimensiones; he desarrollado muchos algoritmos de inteligencia artificial, en los últimos dos años tenemos como nueve artículos internacionales en las mejores conferencias del mundo y citados por las mejores universidades del mundo.

¿Cómo te sientes haber alcanzado esa posición en una empresa internacional?

Se siente muy bonito y la razón por la que me gusta compartir es para que otros se inspiren y también lo hagan. Todos estamos en situaciones que a veces no son las más favorables, pero no es tanto la inteligencia sino la perseverancia y lo que uno tiene que luchar por las cosas y mi historia es más bien de perseguir un sueño. Yo por ejemplo en las épocas del doctorado no tenía nada, vivía en una casa vacía, sin mucho con qué comer y en una situación muy limitada, pero tenía miras y sabía que esto iba a dar frutos.

¿Tuviste que sacrificar algo para alcanzar tu sueño?

En la época en que hice la dinámica de los robots invertí mucho tiempo, muchos desvelos, mucho trabajo, sin mucho ingreso, pero al final todo se capitaliza y me siento muy feliz, siempre me he apoyado de amigos para crecer.

¿Cómo recuerdas Ciudad Guzmán?

Ciudad Guzmán es un lugar donde se motiva mucho a estudiar, hay muchísimos estudiantes. Las calles llevan los nombres de las personas del pueblo y conocer a las personas que lo lograron es una motivación, es la cuna de los artistas, como Consuelito Velázquez, Juan José Arreola, José Clemente Orozco, Rubén Fuentes, que son unos verdaderos hijos ilustres. Tenía sus bibliotecas públicas, un ambiente muy tranquilo.

¿Qué le puedes recomendar a tus hijas y a las nuevas generaciones?

Que se fijen una meta, que armen un plan para llegar a esa meta y se pongan a trabajar en ese plan, que no se desvíen de su plan original si quieren llegar a la meta y sobre todo que no desesperen porque habrá momentos difíciles de turbulencia que van a hacer casi imposible llegar, pero si se mantienen enfocados y trabajando en la misma dirección algún día muy cercano eso que soñaron tener lo van a tener sin que se den cuenta.

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