/ lunes 26 de octubre de 2020

Las brechas de género, un reto para el diagnóstico del cáncer cervicouterino

Aún hay familias en donde la decisión la toman los hombres, esto limita acceder a un diagnóstico oportuno

La desigualdad de género, los roles y estereotipos de género provoca que las mujeres postergue su salud para dar prioridad al cuidado de otros, en estos tiempos, aún hay familias en donde la decisión la toman los hombres, esto limita acceder a un diagnóstico oportuno y recibir un tratamiento contra el cáncer cervicouterino.

La problemática de género también ha provocado el estigma que muchas personas tienen hacia la infección causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH), enfermedad de transmisión sexual que es el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer cervicouterino.

Sobre las condiciones de igualdad de acceso a tratamientos, la Dra. Lucely Cetina Pérez, responsable del Programa MICAELA, que desde 2018 brinda atención integral a pacientes con este tipo de cáncer, destacó que “tanto hombres como mujeres deben tener la misma oportunidad de gozar las condiciones de vida y servicios que les garanticen una buena salud, sin enfermar e incluso fallecer por causas injustas y sobre todo evitables, como el Cáncer Cervicouterino”.

Chécalo:

La brecha para el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno no sólo se deriva de las desigualdades de género, mencionó, sino también de las desigualdades socioeconómicas.

En México, el CaCu principalmente afecta a mujeres indígenas, así como mujeres de escasos recursos y aquellas que viven en situaciones de alta y muy alta marginación.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, los estados con mayor población indígena registran las tasas más altas de mortalidad por esta enfermedad. Estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen un riesgo 2.3 veces mayor de padecer este tipo de Cáncer.

“Es urgente generar acciones en beneficio de la salud de las niñas y las adolescentes dentro de las poblaciones vulnerables y así disminuir el riesgo frente al CaCu. Nosotros buscamos brindar tratamientos de calidad para aquellas mujeres que debido a su condición no pueden acceder a otro tipo de tratamientos”, destacó la oncóloga.

Ante este panorama, el programa MICAELA se ha encargado de diseñar e implementar las herramientas necesarias para atender a aquellas pacientes que no cuenten con ningún tipo de seguridad social, asumiendo el compromiso de dar un acceso a tratamiento integral de alta calidad al mayor número de pacientes posible.


La desigualdad de género, los roles y estereotipos de género provoca que las mujeres postergue su salud para dar prioridad al cuidado de otros, en estos tiempos, aún hay familias en donde la decisión la toman los hombres, esto limita acceder a un diagnóstico oportuno y recibir un tratamiento contra el cáncer cervicouterino.

La problemática de género también ha provocado el estigma que muchas personas tienen hacia la infección causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH), enfermedad de transmisión sexual que es el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer cervicouterino.

Sobre las condiciones de igualdad de acceso a tratamientos, la Dra. Lucely Cetina Pérez, responsable del Programa MICAELA, que desde 2018 brinda atención integral a pacientes con este tipo de cáncer, destacó que “tanto hombres como mujeres deben tener la misma oportunidad de gozar las condiciones de vida y servicios que les garanticen una buena salud, sin enfermar e incluso fallecer por causas injustas y sobre todo evitables, como el Cáncer Cervicouterino”.

Chécalo:

La brecha para el acceso a diagnóstico y tratamiento oportuno no sólo se deriva de las desigualdades de género, mencionó, sino también de las desigualdades socioeconómicas.

En México, el CaCu principalmente afecta a mujeres indígenas, así como mujeres de escasos recursos y aquellas que viven en situaciones de alta y muy alta marginación.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, los estados con mayor población indígena registran las tasas más altas de mortalidad por esta enfermedad. Estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen un riesgo 2.3 veces mayor de padecer este tipo de Cáncer.

“Es urgente generar acciones en beneficio de la salud de las niñas y las adolescentes dentro de las poblaciones vulnerables y así disminuir el riesgo frente al CaCu. Nosotros buscamos brindar tratamientos de calidad para aquellas mujeres que debido a su condición no pueden acceder a otro tipo de tratamientos”, destacó la oncóloga.

Ante este panorama, el programa MICAELA se ha encargado de diseñar e implementar las herramientas necesarias para atender a aquellas pacientes que no cuenten con ningún tipo de seguridad social, asumiendo el compromiso de dar un acceso a tratamiento integral de alta calidad al mayor número de pacientes posible.


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