Después de varias generaciones de buscar una raza pura y original de México, los ganaderos de Jalisco y otros estados lograr obtener la certificación nacional de la raza ovina denominada Pelifolk, informaron el presidente de la Asociación Mexicana de Criadores de Pelifolk, Giovanni Torres, y el presidente de la Asociación Regional Ganadera de Jalisco, Adalberto Velasco Antillón.
“Estamos orgullosos de que se reconozca a la raza como una raza mexicana, es de las mejores, se adapta bien al clima de nuestro país y agradecer a los productores que creyeron en el proyecto y siguieron”.
A la fecha se registra una producción de seis mil animales ya certificados y cerca de cuatro mil 500 están en Jalisco, se tiene presencia en 10 estados, 90 productores con registro y el 85% de ellos son de la entidad.
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Para lograr esta certificación, tuvieron que trabajar 30 años para eliminar los genes originales de los padres y conformar una nueva raza, lo que ahora implica grandes retos como poder conservar la calidad de la producción, que no se distorsione genéticamente, que los nuevos productores asuman la responsabilidad de seguir los lineamientos ya fijados para su producción y, con ello, elevar la calidad y cantidad del producto.
Velasco Antillón, mencionó que esta certificación es importante para todo el país, ya que “nos pone ante los reflectores del mundo, el trabajo y esfuerzo que han hecho los criadores de esta raza que tiene origen en Zapotlanejo es algo inédito” y, con ello, podrán exportar su producto a diversos mercados internacionales, entre ellos el de Estados Unidos.
Además, en los últimos tres años la Expo Ganadera de Jalisco ha sido la sede de la exposición nacional de estos animales y con esto se muestra el apoyo a los productores de la entidad.
Por su parte, Enciso Serrano, director de proyectos especiales de la Asociación de Pelifolk de Zapotlanejo indicó que el trabajo para lograr esta meta fue intenso, que se necesitaron alrededor de ocho generaciones para poder conformar una nueva raza y en ese tiempo se quitan los efectos paternos y maternos para que no se comporten como tal y sea una raza.
“Ya que pierden ambos efectos, se inicia con una selección para elegir los valores importantes y este ganado es un todo terreno, se necesitan más o menos 10 líneas genéticas para conformarla y evitar problemas de consanguinidad y dentro de cada línea al menos se necesitan entre 80 y 100 vientres para poder hacer esquemas de cruzamiento”, indicó.
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