Una investigación advierte de la narcoviolencia de género o narco-estereotipo de belleza en razón de género, un estilo de vida de las mujeres de Sinaloa que comienza a reflejarse en Jalisco y entra entidades federativas, que es invisibilizado y ausente de la legislaciones y políticas públicas.
En el auditorio de la Maestría en Derecho del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, la investigadora-académica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Lizbeth García Montoya, advirtió sobre estos estilos de vida que vulnera, desvalorizan a la mujer e incluso llegan ellas a cometer el delito de feminicidio por alcanzar un poder.
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Al dar una pincelada del estudio académico en la conferencia: Narco Violencia de género como nueva forma contemporánea de violencia hacia las mujeres: retos y desafíos, García Montoya refirió que el estilo de vida del narcotráfico relacionada con las mujeres es desde el comportamiento, actitud, forma de actuar, roles, belleza, vestimenta, cirugías estéticas extremas.
Como parte de los hallazgos, la investigadora propone agregar a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el apartado de tipos de violencia contra las mujeres, la narcoviolencia de género y tener a nivel nacional una política pública integral.
“Queremos que se reconozca en los primeros artículos de la ley general donde habló de las modalidades de violencia que haya una nueva violencia que se denomine narco violencia de género y luego más abajo donde diga los tipos de violencia que se especifique la narcoestética en razón de género como un nuevo tipo de violencia de género, esa es la propuesta en primera fase”.
Con relación a la propuesta de una política pública integral para prevenir este tipo de violencia relacionada con los estilos de vida del narcotráfico, García Montoya mencionó que debe permear en el sector educativo, de salud, social, académico y ciencia, y de seguridad con campañas en cada rubro.
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“Una política que impacte en el sector salud donde se pueda regular de una manera más eficaz, precisamente a estos cirujanos plásticos que a veces de manera clandestina hacen cirugías estéticas exponiendo a las mujeres a que sufran alguna lesión física e incluso que pierdan la vida. Finalmente, de la seguridad reforzar esa seguridad y desde la academia y la ciencia que nos permitan poder seguir bajando recursos para poder hacer este tipo de estudios y de análisis que nos puedan proporcionar un mundo de campo científico mejor y poder abonar a la sociedad”.
Ante estudiantes de la maestría en Derecho, Lizbeth García Montoya dio algunas pinceladas de los resultados de la investigación descriptiva a fin de proponer una nueva teoría que explique este tipo de patrones culturales o narco-estereotipos de género.
Comentó que las mujeres en Sinaloa comienzan a modificar su cuerpo a través de cirugías estéticas de 12 a 17 años sin decidir al cirujano estético o tipo de operación, además provienen familias disfuncionales, con baja autoestima, han sido víctimas de acoso y violación sexual; las mujeres que participaron en la investigación llegaron a transportar drogas en su cuerpo para tener poder y seguridad por parte del líder del grupo delictivo.