Una de las pocas personas en el mundo que continúa con la técnica del tejido de tachihual es la señora Candelaria Ramos Quiroz, originaria de Sayula, un municipio ubicado al sur de Jalisco.
Sentada en una silla de madera y portando una blusa artesanal, aunque elaborada con otra técnica, platicó con El Occidental sobre la importancia de preservar la tradición del telar que distingue a las prendas mexicanas.
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Su trabajo en el taller de Tachihual Sayula es considerado una artesanía, pero muy poco valorado. A pesar de que algunas prendas llevan hasta medio año de trabajo diario y por hasta ocho horas continuas.
Ella aprendió a tejer ese tipo de telares en el Santuario de Sayula, ubicado a unas cuadras de su casa y que ha enseñado a sus hijas el tejido artesanal. Sin embargo, las jóvenes, aunque valoran el trabajo, con tristeza reconocen que es mal pagado y por ese motivo tienen otras actividades para allegarse de recursos y solventar sus gastos.
“Tengo como 22 años tejiendo vestidos, blusas, rebozos, bolsitas, carpetas, caminos de mesa y soy la única en Sayula que usa esta técnica. Esto ya se estaba perdiendo y mis hijas y yo lo empezamos a rescatar y hemos estado tejiendo para que no se pierda la técnica porque sería muy triste que se terminara porque soy la única y tal vez si me enfermo o ya no quiero tejer se termina esto”.
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Quienes más consumen las prendas hechas por Candelaria son los turistas extranjeros, pues además de reconocer el trabajo artesanal generalmente cuentan con más recursos económicos para pagar prendas que pueden ir de los dos mil a los seis mil pesos.
¿Qué material se requiere para tejer el tachihual?
Para tejer el tachihual, cuyo significado en náhuatl es “telar de cintura”, Candelaria requiere hilos 100% de algodón, unas varas de madera denominada “rosa morada” para que no se astille, ni se quiebre las cuales funcionan como urdidor, así como una espina de maguey que utiliza como si de una aguja se tratara y un extremo del telar está unido a un gancho, un mueble o un barandal.
Mientras, agregó el otro a la cintura de su tejedora y de ahí proviene su nombre. “Las personas vienen y ven los rebozos y si no les gusta el color o la figura mandan hacer y a veces se los mandamos por paquetería”, explicó la mujer mientras estaba elaborando una carpeta.
Orgullosa por lo que hace, agradece a sus clientes que desde España y de Estados Unidos se han llevado las prendas. Que teje con mucho gusto, muchas de ellas elaboradas al gusto de quien las encarga y en las que puede mezclar colores, donde llega a utilizar de manera simultánea hasta 500 hilos.
“Cuando empieza uno quisiera aventar el telar, pero ya cuando aprendes te encanta. Yo me pongo a tejer y no me quisiera quitar de estar tejiendo, es un poco relajante, aunque cuando se enreda el hilo batalla uno y tenemos el peligro de que se nos pueda quebrar un palito y se deshaga el telar”, comentó.
El taller de tachihual de la señora Candelaria se ubica en la calle Soledad #9 en la colonia Guadalupe del municipio de Sayula, ubicado a poco menos de dos horas de Guadalajara y parte de su trabajo puede encontrarse en el portal de Facebook Tachihual Sayula.
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La señora Candelaria en repetidas ocasiones ha ofrecido cursos para aprender a tejer el tachihual y forma parte de las mujeres artesanas más reconocidas por el talento que tiene al manejar los hilos y porque se empeña en preservar la técnica de los telares de cintura. Sin embargo, aunque no es reproche, sí afirma que es poco el interés de las autoridades de los diferentes niveles de gobierno por apoyarla y por eso es a través de su cuenta en redes sociales y respaldada únicamente por su familia como las prendas que realiza han incluso cruzado la frontera.
Lo que es un hecho es que el tejido de tachihual es considerado patrimonio cultural de la entidad y son Candelaria junto con sus hijas y un nieto quienes se han encargado de regresar las miradas al telar que encanta a cualquiera.
