/ martes 12 de mayo de 2020

Emociones encontradas enfrentan niños y maestras a dos meses del confinamiento

Las dos profesoras de preescolar, al despedirse a sus pequeños a la hora de la salida, el 12 de marzo, jamás imaginaron que sería el último día que los verían del ciclo escolar

A dos meses de que terminaron las clases presenciales en Jalisco a causa de la pandemia por Covid-19, las emociones de los pequeños y sus profesores están a flor de piel. Se extrañan entre sí y en algunos casos, no volverán a verse, ni abrazarse, porque el ciclo escolar terminará de manera virtual y muchos de ellos irán a la primaria.

El Occidental platicó con dos maestras de preescolar, ambas jóvenes, que el 12 de marzo, al despedir a sus pequeños a la hora de la salida, jamás imaginaron que sería el último día que los verían.

Lo más leído:

Ese jueves, los pequeños en Jalisco acudieron a clases de manera regular. El viernes 13 de marzo hubo Consejo Técnico, el sábado 14 se confirmaron los primeros casos del nuevo coronavirus en el estado y el domingo 15 las autoridades estatales anunciaron la suspensión de clases presenciales.

“Como maestra y como ser humano no me imaginé que esto fuera a llegar tan pronto a México y tan aterrizado a nuestra escuela, fue muy sorpresivo que de repente dijeran ‘ya no regresan’ porque nos aislaremos”, dijo Mireya Ramírez, educadora en el Jardín de Niños “Niño Artillero”.

Mireya tiene ocho años frente a grupo. Pertenece a una generación de educadoras que manejan de manera adecuada las herramientas tecnológicas, igual que Nayeli Iglesias, quien lleva cinco años frente a grupo y labora en el Jardín de Niños Número 11 Modelo. Ambas en la Escuela Normal y mes a mes el Consejo Técnico reciben capacitación sobre las herramientas tecnológicas, pero no las habían aplicado con sus alumnos.

“Cuando inicié mi formación como maestra siempre me visualicé adentro de un salón, nunca a través de una videollamada, ni por la cabeza me pasó y ha sido un proceso un poco complicado, en el aspecto de tomar las condiciones económicas de los niños y el tiempo de los papás, porque en preescolar los niños dependen cien por ciento del apoyo que les dan los papás”, explicó Nayeli.

En los dos casos, tanto en el Jardín de Niños “Niño Artillero”, ubicado en Jardines del Valle, en Zapopan, como en el Jardín de Niños Número 11 Modelo, en la colonia Analco de Guadalajara, las maestras enfrentan condiciones similares, con padres de familia a quienes el trabajo o la falta de recursos, impiden que los pequeños tengan contacto con su grupo.

Foto. Cortesía | Mireya Ramírez

“Estoy con el corazón partido de saber que no llego a todos y me causa un poco de frustración el pensar que si yo estuviera de manera presencial las cosas serían distintas. Me motiva saber que algunos pequeños sí me responden y descubrirme como maestra con la capacidad de poder resolver con las condiciones que se presentan”, agregó Nayeli.

De su parte, Mireya ha optado por enviar videos a los teléfonos móviles de los padres de familia, para que ellos se encarguen de mostrarlos a los pequeños. “Les he mandado videos disfrazada, preguntándoles cómo están y ellos me mandan sus videos, les contesto a través de audios y esa es la parte que más debemos atender, la emocional, porque tenemos mucho estrés de estar encerrados. Al principio fue difícil, por eso quiero empatizar con los niños, porque si yo como adulto me siento frustrada, limitada o hasta triste, no me imagino ellos cómo están pasando este momento de confusión y de no poder salir”.

Para las dos maestras, este 15 de mayo será la primera vez que no festejen acompañadas de sus pequeños y las flores, los dibujos o los postres no se compartirán, como sucede cada que se acerca el Día del Maestro.


A dos meses de que terminaron las clases presenciales en Jalisco a causa de la pandemia por Covid-19, las emociones de los pequeños y sus profesores están a flor de piel. Se extrañan entre sí y en algunos casos, no volverán a verse, ni abrazarse, porque el ciclo escolar terminará de manera virtual y muchos de ellos irán a la primaria.

El Occidental platicó con dos maestras de preescolar, ambas jóvenes, que el 12 de marzo, al despedir a sus pequeños a la hora de la salida, jamás imaginaron que sería el último día que los verían.

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Ese jueves, los pequeños en Jalisco acudieron a clases de manera regular. El viernes 13 de marzo hubo Consejo Técnico, el sábado 14 se confirmaron los primeros casos del nuevo coronavirus en el estado y el domingo 15 las autoridades estatales anunciaron la suspensión de clases presenciales.

“Como maestra y como ser humano no me imaginé que esto fuera a llegar tan pronto a México y tan aterrizado a nuestra escuela, fue muy sorpresivo que de repente dijeran ‘ya no regresan’ porque nos aislaremos”, dijo Mireya Ramírez, educadora en el Jardín de Niños “Niño Artillero”.

Mireya tiene ocho años frente a grupo. Pertenece a una generación de educadoras que manejan de manera adecuada las herramientas tecnológicas, igual que Nayeli Iglesias, quien lleva cinco años frente a grupo y labora en el Jardín de Niños Número 11 Modelo. Ambas en la Escuela Normal y mes a mes el Consejo Técnico reciben capacitación sobre las herramientas tecnológicas, pero no las habían aplicado con sus alumnos.

“Cuando inicié mi formación como maestra siempre me visualicé adentro de un salón, nunca a través de una videollamada, ni por la cabeza me pasó y ha sido un proceso un poco complicado, en el aspecto de tomar las condiciones económicas de los niños y el tiempo de los papás, porque en preescolar los niños dependen cien por ciento del apoyo que les dan los papás”, explicó Nayeli.

En los dos casos, tanto en el Jardín de Niños “Niño Artillero”, ubicado en Jardines del Valle, en Zapopan, como en el Jardín de Niños Número 11 Modelo, en la colonia Analco de Guadalajara, las maestras enfrentan condiciones similares, con padres de familia a quienes el trabajo o la falta de recursos, impiden que los pequeños tengan contacto con su grupo.

Foto. Cortesía | Mireya Ramírez

“Estoy con el corazón partido de saber que no llego a todos y me causa un poco de frustración el pensar que si yo estuviera de manera presencial las cosas serían distintas. Me motiva saber que algunos pequeños sí me responden y descubrirme como maestra con la capacidad de poder resolver con las condiciones que se presentan”, agregó Nayeli.

De su parte, Mireya ha optado por enviar videos a los teléfonos móviles de los padres de familia, para que ellos se encarguen de mostrarlos a los pequeños. “Les he mandado videos disfrazada, preguntándoles cómo están y ellos me mandan sus videos, les contesto a través de audios y esa es la parte que más debemos atender, la emocional, porque tenemos mucho estrés de estar encerrados. Al principio fue difícil, por eso quiero empatizar con los niños, porque si yo como adulto me siento frustrada, limitada o hasta triste, no me imagino ellos cómo están pasando este momento de confusión y de no poder salir”.

Para las dos maestras, este 15 de mayo será la primera vez que no festejen acompañadas de sus pequeños y las flores, los dibujos o los postres no se compartirán, como sucede cada que se acerca el Día del Maestro.


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