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TEPIC, Nayarit (OEM-Informex).- Por fin llegó el día, aquel que en 1991 el conductor del noticiero principal del Canal de Las Estrellas, Jacobo Zabludovsky, mientras narraba el eclipse solar de esa fecha, recordaba que el siguiente sería en 2024.
Con días de antelación el gobierno del Estado a través de las dependencias de Educación, informó la suspensión de clases, quizá fue por eso que algunas de las avenidas con más carga vehicular, entre estas, Colosio, México, P. Sánchez, Independencia y Allende, prácticamente lucieron desoladas al igual que el mismo centro de la capital nayarita, cuya Plaza Principal se vio sin mucha gente a comparación de un día normal.
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La parada de los camiones como la de la Plaza Antigua, presentó muy poca actividad, pues ni si quiera se habían apostado en este lugar las comerciantes de tamales y tacos de canasta, como tampoco hubo muchos usuarios, ni gran número de unidades prestando el servicio, lo que pudo significar que la gente siguió las instrucciones y prefirió seguir el eclipse, resguardados en sus hogares.
Pese a que los Servicios Meteorológicos pronosticaron un poco de nubosidad, lo cierto es que afortunadamente el cielo estuvo despejado en la ciudad y la intensidad del sol, se percibía que era incluso, mayor que otros días, tanto que se sentía como quemaba en la piel, era raro.
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A las 9:30 horas la tranquilidad de la plaza frente a Catedral fue interrumpida por la sirena de la ambulancia de Protección Civil Municipal y por el megáfono del personal de la instancia, mediante cual se solicitaba a la ciudadanía, evitar mirar el sol directamente sin lentes adecuados, entre otras recomendaciones. Esta labor que duró hasta que culminó el fenómeno se realizó en varias plazuelas de Tepic en donde la afluencia era escasa.
A las 9:50 horas aproximadamente comenzó la magia. Poco después de las 11:00 horas el bloqueo del disco solar que fue apreciado por quienes traían lentes especiales, llegó a su punto mas alto con 96.8 por ciento. Es de mencionar que aunque no se tuvo un obscurecimiento total el fenómeno pudo apreciarse lo suficientemente bien y para ser sinceros, quienes estuvimos en la calle, aún sin mirar el sol directamente los ojos ardían y se sentían cansados, malestar que confirmaron varias personas.
Tras el término del eclipse, la ciudad seguía en calma y se sentía como esos domingos en donde nada suele pasar, en donde pareciera que se detuviera el tiempo.
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Es de señalar que el siguiente eclipse a presentarse será en 2052, por ello la relevancia de haber disfrutado de este regalo de la naturaleza que además puede abrir y fomentar vocaciones científicas y tecnológicas entre los jóvenes.
Como dato adicional el secretario de Investigación y Posgrado de la UAN, Iván Jirón, señaló que este evento histórico, fue apreciado por ellos, desde las preparatorias de Tecuala y Acaponeta en donde se instalaron telescopios y se hicieron talleres para niños sobre este espectáculo astronómico.
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