Jalisco tiene el costo de verificación vehicular mas barato de México. Además es uno de los programas más vanguardistas y de fácil acceso, además de estar certificado por la Norma Oficial Mexicana (NOM) 047 y estar fundamentado en una Ley que fue aprobada en el Congreso de Jalisco donde se avaló la creación del programa, basado en los beneficios ambientales que se obtienen mediante la revisión y corrección mecánica de los automóviles a fin de reducir las emisiones de contaminantes en la atmósfera, medida que en otras zonas del país como en la Ciudad México, por ejemplo, cuesta mil 354 pesos y se realiza dos veces al año, mientras que en la entidad el costo es de 500 pesos.
Podría interesarte:
Además se reitera que el programa no tiene fines recaudatorios, pero sí una gran importancia porque los recursos obtenidos van dirigidos a acciones que reducen la contaminación en la ciudad y además contribuye a implementar acciones o proyectos de gran impacto como el del saneamiento del Río Santiago, reforestaciones, acciones preventivas y restauraciones de áreas naturales como el Estero El Salado, en Puerto Vallarta, entre otros. La Verificación Responsable ayuda a avanzar en los compromisos que asumió Jalisco con la comunidad internacional para frenar el cambio climático y mitigar sus efectos.
El Gobierno de Jalisco también destaca que no existe en este país un solo programa de verificación vehicular que no tenga costo para el usuario, ya que su estructura está fundamentada en una obligación social y legal que tienen las grandes ciudades para reducir la contaminación emitida por medios de transporte motorizados o de combustión.
Te recomendamos → Fondo Verde impulsado por el Gobierno de Jalisco ha acumulado 807 mdp
La Verificación Responsable es más barata, incluso que en Tlaxcala, Guanajuato, Michoacán, Hidalgo, Querétaro, Veracruz, Estado de México, Puebla y Morelos.
→ Suscríbete a nuestro WhatsApp y recibe las notas más relevantes
Las ciudades más desarrolladas del mundo tienen programas de verificación vehicular y estos programas representan un mecanismo indirecto para desincentivar el uso del automóvil, alineando a una estrategia de fomento del transporte no motorizado o el uso de un transporte público, hechos que tienen reacciones positivas al reducir, de manera comprobable, las emisiones de CO2 al planeta.