/ lunes 27 de noviembre de 2023

Conoce a Osvaldo Muñoz, el monero detrás de 'El Tapatío Enmascarado'

Osvaldo Monos participará en la Mesa 4 Moneros locales y nacionales

Con 32 años de carrera el monero Osvaldo Muñoz relata su experiencia como caricaturista y cómo se ha adaptado a la tecnología ya que al Tapatío Enmascarado le tocó nacer en las antiguas redacciones y hoy desde cualquier café, parque u oficina envía sus pícaros bosquejos para convertirse en voz del pueblo. Así llegará a su presentación en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta de la FIL para ser homenajeado. El caricaturista tapatío brilla por su talento y por eso se presenta en la FIL con otros colegas.

"Me ha tocado vivir situaciones y emociones que si no fuera por estar haciendo esto nunca en la vida me hubiera tocado vivirlas. El tener contacto con noticias, muchas exclusivas como nos pasa a todos, conocer a personalidades, a personajes de la vida política y pública, a gente que alguna vez admiré en su trabajo y que después se vuelven hasta tus compañeros de labor, eso es algo que me gusta bastante".

Te puede interesar:

¿Qué te representa lidiar con El Tapatío Enmascarado?

La psicología del personaje se ha construido a base de experiencias propias y en su momento de mucho de lo que hacían mis hijos cuando estaban pequeños, desde luego que tiene en el fondo mucho de mí, porque en algunos momentos llega a ser mi alter ego, las historias que ahí cuento en ocasiones son casi autobiográficas, entones para mí el Tapatío significa muchísimo, lo amo y disfruto mucho de hacerlo. Tengo como personajes fijos al Tapatío Enmascarado, El Benjas y al Glub Demon.

El Benjas lo hice para otro periódico local hace muchos años, era la imagen del periódico, temas muy urbanos, un humor muy blanco y eso me ayudó a estar en un sector de la ciudad en el que recibí muchas muestras de cariño de los lectores, en ese mismo diario en la sección de deportes estaba el Luchador Borracho, El Glub, que tenia muchos seguidores porque además de tomar, era mandilón, entonces entre ese par de personajes se hacía una balanza muy padre y divertida, el único tema es que yo no bebo alcohol, soy un bebedor que ni a social llego, si llego a consumir algo, pero en cantidades muy leves, entonces era un reto divertido realizar las historias, pero afortunadamente en el periodismo hay muchos compañeros que les gusta la pachanga, sin agraviar a los compañeros de El Occi, que con sus andanzas me ayudaban a tener historias para contar.

El Benjas en cambio era muy cómodo hacerlo, porque está inspirado en mi papá, mi primer personaje en la vida, desde niño siempre lo dibujé y a manera de homenaje fue que lo hice y con los años es uno de los personajes que quiero mucho por razones obvias.

¿Cómo fue tu inicio y ahora adaptarte a la tecnología?

Hace 32 años no había tecnología suficiente para esto teníamos que ir a la redacción del periódico y estar ahí. Llegar a las 5 o 6 de la tarde y regresar a la casa a las 3 de la mañana, vivíamos una vida de vampiros, vivíamos al revés. Te daban hojas de las notas principales y decidías con cuál nota te ibas y tenías todo el tiempo; era muy pausado hacer el trazo en lápiz, comparar a ver si el jefe de noticias te daba el visto bueno porque uno era muy joven y necesitaba el visto bueno de otros, ya después a entintar y esperar que se secara la tinta porque si se te ocurría borrarle te llevabas la tinta; era muy metódico, todo se hacía en fotomecánica con fotografías en tamaño real al espacio que te correspondía en el periódico, como la era de las cavernas.

Le agradezco tanto porque de no ser por la tecnología no podría trabajar en tantos lugares. Me acuerdo que aspiraba a tener un fax, decía “el día que tenga un fax le voy a mandar un montón de trabajos a mucha gente” y nunca lo tuve, lo llegué a usar en lugares donde los ofertaban y mandaba ilustraciones pero no era como ahora y cuando empieza el boom del internet que tenemos que estar metidos en la tecnología te empiezas a hacer de equipo y es maravilloso.

Foto. David Tamayo | El Occidental

¿A quiénes admiras?

Por ejemplo de escritores los hermanos Paco y Benito Taibo que se convirtieron en conocidos; no somos amigos pero somos conocidos y cuando nos hemos visto en la FIL es muy padre saludarnos con gusto.

Hace dos o tres años conocí a Rodríguez Ajenjo que era el escritor de La Carabina de Ambrosio y platicar con él fue algo increíble porque era un señor que hizo humor durante muchísimos años, que entretuvo a México entero y que sigue teniendo un humor maravilloso.

¿Cómo enfrentas la parte triste y oscura?

Es cuando por alguna circunstancia te toca saber de un hecho delictivo, de alguna tragedia y que está inmiscuido alguien conocido y es muy feo porque vivimos en un país que está derrotado en cuestión de seguridad y desgraciadamente cada vez se cierra más el círculo.

¿Cómo es un día común de Osvaldo?

A las 7 de la mañana ya estoy listo para esto y empiezo a ver la síntesis informativa. Tomo café y a las 8 de la mañana estoy preparando el programa que tengo; empiezo a ver lo que hicieron los otros moneros, a ver las columnas, los titulares de los periódicos y a las 12 ya estoy trabajando para la edición de El Sol de México. No es necesario que tengas una rutina, hay días que la nota te llega solita, tienes que oler la noticia porque uno desayuna, come y cena noticias y es más fácil digerirlo cuando ya tienes tantos años de práctica.

¿Cuál es tu mejor cartón?

No puedo decir que ya tengo un mejor cartón porque ya no tendría que hacer otro más. Siempre busco que el de hoy sea mejor que el de ayer.

Con 32 años de carrera el monero Osvaldo Muñoz relata su experiencia como caricaturista y cómo se ha adaptado a la tecnología ya que al Tapatío Enmascarado le tocó nacer en las antiguas redacciones y hoy desde cualquier café, parque u oficina envía sus pícaros bosquejos para convertirse en voz del pueblo. Así llegará a su presentación en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta de la FIL para ser homenajeado. El caricaturista tapatío brilla por su talento y por eso se presenta en la FIL con otros colegas.

"Me ha tocado vivir situaciones y emociones que si no fuera por estar haciendo esto nunca en la vida me hubiera tocado vivirlas. El tener contacto con noticias, muchas exclusivas como nos pasa a todos, conocer a personalidades, a personajes de la vida política y pública, a gente que alguna vez admiré en su trabajo y que después se vuelven hasta tus compañeros de labor, eso es algo que me gusta bastante".

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La psicología del personaje se ha construido a base de experiencias propias y en su momento de mucho de lo que hacían mis hijos cuando estaban pequeños, desde luego que tiene en el fondo mucho de mí, porque en algunos momentos llega a ser mi alter ego, las historias que ahí cuento en ocasiones son casi autobiográficas, entones para mí el Tapatío significa muchísimo, lo amo y disfruto mucho de hacerlo. Tengo como personajes fijos al Tapatío Enmascarado, El Benjas y al Glub Demon.

El Benjas lo hice para otro periódico local hace muchos años, era la imagen del periódico, temas muy urbanos, un humor muy blanco y eso me ayudó a estar en un sector de la ciudad en el que recibí muchas muestras de cariño de los lectores, en ese mismo diario en la sección de deportes estaba el Luchador Borracho, El Glub, que tenia muchos seguidores porque además de tomar, era mandilón, entonces entre ese par de personajes se hacía una balanza muy padre y divertida, el único tema es que yo no bebo alcohol, soy un bebedor que ni a social llego, si llego a consumir algo, pero en cantidades muy leves, entonces era un reto divertido realizar las historias, pero afortunadamente en el periodismo hay muchos compañeros que les gusta la pachanga, sin agraviar a los compañeros de El Occi, que con sus andanzas me ayudaban a tener historias para contar.

El Benjas en cambio era muy cómodo hacerlo, porque está inspirado en mi papá, mi primer personaje en la vida, desde niño siempre lo dibujé y a manera de homenaje fue que lo hice y con los años es uno de los personajes que quiero mucho por razones obvias.

¿Cómo fue tu inicio y ahora adaptarte a la tecnología?

Hace 32 años no había tecnología suficiente para esto teníamos que ir a la redacción del periódico y estar ahí. Llegar a las 5 o 6 de la tarde y regresar a la casa a las 3 de la mañana, vivíamos una vida de vampiros, vivíamos al revés. Te daban hojas de las notas principales y decidías con cuál nota te ibas y tenías todo el tiempo; era muy pausado hacer el trazo en lápiz, comparar a ver si el jefe de noticias te daba el visto bueno porque uno era muy joven y necesitaba el visto bueno de otros, ya después a entintar y esperar que se secara la tinta porque si se te ocurría borrarle te llevabas la tinta; era muy metódico, todo se hacía en fotomecánica con fotografías en tamaño real al espacio que te correspondía en el periódico, como la era de las cavernas.

Le agradezco tanto porque de no ser por la tecnología no podría trabajar en tantos lugares. Me acuerdo que aspiraba a tener un fax, decía “el día que tenga un fax le voy a mandar un montón de trabajos a mucha gente” y nunca lo tuve, lo llegué a usar en lugares donde los ofertaban y mandaba ilustraciones pero no era como ahora y cuando empieza el boom del internet que tenemos que estar metidos en la tecnología te empiezas a hacer de equipo y es maravilloso.

Foto. David Tamayo | El Occidental

¿A quiénes admiras?

Por ejemplo de escritores los hermanos Paco y Benito Taibo que se convirtieron en conocidos; no somos amigos pero somos conocidos y cuando nos hemos visto en la FIL es muy padre saludarnos con gusto.

Hace dos o tres años conocí a Rodríguez Ajenjo que era el escritor de La Carabina de Ambrosio y platicar con él fue algo increíble porque era un señor que hizo humor durante muchísimos años, que entretuvo a México entero y que sigue teniendo un humor maravilloso.

¿Cómo enfrentas la parte triste y oscura?

Es cuando por alguna circunstancia te toca saber de un hecho delictivo, de alguna tragedia y que está inmiscuido alguien conocido y es muy feo porque vivimos en un país que está derrotado en cuestión de seguridad y desgraciadamente cada vez se cierra más el círculo.

¿Cómo es un día común de Osvaldo?

A las 7 de la mañana ya estoy listo para esto y empiezo a ver la síntesis informativa. Tomo café y a las 8 de la mañana estoy preparando el programa que tengo; empiezo a ver lo que hicieron los otros moneros, a ver las columnas, los titulares de los periódicos y a las 12 ya estoy trabajando para la edición de El Sol de México. No es necesario que tengas una rutina, hay días que la nota te llega solita, tienes que oler la noticia porque uno desayuna, come y cena noticias y es más fácil digerirlo cuando ya tienes tantos años de práctica.

¿Cuál es tu mejor cartón?

No puedo decir que ya tengo un mejor cartón porque ya no tendría que hacer otro más. Siempre busco que el de hoy sea mejor que el de ayer.

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