/ lunes 19 de febrero de 2024

Bajan cortinas en la Zona del Calzado por inseguridad y falta de apoyo

Los cambios en la infraestructura de la zona fue el inicio del declive

El murmullo, la oferta, grandes filas, cientos o miles de personas caminando por sus calles, hoy se extrañan las que fueron florecientes zonas comerciales de la Zona Metropolitana de Guadalajara convertidas en zonas del silencio. El éxito se apagó, las obras que les darían prosperidad se convirtieron en sus peores enemigas. Los apoyos económicos nunca llegaron pero en cambio sí aparecieron la pandemia, la delincuencia y la prostitución.

El espacio familiar que representaban algunos corredores como la llamada Zona del Calzado de la calle Esteban Alatorre, como ejemplo, hoy luce con la mayoría de sus locales cerrados, grafiteados y vandalizados que más que invitar a recuperar ese espacio alejan a los posibles clientes de los negocios que quedan.

Te recomendamos:

Zona de silencio

Así llegamos a la que una vez fue llamada “la Zona del Calzado”. Ahí se daban cita las mejores marcas y tiendas de zapatos, especialmente de mujer. Modelos en vivo lucían lo último de la moda, mientras vendedoras y vendedores trataban de llevar a quienes pasaban a que se probaran el zapato de su elección. Hoy ya solo quedan algunos rastros de lo pujante que fue esa zona donde los precios de los locales y las rentas eran exorbitantes.

A decir de los pocos comerciantes de zapatos que aún quedan en la zona el primer error de las autoridades tapatías fue ampliar las banquetas, pues si bien era una obra que se requería para dar paso seguro a los cientos de compradores que acudían por el año del 2009, la planeación no fue la adecuada y esto dejó sin espacio para estacionarse a los automovilistas, que al paso literalmente “cazaban” el local o el zapato de su elección. Eso causó las primeras bajas de ventas a los comerciantes.

Bajaron sus cortinas por la falta de ingresos para pagar las rentas y a sus empleados. Foto. Pablo Toledo / El Occidental


La representante de los comerciantes de Esteban Alatorre, Victoria Cruz, refiere que los cambios en la infraestructura de la zona fue el inicio del declive de varios de sus compañeros no sólo por la reducción de carriles sino por las obras que duraron bastante tiempo. Señala que desde ese periodo varios locales bajaron sus cortinas por la falta de ingresos para pagar las rentas y a sus empleados.

“La reducción a un solo carril sí fue una regadota porque antes se estacionaban los clientes en un carril y el otro estaba libre y ahora no entonces se batalla para el estacionamiento”, indicó Victoria Cruz representante de comerciantes de Esteban Alatorre.

Pese a que la zona del calzado notablemente agoniza ya que de 10 locales sólo tres permanecen abiertos el apoyo de las autoridades no ha sido el esperado por los comerciantes, en diversas ocasiones se les ha ofrecido apoyo para promover la zona pero este sólo ha quedado en promesas y cada uno de estos negocios tiene que buscar la manera para pagar rentas, empleados y poder surtir su mercancía para estar vigente en el mercado zapatero.

Los apoyos económicos nunca llegaron, pero en cambio sí aparecieron la pandemia, la delincuencia y la prostitución. Foto. Pablo Toledo / El Occidental

¿Condenada a morir?

Muchos tienen la esperanza de que resurja y más aún si se reactiva la llamada Ciudad Creativa Digital.

“Lamentablemente muchos locatarios están cansados porque nos dicen y no nos cumplen entonces ya no muchos acuden a las juntas, nos habían dicho que iban a colocar emblemas o figuras para atraer a las personas pero hasta el momento ya no han dicho nada y pues nosotros seguimos a la espera” indicó Victoria Cruz, representante de comerciantes de Esteban Alatorre.

El señor Luis es comerciante de la zona desde hace 15 años. A él le ha tocado ver cómo decenas de sus amigos han bajado las cortinas de sus negocios por la falta de clientes, acredita la soledad de los negocios a la inseguridad que se vive en el lugar ya que los famosos cadeneros y moto-ladrones son un dolor de cabeza que las autoridades no han logrado controlar y eso les ha afectado en sus ingresos.

Hoy ya solo quedan algunos rastros de lo pujante que fue esa zona. Foto. Pablo Toledo / El Occidental

“Ese es otro tema que golpea muy duro, la gente ya no quiere venir porque los roban, esos motoratones son una plaga que afecta y si a eso le sumamos que las autoridades sólo prometen que nos van a apoyar y no lo cumplen pues todo suma a que hoy la mayoría de los negocios estén cerrando” indicó Luis, comerciante de calzado.

En el recorrido que EL OCCIDENTAL realizó en la calle de Estaban Alatorre la presencia de personas era casi nula, quienes dan vida al lugar son los trabajadores que ambientan con música mientras realizan la limpieza de mamparas y pisos. En el lugar se entrevistó a una solitaria mujer que miraba calzado en las pocas tiendas abiertas, ella comentó que cuando sus hijos eran pequeños en esta zona les compraba el calzado pero que hoy en día ninguno de esos locales se encontraba abierto.

“Es muy triste porque éste era un lugar muy colorido, todas las tiendas estaban abiertas y vendían de todo y a buen precio pero si algo abonó a que cerrarán es la inseguridad porque andar por aquí ya es muy peligroso y casi no se ven patrullas”, apuntó Celia Madrigal.

Aunque el panorama no era alentador los comerciantes de calzado en Esteban Alatorre permanecieron aunque después se presentó la pandemia, situación que golpeó severamente al sector del calzado pues el 30 por ciento de las empresas de zapatos desapareció lo que provocó menor producto para vender en mostrador.

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  • El murmullo, la oferta, grandes filas, cientos o miles de personas caminando por sus calles, hoy se extrañan las que fueron florecientes zonas comerciales de la Zona Metropolitana de Guadalajara convertidas en zonas del silencio. El éxito se apagó, las obras que les darían prosperidad se convirtieron en sus peores enemigas. Los apoyos económicos nunca llegaron pero en cambio sí aparecieron la pandemia, la delincuencia y la prostitución.

    El espacio familiar que representaban algunos corredores como la llamada Zona del Calzado de la calle Esteban Alatorre, como ejemplo, hoy luce con la mayoría de sus locales cerrados, grafiteados y vandalizados que más que invitar a recuperar ese espacio alejan a los posibles clientes de los negocios que quedan.

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    Así llegamos a la que una vez fue llamada “la Zona del Calzado”. Ahí se daban cita las mejores marcas y tiendas de zapatos, especialmente de mujer. Modelos en vivo lucían lo último de la moda, mientras vendedoras y vendedores trataban de llevar a quienes pasaban a que se probaran el zapato de su elección. Hoy ya solo quedan algunos rastros de lo pujante que fue esa zona donde los precios de los locales y las rentas eran exorbitantes.

    A decir de los pocos comerciantes de zapatos que aún quedan en la zona el primer error de las autoridades tapatías fue ampliar las banquetas, pues si bien era una obra que se requería para dar paso seguro a los cientos de compradores que acudían por el año del 2009, la planeación no fue la adecuada y esto dejó sin espacio para estacionarse a los automovilistas, que al paso literalmente “cazaban” el local o el zapato de su elección. Eso causó las primeras bajas de ventas a los comerciantes.

    Bajaron sus cortinas por la falta de ingresos para pagar las rentas y a sus empleados. Foto. Pablo Toledo / El Occidental


    La representante de los comerciantes de Esteban Alatorre, Victoria Cruz, refiere que los cambios en la infraestructura de la zona fue el inicio del declive de varios de sus compañeros no sólo por la reducción de carriles sino por las obras que duraron bastante tiempo. Señala que desde ese periodo varios locales bajaron sus cortinas por la falta de ingresos para pagar las rentas y a sus empleados.

    “La reducción a un solo carril sí fue una regadota porque antes se estacionaban los clientes en un carril y el otro estaba libre y ahora no entonces se batalla para el estacionamiento”, indicó Victoria Cruz representante de comerciantes de Esteban Alatorre.

    Pese a que la zona del calzado notablemente agoniza ya que de 10 locales sólo tres permanecen abiertos el apoyo de las autoridades no ha sido el esperado por los comerciantes, en diversas ocasiones se les ha ofrecido apoyo para promover la zona pero este sólo ha quedado en promesas y cada uno de estos negocios tiene que buscar la manera para pagar rentas, empleados y poder surtir su mercancía para estar vigente en el mercado zapatero.

    Los apoyos económicos nunca llegaron, pero en cambio sí aparecieron la pandemia, la delincuencia y la prostitución. Foto. Pablo Toledo / El Occidental

    ¿Condenada a morir?

    Muchos tienen la esperanza de que resurja y más aún si se reactiva la llamada Ciudad Creativa Digital.

    “Lamentablemente muchos locatarios están cansados porque nos dicen y no nos cumplen entonces ya no muchos acuden a las juntas, nos habían dicho que iban a colocar emblemas o figuras para atraer a las personas pero hasta el momento ya no han dicho nada y pues nosotros seguimos a la espera” indicó Victoria Cruz, representante de comerciantes de Esteban Alatorre.

    El señor Luis es comerciante de la zona desde hace 15 años. A él le ha tocado ver cómo decenas de sus amigos han bajado las cortinas de sus negocios por la falta de clientes, acredita la soledad de los negocios a la inseguridad que se vive en el lugar ya que los famosos cadeneros y moto-ladrones son un dolor de cabeza que las autoridades no han logrado controlar y eso les ha afectado en sus ingresos.

    Hoy ya solo quedan algunos rastros de lo pujante que fue esa zona. Foto. Pablo Toledo / El Occidental

    “Ese es otro tema que golpea muy duro, la gente ya no quiere venir porque los roban, esos motoratones son una plaga que afecta y si a eso le sumamos que las autoridades sólo prometen que nos van a apoyar y no lo cumplen pues todo suma a que hoy la mayoría de los negocios estén cerrando” indicó Luis, comerciante de calzado.

    En el recorrido que EL OCCIDENTAL realizó en la calle de Estaban Alatorre la presencia de personas era casi nula, quienes dan vida al lugar son los trabajadores que ambientan con música mientras realizan la limpieza de mamparas y pisos. En el lugar se entrevistó a una solitaria mujer que miraba calzado en las pocas tiendas abiertas, ella comentó que cuando sus hijos eran pequeños en esta zona les compraba el calzado pero que hoy en día ninguno de esos locales se encontraba abierto.

    “Es muy triste porque éste era un lugar muy colorido, todas las tiendas estaban abiertas y vendían de todo y a buen precio pero si algo abonó a que cerrarán es la inseguridad porque andar por aquí ya es muy peligroso y casi no se ven patrullas”, apuntó Celia Madrigal.

    Aunque el panorama no era alentador los comerciantes de calzado en Esteban Alatorre permanecieron aunque después se presentó la pandemia, situación que golpeó severamente al sector del calzado pues el 30 por ciento de las empresas de zapatos desapareció lo que provocó menor producto para vender en mostrador.

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