/ domingo 2 de octubre de 2022

¿El uso de la tecnología provoca enfermedades como el “vamping” y el “phubbing”? Conoce más aquí

La sobrexposición de estos artefactos impacta de manera negativa en la salud

La tecnología ha llegado para facilitarnos muchas actividades, entre ellas la comunicación. La existencia de celulares inteligentes, tabletas, computadoras y demás artículos tecnológicos son de gran ayuda para mantenernos informados y en constante correspondencia con personas que vemos poco y también con aquellas que vemos seguido.

Aunque son muchos los beneficios que nos aportan, la sobrexposición de estos artefactos impacta de manera negativa en nosotros, elevando nuestros niveles de estrés, lo que se le conoce como “tecnoestrés”.

Te recomendamos ➡ Tipos de estrés ¿Has experimentado alguno de estos?

Algunos riesgos que provoca la hiperconexión digital son los siguientes:

Vamping: Insomnio por estar largos periodos de tiempo en el celular o la computadora, además de restarnos horas de sueño.

Phubbing o ningufoneo: rechazo hacia las personas que nos rodean por darle prioridad a lo que sucede en los medios digitales.

Smombies: la realización de otras actividades mientras estamos pendientes del celular, lo que puede provocar accidentes.

Nomofobia: ansiedad por estar conectado todo el tiempo y sensación de que nos estamos perdiendo de algo por no estar en internet.

Text-Neck: molestias en la zona cervical derivadas a la mala postura que adquiere nuestro cuerpo por estar constantemente en el celular o computadora.

Pasar mucho tiempo en internet provoca insomnio. Foto: Victoria Heath | Unsplash

¿Cómo combatir el “tecnoestrés”?

Hay situaciones en las que estar frente a la computadora o el celular por largos periodos de tiempo no depende de nosotros, sino del trabajo u otros factores. A continuación, algunos consejos para afrontar el “tecnoestrés” y no morir en el intento.

Identifica las fuentes de estrés

Observa con atención qué te provoca angustia, ansiedad o bloqueo. Identificar de donde viene el estrés es el primer paso.

Libera el estrés

Se consciente de las actividades que te alejan del estrés. Encontrar un escape te ayudará a que el estrés no se apodere de ti. Algunas ideas pueden ser platicar con amigos, hacer un deporte, pintar, etcétera.

Realiza actividad física

Hacer algo de ejercicio nos ayuda a compensar el sedentarismo que viene acompañado de pasar mucho tiempo en internet. La Organización Mundial de la Salud recomienda cumplir, por lo menos, con 150 minutos de actividad física por semana.

Realizar actividad física ayuda a compensar el sedentarismo. Foto: Andrew Tanglao | Unsplash

Desconéctate

La hiperconexión provoca dependencia. Apagar el celular por periodos de tiempo te liberará de la sobrecarga de información y dejará que tu mente tenga un respiro.

Busca apoyo

Uno de los remedios infalibles para el estrés son los amigos y la familia. Pasar tiempo de calidad con ellos te recargará de energía y te hará sentir mejor.

Organízate

En muchas ocasiones el estrés se debe a una mala organización. No siempre podemos evitar momentos difíciles, pero sí podemos planificar nuestras actividades para solucionar de una manera más eficiente cuando una urgencia se aproxime.

La tecnología ha llegado para facilitarnos muchas actividades, entre ellas la comunicación. La existencia de celulares inteligentes, tabletas, computadoras y demás artículos tecnológicos son de gran ayuda para mantenernos informados y en constante correspondencia con personas que vemos poco y también con aquellas que vemos seguido.

Aunque son muchos los beneficios que nos aportan, la sobrexposición de estos artefactos impacta de manera negativa en nosotros, elevando nuestros niveles de estrés, lo que se le conoce como “tecnoestrés”.

Te recomendamos ➡ Tipos de estrés ¿Has experimentado alguno de estos?

Algunos riesgos que provoca la hiperconexión digital son los siguientes:

Vamping: Insomnio por estar largos periodos de tiempo en el celular o la computadora, además de restarnos horas de sueño.

Phubbing o ningufoneo: rechazo hacia las personas que nos rodean por darle prioridad a lo que sucede en los medios digitales.

Smombies: la realización de otras actividades mientras estamos pendientes del celular, lo que puede provocar accidentes.

Nomofobia: ansiedad por estar conectado todo el tiempo y sensación de que nos estamos perdiendo de algo por no estar en internet.

Text-Neck: molestias en la zona cervical derivadas a la mala postura que adquiere nuestro cuerpo por estar constantemente en el celular o computadora.

Pasar mucho tiempo en internet provoca insomnio. Foto: Victoria Heath | Unsplash

¿Cómo combatir el “tecnoestrés”?

Hay situaciones en las que estar frente a la computadora o el celular por largos periodos de tiempo no depende de nosotros, sino del trabajo u otros factores. A continuación, algunos consejos para afrontar el “tecnoestrés” y no morir en el intento.

Identifica las fuentes de estrés

Observa con atención qué te provoca angustia, ansiedad o bloqueo. Identificar de donde viene el estrés es el primer paso.

Libera el estrés

Se consciente de las actividades que te alejan del estrés. Encontrar un escape te ayudará a que el estrés no se apodere de ti. Algunas ideas pueden ser platicar con amigos, hacer un deporte, pintar, etcétera.

Realiza actividad física

Hacer algo de ejercicio nos ayuda a compensar el sedentarismo que viene acompañado de pasar mucho tiempo en internet. La Organización Mundial de la Salud recomienda cumplir, por lo menos, con 150 minutos de actividad física por semana.

Realizar actividad física ayuda a compensar el sedentarismo. Foto: Andrew Tanglao | Unsplash

Desconéctate

La hiperconexión provoca dependencia. Apagar el celular por periodos de tiempo te liberará de la sobrecarga de información y dejará que tu mente tenga un respiro.

Busca apoyo

Uno de los remedios infalibles para el estrés son los amigos y la familia. Pasar tiempo de calidad con ellos te recargará de energía y te hará sentir mejor.

Organízate

En muchas ocasiones el estrés se debe a una mala organización. No siempre podemos evitar momentos difíciles, pero sí podemos planificar nuestras actividades para solucionar de una manera más eficiente cuando una urgencia se aproxime.

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