Osvaldo Sánchez es trabajador de uno de los hospitales de Guadalajara y un fiel seguidor de los rojinegros del Atlas, tanto que tiene 40 años ininterrumpidos acudiendo al Monumental Estadio Jalisco a observar los juegos como local de sus Zorros; sin embargo, los tiempos han cambiado y lo que antes era gozo y hasta motivo de desestres el ver jugar a su escuadra, hoy en día asegura que eso se ha acabado debido al calvario que, tantos atlistas como él, sufren cada 15 días para llegar al estadio.
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¿Cómo ha sido tu experiencia de ir al Estadio Jalisco a ver al Atlas?
"Desde hace un año de lo que pasó en Querétaro a la fecha, pues la verdad en el Estadio Jalisco ha sido muy complicado el ingreso, primero para conseguir boletos, lo que se ha convertido en una broncota. Porque si no tienes internet o no cuentas con alguna tarjeta de crédito, ya desde ahí no puedes conseguir un boleto digital ¿por qué? Porque en el club Atlas cerraron las taquillas y es muy difícil conseguir un boleto físico.
Después de eso vienen los accesos al estadio, como te ha tocado ver, desde Fidel Velázquez está cerrada la calle. Si es un partido de alto riesgo, en vez de que allá circulación para la gente, te mandan tres cuadras como yendo hacia periférico y después te tienes que subir hasta unos departamentos y luego regresarte al estadio dos cuadras para ingresar a la zona de la porra o a la C Norte, así que es una broncota. Siendo tan fácil como caminar al estacionamiento y llegar al estadio".
¿Se han tenido problemas con la policía?
"Desde hace tiempo, como que ellos ya se mentalizaron que no debe de haber absolutamente ningún caso de agresión o no sé, pero eso es entre la Barra pues sí hay broncas, la verdad que sí, siempre han existido entre ellos, pero ahora los policías ya lo tomaron contra los civiles; tú vas con tu familia y te comienzan a hostigar, a decir de cosas. De hecho yo dejé de ir con mi familia por lo mismo, porque ya me sentía bastante incómodo ir con mis hijos y mi esposa, por lo que opté por ir yo solo. Mis papás y mis hermanos dejaron de ir por lo mismo. Si te fijas, las entradas son de 14 mil o 15 mil personas, es muy poca gente a comparación de antes".
Con nostalgia observa el inmueble y recuerda los años en los que la situación era diferente ¿Qué encuentras de distinto en tantos años como aficionado?
"Yo tengo más de 40 años sin faltar a un partido del Atlas, casi toda mi vida he estado ahí, nunca he faltado. Sí he visto muchísimo el cambio. Antes veías gente grande, ahora no, porque de hecho no pueden comprar un boleto. Mis papás son de las personas que no pueden comprar un boleto, porque no tienen tarjeta de crédito, para hacer un Fan ID se les complica y mejor prefieren escucharlo por el radio, porque a veces ni por la tele los pasan y eso ha ocasionado que la gente se vaya alejando. Los que estamos ahí cada 15 días más o menos sabemos como está el ambiente. Yo compro cuatro pases rojinegros, pero nada más uso uno, porque pues no me animo a llevar a mi familia ¿a qué? Son puras broncas, mejor que se queden sanos y salvo en casa.
Ya hay más policías en la Zona C que en todo el estadio y nada más están acosando a la gente. Afuera no sé para que ponen las vallas. Las gentes que venden, pues pobres, de ahí se mantienen y con las vallas que ponen para ingresar al estadio, pues ya los mandan por otras calles y la gente no puede ir a comprar nada".
¿El acoso del que nos hablas termina una vez que salen del encuentro?
"No, a la salida es igual. No sé porque cierran las puertas de la zona C Norte, que son la 14 y 16, esas faltando 20 minutos para que se termine el juego, se llena de policías y ya no te dejan salir, ni para ir al baño. Tienes que estar de 20 a 40 minutos a que se vacíe el estadio y ahora sí te dejan salir, pero igual, en lugar de salir de la salida de la puerta a la Calzada, te hacen rodear cinco o seis cuadras, que es lo que mucha gente no entendemos o no sé porque lo hagan. Me imagino que es hasta peor, porque te sacan para mandarte por callecitas que ni conoces y hacerte rodear para tomar el Macrobús y a eso súmale que muchas veces cuando es a las 9 de la noche, ya el juego termina después de las 11 y mucha gente ya no alcanza Macrobús, por ese lado, mucha gente dejó de ir al estadio".
¿Qué es lo que haz observado dentro del Jalisco?
"Hay un acoso continuo. Me ha tocado ver a niños que van con banderas del Atlas y los policías se las quitan, con el argumento de que no pueden ingresar palos ¿entonces para qué te venden una bandera? Si estás cantando o alentando al equipo, van y te callan y es ahí donde dices: 'bueno, ya no puedo hacer nada' ¿para qué te venden un boleto si no puedes expresarte? Muchas veces la gente antes decía: 'voy al estadio a desestresarme'. Ahora ya no lo puedes hacer. Cuando empiezas a cantar te amenazan y si no haces caso, te sacan y te golpean".
¿Qué extrañas de los tiempos anteriores y que tipo de represiones tienes dentro del Monumental?
"Antes de eso, cuando el Atlas andaba mal y peleando el Descenso, las entradas eran de 30 a 35 mil aficionados. Ahora no llegamos ni a la mitad de eso. Dentro del estadio si quieres pararte o algo, van y te sientan. Van y te dicen 'siéntese, no se puede parar'. Si tu equipo va perdiendo y te quieres parar a cantar y apoyar, van y te callan. La Barra ya no va ni arriba ni abajo, porque no están acreditados (la mayoría), pero si a veces se juntan para entrar a la C Norte, es un problema, porque nada más los están checando.
A la gente 'normal' que vamos a ver el partido es una incomodidad de todo el tiempo estar esperando a ver a qué hora se arma la bronca con los policías. Ellos llegan , pero no llegan y le dicen a la gente que se calle, sino que la amenazan y si la persona le responde, llegan 20-30 policías contra uno solo, lo sacan a golpes y se lo llevan y a esa persona la reportan y ya no vuelve a ingresar al estadio porque pierde el Fan ID".
¿Qué piensas de esta situación?
"Yo soy una persona muy tranquila, pero sí me molestan tantas injusticias. Que a la gente mayor o a los niños les hagan eso, pues te la piensas en ya no volver al estadio. A mí sí me pesa no venir al estadio, yo sí vengo y ya sé las broncas que voy a pasar, pero si no fuera tan apasionado como lo soy, mejor ni me paraba. He tratado de dar con gente que me explique el por qué de esta acción con la gente, pero lo único que te mejoran es: 'estamos tratando de mejorar' ".
¿Temes a alguna represalia por parte del Club?
"No tengo miedo. Cuando Atlas publica algo en redes sociales, soy el primero en tirarles. Tan bonito que era ir antes al estadio y ya no lo puedes hacer y no nada más soy yo. Hay muchísima gente que está en contra. Hace unos días me cayó un correo electrónico del Atlas, para preguntarme que que pueden hacer para mejorar. En realidad no van a hacer nada, a ellos no les interesa lo que pase, a quienes realmente les interesa que pasa es a nosotros a los aficionados, pero ni nos pelan".
Comerciantes también sufren en los juegos del Atlas
El problema que vive Osvaldo y cientos de aficionados trastoca también a los comerciantes que se disponen a vender su mercancía, pues las vallas obstruyen el paso de la gente para acceder a los puestos a comprar artículos, obligando a que los asistentes le den la vuelta a esa parte cerrada, lo que ocasiona molestia de fans y vendedores. Así lo aseguró Santiago, uno de los afectados.
"Esta situación ya es recurrente aquí. Cada juego es lo mismo, nosotros hemos hablado con los policías diciéndoles que esas vallas obstruyen nuestra venta, todo porque dicen que es la parte por donde pasan los camiones de los jugadores, camionetas de autoridades, etc. Por eso es que no nos hacen caso, nos dicen que son órdenes. Esto no solamente nos afecta a nosotros. En un día de partido venía una persona en muletas transitando por esta parte (frente al estacionamiento), los camiones ya habían llegado y las vallas continuaban. Pues el chavo les pidió amablemente que si lo dejaban pasar y los 'cuicos' le contestaron que se pasara por debajo de las vallas.
Al chavo no le quedó de otra que hacer caso y pasarse por debajo, mientras los polis se reían de él y su familia. Eso no se vale mi Luis, no es justo. A nosotros nos da mucho coraje esta situación".
Aquí ¿Cómo se pone el ambiente a la salida?
Nada más sale la gente, ya se iban a ir y se hace un "cuello de botella", nada más porque salen uno o dos vehículos. Un cuate quitó la valla y de inmediato fue detenido por un grupo de policías de manera violenta ¿Y sabes por qué pasa eso? Por sus méndigas vallas. La represión de los policías, que no sirven para nada sus vallas, todo por la negligencia de una persona.
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